Estrés en vacaciones: evítalo bajando el ritmo desde ya
La sociedad actual impone un nivel de exigencia y competencia difícil de sobrellevar en la vida cotidiana. Pero, ¿se puede uno relajar en vacaciones o existe el estrés vacacional?
Estamos acostumbrados a todo tipo de estrés: en el trabajo, en la vida cotidiana y, por supuesto, después de las vacaciones.
El síndrome de estrés vacacional, que se dice afecta al 34% de los trabajadores, se refiere a la incapacidad de algunas personas para olvidarse del trabajo y ponerse ansiosas durante las vacaciones.
Un psiquiatra austriaco la denominó "depresión del teleadicto" en 2004. Hoy en día, este síndrome, también llamado "estrés vacacional" o "bajón veraniego", está cada vez más extendido.
Como resultado, las personas se sienten apáticas, desmotivadas, irritables y, sobre todo, incapaces de disfrutar del tiempo de recarga en verano.
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El desencadenante es un cambio repentino de la hiperactividad y el estrés a la inactividad y el descanso. Cuando las exigencias del trabajo son elevadas, el cuerpo está programado para responder de forma exigente. Cuando estas exigencias laborales desaparecen de repente a causa de unas vacaciones, el organismo se vuelve repentinamente irresponsable y puede sentirse indispuesto.
El trabajo frenético aumenta los niveles de cortisol y adrenalina (dos hormonas relacionadas con el estrés).
La adrenalina refuerza el sistema inmunitario y el cortisol tiene propiedades antiinflamatorias que permiten trabajar más tiempo.
Por otro lado, cuando se está en "modo vacaciones", los niveles de estas hormonas se reducen, por lo que el sistema inmunitario se debilita y hay más probabilidades de enfermar o desarrollar problemas de salud.
El estrés de las vacaciones afecta a las personas que tienen grandes expectativas de sí mismas y delegan poco trabajo. Viven para sus carreras y tienen poco tiempo para el ocio y la familia a lo largo del año. El ocio y la pereza son sus enemigos.
Quizás te interesa:Es innegable que vivimos estresados. La sociedad actual nos impone exigencias, ventajas competitivas y objetivos tan elevados que no podemos alcanzarlos sin sacrificar una parte de nuestra vida para conciliar trabajo y familia.
El gran problema es averiguar hasta qué punto podemos controlar nuestro propio tiempo y nuestros niveles de estrés.
¿Quién es más propenso a sufrir estrés en vacaciones?
- Algunas personas no pueden delegar y se consideran indispensables para su trabajo.
- Miedo a tener más trabajo del que pueden asumir cuando vuelvan a casa.
- No poder organizar las vacaciones a tiempo y tener que hacerlo con prisas y sin planificar.
- Organizar unas vacaciones estresantes con varios planes para desayunar, comer y cenar.
- Y luego un tiempo intenso de convivencia con una pareja y unos hijos a los que apenas ves.
En realidad, sin embargo, se es más eficiente si se descansa unos días.
La desconexión también previene los trastornos mentales, musculares y nerviosos.
En el artículo de la semana pasada hablamos del estrés en los niños y demostramos que las personas del siglo XXI están expuestas a una gran presión ya en los primeros años de vida.
Lo creas o no, muchas personas son incapaces de cambiar de opinión y alegrarse cuando se trata de las vacaciones. Su sentido de la responsabilidad les impide disfrutar de su tiempo libre.
La sociedad moderna es muy competitiva, lo que crea un estado de estrés que inicialmente impulsa a las personas a ser cuidadosas y dar lo mejor de sí mismas, pero que, cuando persiste, conduce a una reducción de la motivación, el rendimiento y el disfrute del trabajo, el agotamiento, los trastornos de ansiedad, la depresión y otros Puede incluso conducir a la discapacidad.
Para evitarlo, además de otras consideraciones y consejos y del uso de métodos de relajación como ejercicios de respiración, son necesarios periodos de descanso en los que el cuerpo y la mente estén relajados y ajenos a los problemas cotidianos. En otras palabras, son necesarias unas vacaciones. Se trata de un tiempo muy eficaz de descanso y distracción de los factores estresantes de la vida cotidiana, durante el cual se llevan a cabo actividades de relajación y otras actividades reparadoras.
En una cultura tan centrada en la productividad y la eficiencia, se habla demasiado de trabajo y muy poco de vacaciones. Sin embargo, es importante tomarse tiempo para descansar y liberarse del estrés de la vida cotidiana, sobre todo para el cerebro.
Las vacaciones se consideran una recompensa por el trabajo realizado, un estímulo para la autoestima y el autoconcepto, y un factor de prevención del estrés y otras enfermedades. Es un momento de liberación temporal de las responsabilidades asociadas a la posición, el papel y el estatus personal y social, y permite a las personas realizar actividades que les gustan y que normalmente no podrían hacer.
Disfrutar adecuadamente de las vacaciones aporta una serie de beneficios. En primer lugar, puedes relajarte durante el periodo vacacional y permitir que tu cuerpo se recupere de los daños causados por el aumento del cortisol y la ansiedad.
Del mismo modo, un buen descanso aumenta significativamente la creatividad y conduce al desarrollo de nuevas estrategias e ideas que no surgirían en un entorno estresante. Esto se debe a que el cerebro no está aletargado durante el descanso y muchas otras áreas mentales, a menudo descuidadas, se activan cuando uno deja de concentrarse en determinados estímulos.
En este sentido, desbloquear la mente a través de la tranquilidad conduce a un mejor juicio y toma de decisiones, permitiéndonos analizar plenamente la información disponible y tomar decisiones sobre esa base.
El descanso también libera endorfinas, activa los circuitos neuronales de recompensa y estimula la presencia de dopamina y serotonina en el cerebro. Todo ello conduce a una reducción de la ansiedad y de los patrones de pensamiento negativos. En resumen, las vacaciones son un camino hacia la felicidad para quienes disfrutan de su tiempo libre.
Como ocurre con todas las cosas, necesitaremos un periodo de transición para adaptarnos poco a poco al nuevo escenario. Entonces podremos aumentar nuestras actividades a voluntad, sin prisas ni estrés, y planificar qué hacer sin que se convierta en una nueva fuente de ansiedad y presión. Podemos aprovechar el tiempo libre que tenemos por delante para cuidarnos y mantener nuestro bienestar. Dónde vayamos y qué hagamos dependerá de nuestras preferencias y circunstancias, pero lo más importante es garantizar variedad y flexibilidad en todo lo que hagamos.
Estudios realizados en hombres de mediana y avanzada edad han demostrado que una cierta cantidad de descanso al año reduce el riesgo de desarrollar una cardiopatía coronaria en un 20% y el riesgo de muerte en un 30%. Todos conocemos a personas que han tenido éxito en su trabajo y en su vida, pero que no han podido tomarse unos días libres y, desgraciadamente, han tenido problemas de salud que podrían haberse evitado.
Hay varias razones para tomarse tiempo libre
- Un salto cuántico en creatividad Como puedes imaginar, en el trabajo trabajamos en "modo concentración" y, al cabo de un tiempo, es normal que nuestro cerebro se sature. Si sumamos las noticias, las redes sociales, el correo electrónico y la televisión, consumimos 174 páginas de periódicos al día, cinco veces más que en 1986. Dada la abundancia de información, es normal que el cerebro se sature de información. Por lo tanto, las vacaciones pueden desconectarnos del mundo y permitir que partes de nuestro cerebro divaguen. Es a través de la vinculación de ideas aparentemente inconexas como llegamos a la perspicacia, a la solución repentina de un problema, al punto en que se enciende la famosa "bombilla". Por eso no es de extrañar que las investigaciones demuestren que las personas más creativas son precisamente las que tienen las redes neuronales por defecto más activas.
- Tomar mejores decisiones El cerebro funciona mejor cuando no está sometido a mucha presión y se encuentra en "modo relajación". De hecho, se ha demostrado que los procesos cognitivos, especialmente la atención y la memoria, mejoran tras un relajante paseo por la naturaleza o una breve siesta. Lo mejor es tomarse un tiempo de descanso psicológico, porque absorber y pensar en todo lo que necesitas saber no siempre ayuda a tomar las mejores decisiones. De hecho, las vacaciones activan nuestra red neuronal por defecto y nos ayudan a integrar la información para que podamos tomar mejores decisiones.
- Tomarse unas vacaciones para aliviar la tensión es el mejor antídoto contra el estrés. El estrés es una reacción que se desencadena cuando estamos sometidos a demasiada presión y sentimos que nuestro entorno no es lo suficientemente seguro. En este punto, nuestro cuerpo comienza a liberar grandes cantidades de cortisol y adrenalina. Estas hormonas no sólo nos preparan para la lucha o la huida, sino que a largo plazo desencadenan una respuesta inflamatoria que, en última instancia, afecta gravemente al cerebro y provoca enfermedades crónicas. Unas vacaciones lejos del estrés del trabajo y la vida cotidiana le brindan la oportunidad de relajarse, reducir la ansiedad y permitir que su organismo repare y regenere los daños causados. Es importante recordar que el estrés mata las células nerviosas e impide la formación de otras nuevas.
- Generar nuevas ideas Descansar es bueno para el cerebro, pero unas vacaciones lejos de casa y la exposición a otras culturas es como un auténtico masaje cerebral para las nuevas ideas. Así lo demostró un estudio de la Singapore Management University, según el cual cuanto más dispuestas están las personas a comprometerse con los nuevos hábitos que encuentran en su destino, mayor es su nivel de creatividad. Por tanto, no basta con viajar: hay que explorar el lugar con una actitud relajada e imparcial y abrir la mente a nuevos enfoques de la vida. Sólo entonces podremos entender que no hay una manera "correcta" de hacer las cosas y que hay muchas maneras diferentes de hacerlas.
- El estrés crónico puede provocar un aumento de la depresión y la ansiedad. Las personas que no se toman vacaciones con regularidad tienen tres veces más probabilidades de sufrir depresión y ansiedad que las que pueden tomarse días libres de vez en cuando. Según algunos estudios, unas vacaciones de dos semanas bastan para relajarse y ser más feliz. La cantidad de endorfinas producidas en nuestro cuerpo durante este tiempo es suficiente para contrarrestar los efectos nocivos de las hormonas del estrés.
- Mejor concentración Puede parecer contradictorio, pero las vacaciones tienen un efecto duradero sobre la concentración. De hecho, el estrés crónico afecta directamente a las partes del cerebro asociadas con la memoria y la consecución de objetivos. Por eso, las personas que trabajan sin descanso y sin vacaciones suelen sentirse bloqueadas y desconcentradas. Por el contrario, cuando vuelven de vacaciones, están llenos de energía, tienen mayor capacidad de reacción y pueden concentrarse durante más tiempo.
- Mayor productividad Ser productivo no significa necesariamente pasar mucho tiempo en el trabajo, sino utilizar ese tiempo de forma eficaz. Así pues, las empresas más productivas y que menos enferman son las que ofrecen más permisos. De hecho, la mayoría de la gente dice estar más satisfecha con su trabajo cuando puede tomarse tiempo libre con regularidad. Esta satisfacción se refleja en la productividad y crea un mejor ambiente de trabajo.
Por otra parte, es importante recordar que una pausa no es en sí misma un descanso, sino una salida de la norma en términos de actividad y pensamiento. Así que no todo va a salir bien, pero hay que tener en cuenta varios factores que impiden disfrutar de verdad de las fiestas.
Teniendo esto en cuenta, planificar las vacaciones en exceso suele ser un problema, sobre todo si son de corta duración. También listas de cosas que hacer, listas de lugares que visitar, listas de lugares que visitar, listas de lugares que visitar, listas de lugares que visitar. Conviene recordar que cantidad no significa necesariamente calidad y que dedicarle demasiado tiempo puede resultar estresante.
La hora de acostarse también suele ser un problema. A menudo se tiende a acostarse con un horario fijo para aprovechar al máximo el tiempo. Una vez más, es importante recordar que el verdadero objetivo es descansar y disfrutar.
Consejos para unas vacaciones agradables
- Tenga en cuenta la programación de la mayor parte del día. Aunque es bueno tener más actividades con objetivos y oportunidades, un verano ajetreado y más diversión no siempre son sinónimos.
- Es más fácil disfrutar de unas vacaciones cuando hay actividades que exigen esfuerzo físico. Normalmente, las vacaciones no son tanto para recrearse físicamente como para cambiar el ritmo normal de vida.
- No fije una hora para acostarse. Si tu mente está en calma, no necesitas forzarte a acostarte a una hora determinada. Cambia tu horario según tu estado de ánimo. Es problemático irse a los extremos, pero si siempre piensa en el futuro, no podrá disfrutar de sus vacaciones.
- Cuando estés de vacaciones con otras personas, intenta que los demás planifiquen actividades para ti. A menudo no se quiere tener mucho control sobre lo que se va a hacer. Casi basta con cambiar de rutina para disfrutar de las vacaciones.
- Las vacaciones no son sólo mar y montaña, sino también comedores sociales y colaboración con ONG.
- Cuando un día festivo coincide con la muerte de un ser querido, no sólo debe tomarse tiempo para reflexionar y hacer el duelo, sino también realizar actividades que le permitan desvincularse de sus sentimientos durante un tiempo. Un "año de trabajo" es mucho tiempo, por lo que es importante tomarse un respiro para no venirse abajo al cabo de unos meses.
- Cuando viajas, tu agenda suele desordenarse. Hacer las maletas, vuelos que llegan tarde, habitaciones de hotel que aún no están listas....
- Planifique el tiempo suficiente. Prevea tiempo suficiente para imprevistos. La contabilidad constante dificulta mucho las vacaciones.
- Cuidado con pasarse. Beber y comer bien es agradable y placentero, pero si se excede, puede estropear sus vacaciones.
- Redecorar, "vestirse para las fiestas", hacerse un nuevo corte de pelo, comprar ropa nueva, perfumes....
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