Ser desordenada puede ser positivo
Hay muchos tipos de ira en el mundo, cada uno con sus propias características y diferentes razones para justificar o posponer la ira.
Las razones del desorden son a menudo difíciles de discernir, pero de hecho el desorden suele tener un trasfondo y una causa que van más allá del mero orden. Para eliminar el desorden, es importante reconocer que tenemos un problema. Al reconocer el problema, podemos encontrar su causa y hallar una solución.
Ahora veamos qué tipo de personalidad tienes y en qué puedes mejorar para traer armonía a tu vida y a tu espacio.
¿Te gustaría saber si eres una persona sin estrés?
Acumulador pesado
Este tipo de persona guarda todo tipo de cosas por si algún día las necesita. Con todas las cosas me refiero desde una silla que ha roto un vecino y a la que le falta una pata, hasta un pequeño cable que han encontrado en la calle. Una casa puede ser como un almacén de cosas (normalmente inútiles) que se colocan en primer plano sin ningún orden ni clasificación para que no se olvide su existencia. Como los acaparadores pueden almacenar muchísimas cosas, pierden el sentido del espacio y viven atrapados en un montón de basura. Se niegan a tirar la basura porque todo les resulta útil. En el pasado, a menudo les faltaban suministros y no podían comprar lo necesario, pero ahora están tan estresados que prefieren quedarse con todo y vivir entre la basura antes que deshacerse de ella.
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Procrastinadores problemáticos
Lo deja todo para mañana. Cuando llega el momento de ordenar, lo aparta todo -las cosas para las que no tiene sitio, la ropa en el suelo, el armario desordenado- sin saber que cuanto más lo pospone, más desorden crea y más difícil le resultará ordenar después. Estas personas tienden a posponer no sólo la limpieza de su casa, sino también muchas otras actividades de su vida por falta de tiempo. El principal motivo es la inactividad y la incapacidad para establecer prioridades en la vida cotidiana. No habrá mañana, porque hay otras cosas más importantes que hacer, y habrá tiempo para hacerlas.
Anotar las tareas y acciones diarias y fijar objetivos concretos con fechas y horas es una forma útil de estructurar tu vida.
¿Qué hay detrás del hábito de ordenar y crear desorden?
Algunas personas mantienen todo en perfecto orden, otras son menos meticulosas y algunos hábitos cambian con el tiempo. Esto plantea la cuestión de si el hábito de "ordenar" o "no ordenar" es un comportamiento propio o un comportamiento que imitamos de los demás. Los últimos datos muestran que es un rasgo de la personalidad que incluso puede heredarse.
La presencia o ausencia del hábito de ordenar es relativa. De hecho, hay que tener en cuenta que quienes no siguen el esquema habitual de orden siempre saben encontrar lo que buscan porque están perfectamente orientados en su desorden.
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El orden y el desorden no son comportamientos innatos, sino características que adoptamos en nuestros hábitos de conducta a medida que crecemos y que se reflejan en los demás.
En otras palabras: A una edad temprana, buscamos en nuestro entorno una serie de comportamientos de la sociedad o de nuestros padres como patrones de referencia, y cuando lo hacemos, lo consideramos positivo e intentamos imitarlos.
Si sus padres o su entorno familiar inmediato son disfuncionales, es probable que usted lo imite y, por tanto, "herede" este hábito de comportamiento. Sin embargo, es importante darse cuenta de que esto no es genético y que se puede cambiar este patrón en cualquier momento de la vida. El hecho de que se haya transmitido un comportamiento no significa que haya que hacerlo el resto de la vida.
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