Mónica Carrillo, periodista y escritora
Mónica Carrillo sigue a otros escritores mediáticos en el campo del periodismo (un ámbito naturalmente ligado a la literatura como documento contemporáneo) y ya cuenta con una bibliografía que rivaliza con la de otros periodistas como Carmen Chaparro, Carlos del Amor, Teresa Viejo o Maxim Huerta.
En la versión novelada, por supuesto, cada periodista se ajusta más a sus preferencias, a través de una variedad de temas, desde el romance a la ciencia ficción, pasando por el cine negro.
En el caso de Mónica Carrillo, encontramos parte del crisol creativo de una escritora dispuesta a contar cualquier tipo de historia. Siempre con la preciosidad de la forma en el fondo, siente predilección por el método de transformar el escenario presentado, la acción que avanza, en algo trascendente y mágico a través de su narración.
La vida al desnudo
La novela es un gran lienzo, un vasto mosaico, un gran tapiz de la mente creativa del escritor, de modo que la habilidad del escritor se forja de mil maneras diferentes. Esta novela es una obra de gran dimensión, algo más que 288 páginas.
Porque se trata de contar historias, de lograr un encaje convincente que dé lugar a que los personajes más convincentes desarrollen toda su empatía en la trama que invita a la reflexión y cautiven más al lector en ese momento. Y a medida que Mónica Carrillo sigue desarrollando su lenguaje, a veces lírico, la historia se convierte en una trama que lleva más que nunca la firma de la autora. Las historias de amor pueden quedarse sin gasolina si sólo se ocupan de tramas de color de rosa. Así pues, la historia de Gala es algo más que un nuevo revisionismo literario sobre el amor.
Quizás te interesa:Porque cuando Gala se despide de su abuela y vuelve a casa, descubre que puede aprender, replantearse, explorar y descubrir su propia vida y su propia familia, que ya no es la misma. Y cuando entra en contacto con la esencia de la vida, la familia, los sentimientos y los secretos, es el mejor momento para proponer un amor al que aferrarse a pesar de las espinas y dejar que burbujee la sangre vital.
La luz de Candela
El nombre de Candela debe tener algo de esta gran protagonista femenina. Pues no sólo aparece en este relato de Mónica Carrillo, sino también en el libro "Candela" de Juan del Val....
Es importante destacar que en ambas Candelas encontramos mujeres cuyos destinos se mueven en direcciones mágicas o dramáticas, dependiendo de cómo aborden sus problemas. La Candela de Mónica Carrillo vive en la embriaguez de la vida, dejándose llevar para sacar lo mejor de sí misma, a pesar de las exigencias de la razón y la conveniencia. Pero toda pasión lleva a que se lo lleven todo, desde el cuerpo hasta el alma. Lo que se pierde en el amor prematuro, con su intensidad y su ceguera, se gana siempre como sentimiento de vida. ¿Cómo no disfrutar del momento en que aparece alguien como Manuel y lo pone todo patas arriba?
Pero como en todos los casos, llega un momento en que la tranquilidad ocupa su lugar. Ese es el momento en que la duda sacude nuestros sueños y afloja el abrazo que nos ha robado el aliento. ¿Qué ocurre cuando nos enamoramos de alguien que sabemos que nos complicará la vida? Un día, la fotógrafa Candela es golpeada por el amor, y el amor la golpea y lo pone todo patas arriba. Y las cosas nunca volverán a ser como antes. Fue el joven modelo Manuel quien desencadenó este torbellino. Con este Manuel desplegará una historia de amor de lo más cautivadora y fascinante.
La sensación del primer beso, la complicidad y la pasión. Pero también el miedo de los que no reciben todo lo que dan. Y el apoyo incondicional y mágico de los amigos. La cabeza y la cola del amor. La vida sigue, sigue y sigue. ...... La luz de Candela es un hermoso canto de emociones y una novela conmovedora llena de sensibilidad que arrastra al lector.
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Mónica Carrillo (n. 1976, Elche) es de las que estruja el cuello con su sonora y atronadora carcajada: lleva más de 15 años en la pantalla, pero pocas veces se la ve reír así. Es decir, en horario de máxima audiencia, en el "Tagesschau". En otras palabras, está sometida a un corsé serio. Por el contrario, acepta sin dificultad el apodo de "la de las noticias". Carrillo es una periodista hiperconsciente que ha pasado muchos años en la patria de un país y sabe lo que pasa cuando se enfrenta a su público y se lo cuenta todo. Vive tranquila y acepta esta familiaridad que ha adquirido, pero ejerce su derecho a establecer sus propios límites. Se describe a sí misma como reservada, pero eso no es excusa; la modestia forma parte de su ADN. Cuando empezó a publicar primero microrrelatos y luego novelas, encontró lo que buscaba. Se convirtió en un bestseller y ganó premios literarios, pero ella se lo quedó. Si tenía alguna duda, se aseguraba de que no surgiera. O decidieron no hacerlo. En general, Mónica Carrillo se ha aislado de la admiración y el desprecio. Por esta u otra razón, puede estar en su mejor momento cuando deja de anunciar titulares y toma ella misma el protagonismo revelando que fue el cáncer lo que la mantuvo alejada de las noticias en 2020.
No hay que meterse en todos los charcos", dice, y está convencida de ello. Los elige con cuidado, procurando no salpicar a nadie. No es que no sea pendenciero, sino que es muy peculiarmente pendenciero. Es la pendencia de quienes creen que la amabilidad aporta más que la lucha.
Dice que llegó al periodismo porque estudió arquitectura y luego turismo, pero ¿no era evidente su vocación?
En realidad, el periodismo era para mí más una profesión de lo que pensaba. Por un lado, yo era de Elche y la posibilidad de estudiar allí me quedaba un poco lejos. Por otro lado, estudio ciencias naturales, lo que involuntariamente te distrae de tu sueño. Pero yo quería ser periodista desde muy joven. Me interesaba mucho la comunicación, sobre todo la radio. Recuerdo que mi madre cosía en casa y yo me ponía a su lado y escuchaba la radio con ella. Hice el bachillerato después de escuchar la primera actuación de Julia Otero en Onda Cero, y cuando tenía 17 años y estaba a punto de licenciarme en ciencias, fui a Barcelona a ver su programa en directo y a conocerla.
Me quedé fascinada y convencida de que quería hacer todo lo que ella hacía y todo lo que hizo en el programa de entrevistas que siguió. Porque es un género que me apasiona y porque es la comunicación más desnuda. Pero tomé un camino tortuoso para llegar allí. No podía estudiar literatura por limitaciones numéricas, e incluso si hubiera tenido una buena nota, no me habrían aceptado de todos modos. Mi profesor de matemáticas vio mis notas y me animó a seguir la carrera de arquitectura. El periodismo era mi vocación, pero parecía casi fuera de mi alcance, y nadie en mi familia había estudiado periodismo. Valencia era la más cercana, pero las facultades eran privadas. Y las únicas facultades que había eran Madrid, Barcelona y La Laguna. Entonces era complicado.
¿No te dijeron que era una pérdida de tiempo estudiar literatura si estudiabas ciencias? Porque la posibilidad de ...
Sí, por supuesto. A menudo me decían: "¿Pero por qué piensas en literatura si se te da bien la ciencia?". Pero me encantaba el periodismo. En realidad, estudié arquitectura durante un año. Me fue muy bien, pero cuando mis padres vieron lo que hice el último día, cambié de opinión. Quería hacer un proyecto de fin de carrera durante tres años más y aprender periodismo. Me hicieron darme cuenta de que era muy irracional. Me dijeron que no volvería a derramar una lágrima. Me gustaba mucho la arquitectura, pero no podía imaginarme trabajando en una obra. Así que me metí en el turismo porque era de mi pueblo y me movía mucho. Aproveché la oportunidad de apuntarme a un curso Erasmus, que fue muy bueno para el idioma. Cuando volví, hice lo que me había propuesto hacer desde el principio: periodismo. También cursé una unidad de cálculo en arquitectura porque me sirvió para que me reconocieran las optativas libres en la Carlos III (risas). Hice el examen de acceso, hice el curso puente y entré en el mundo del periodismo, y aquí estoy hoy.
Empezaste en la Agencia Efe, pero en la radio.
Sí, empecé en la Agencia Efe en la radio. Cuando llegué a Madrid, enseguida busqué trabajo en la radio porque el IMEFE ofrecía un curso de formación muy bueno para chicos en paro en la Radio del Ayuntamiento. Hubo 800 horas de radio y televisión. Elegí la radio, pero era muy exigente, como aprender un juego. No me pagaban, pero iba a ruedas de prensa y hacía grabaciones de voz delante de un micrófono. ...... Conseguí una beca en la Agencia F y estuve allí un año. Quería quedarme en Madrid ese verano, así que hice prácticas en TVE e iba a TVE por la mañana y a Efe por la tarde. Trabajé a tiempo completo en dos empresas de medios de comunicación.
¿Cuándo empezó a trabajar en televisión?
Por aquel entonces, en el verano de 2000, empecé a aparecer en la radio nacional y en septiembre presenté mi proyecto final sobre ETA. En la radio informaba mucho sobre temas nacionales y económicos y a veces me llamaban "Monifestaciones" porque siempre estaba allí (risas). Pero la televisión sólo informaba de las noticias nacionales, así que las atrocidades se intensificaron ese verano. Así que presenté mi tesis y me mareé, y en septiembre no sabía qué hacer. Miré a mi alrededor y dije. ¿Qué voy a hacer ahora? El mareo anterior no era poca cosa, porque había cambiado de trabajo, pero en aquel momento literalmente no sabía dónde meterme. Así que volví a Alemania, a Berlín. Cuando volví en Navidad, visité a mis antiguos compañeros y me pusieron en la unidad de seguimiento de medios del PSOE. De hecho, nosotros mismos empezamos a supervisar los medios de comunicación. Cada semana escuchábamos a los medios de comunicación, los oíamos y los apuntábamos. Una semana era la SER, la siguiente la COPE, la siguiente RNE.... Así que fue muy gratificante porque pasaste por todos los medios.
¿Le dijeron entonces que tenía buen aspecto ante la cámara?
No, todavía no. Todavía no. Empecé allí como redactor de economía del Canal 24 Horas y estuve cuatro años. Ni siquiera hice una prueba de cámara ni nada. Lo único que hice fue el de Marbella (señala una foto enmarcada). También teníamos un programa semanal para Estados Unidos, pero era sobre turismo. Recorrimos toda la Costa del Sol y entrevistamos a hoteleros, pero era la primera vez que me ponía delante de la cámara. Lo he puesto, pero no pongo muchas fotos mías.... ...tenía 22 años. Un verano hice una audición para la Bolsa People's Network, que era un programa matinal. Esa fue la primera prueba de cámara que hice. Diario América, un informativo que se emite a las 2 de la madrugada en España y de madrugada en Argentina y México, fue mi primera emisión en directo. Estaba muy nerviosa, pero fue genial. Estaba muy nerviosa porque aquí, incluso a las 2 de la madrugada, nadie puede verme [risas]. Teníamos un equipo muy bueno, dos personas que habían trabajado como corresponsales en Bogotá y Argentina, y cuatro redactores del Canal 24 Olas. El Diario de América también tuvo repercusión fuera de España.
Recuerdo que una vez recibí una llamada de México en la redacción y me dijeron: "Soy la secretaria del señor García Márquez. Me ve todas las tardes y quería felicitarte..." Le dije: "Oh, no". En aquel momento vivía en Ciudad de México. Colgué el teléfono pensando que Gabriel García Márquez escucharía lo que estuviera escribiendo y me emocioné muchísimo. En cierto modo, éramos su ventana a Europa y al mundo. En aquella época, TVE lo era todo. Ahora te pueden ver internacionalmente con Antena 3, pero es verdad que en aquella época sólo podías informarte por esos canales, porque Efe era una agencia muy socorrida en Latinoamérica. La agencia colombiana me llamó y me pidió los datos de contacto del representante de ETA. Tuve que decirles que si tenían mis datos de contacto o sabían dónde estaba, me detendrían. Fue muy interesante e impactante, porque en Colombia tenemos una relación muy diferente con la guerrilla. Me sorprendió mucho porque ese verano hubo muchos atentados de ETA, así que era natural preguntar por sus contactos, como con las FARC y el ELN. Tienen muchas facetas diferentes y relaciones muy distintas.
¿Por qué vas a Antena 3?
En 2006 me invitaron porque se acordaron de que había una celebración por el 50 aniversario de Televisión Española. Venía a trabajar a las 7 de la tarde y me iba a las 3 de la madrugada. Llegué tarde y había una fiesta en la que tocaba Amaral. De repente, Antena 3 me llamó a las 10 de la noche para hacer una prueba para 'El diario de Patricia'. Y yo dije: 'Yo me encargo de las noticias, y este programa no me interesa'. Pero insistieron en que el programa en cuestión era en cierto modo excusable porque yo me encargaba de buscar caras nuevas. Me pidieron que me pusiera delante de la cámara. Años después, cuando miro el vídeo de aquella prueba, me siento amable, pero en aquel momento fue increíblemente embarazoso. Era un registro muy diferente del que yo tenía. Cuando pienso en ello ahora, siento pena y alegría ...... (Risas). Estaba nerviosa sobre todo porque soy muy tímida y reservada, y por supuesto siempre era un reto estar delante de la cámara. Y nunca había hecho una audición porque empecé en TVE como redactora y un día me pusieron una cámara delante. Sin maquillaje, sin nada. Luego hice cursos de locución y doblaje porque me gustaba, pero no tenía una formación especial para la televisión.
¿Era el casting realmente una excusa?
No sé si cogieron a alguien más de los que fueron a las audiciones. Había que mirarles a la cara. Y empujé, bueno, empujé para que no pensaran que era estúpida (risas). Poco después recibí una llamada con una oferta.
¿De las noticias?
Sí, porque unos meses después empezó Espejo Público y Susanna Griso dejó el informativo, pero aún no se habían anunciado los cambios resultantes. Además, estábamos a mitad de temporada. Así que el día que Susanna puso en marcha Espejo Público fue el día que debuté en las noticias de la mañana. En ese momento fui a ver a Fran Lorente para decirle que me iba. Cuando llegué al canal de TV, Alfredo Urdaci estaba allí, y luego Fran. Llevaba seis años en la estación y noté el cambio.
¿Cómo fue el cambio de dirección y cómo lo vivió? Fue una época turbulenta.
Bueno, echa un vistazo a esto. Parece que sigo en las altas esferas de los medios de comunicación, pero lo que he vivido es la experiencia de un trabajador corriente que ha visto el duro trabajo de la selección nacional. No sé si tengo que ir a Elmoor ese día, así que meto la chaqueta en el coche. Como satélite junto a los redactores, o lo que ellos llaman redactores, he visto con qué brutalidad trabajan. Y eso es algo que tengo que defender. Los periodistas tienen que hacer su trabajo. Independientemente de quién esté en la cima, las noticias deben fluir. Tienen que informar sobre la turbulenta situación actual, llenando el espacio de noticias, y no importa lo que esté pasando en la oficina. Como emisora pública, tenemos que controlar la información, por supuesto, y podría utilizarse fácilmente como herramienta política. Pero una vez que hay escrutinio y el Parlamento ejerce cierto control, no debemos ser tan insensibles como para decir que todo está mal. No debería.
Estoy muy orgulloso de mi paso por TVE, y defiendo el trabajo de los periodistas que allí trabajan, porque estar en TVE es estar en Piloti, y es muy fácil atacar a TVE. Quiero crear una televisión pública fuerte, honesta y con autoridad, junto con buenos profesionales. Lo digo por competencia y como sociedad cuando estoy allí: me ha gustado mucho trabajar tanto para Efe como para TVE, las cadenas públicas. Cuando paré allí, acababa de convertirme en empleada a tiempo completo y fue un paréntesis emocional muy importante para mí, pero a esa edad sabía que tenía que marcharme y trabajar en otros medios, en el sector privado.
¿Qué opina la gente de esta noticia, qué mitos siguen existiendo?
Incluso después de ocho años sin moverse, se puede preguntar: "¿Qué se lleva de cintura para abajo? ¿Llevas vaqueros o ropa interior de chándal? Y siempre explico que cambié mi set hace mucho tiempo para que puedas ver todo.... ¡Y apenas queda nada de la prensa plana! (Risas). No importa, sigue siendo un mito, y eso es muy extraño. Cuando empecé, me senté y salí, pasé el pedal por el apuntador, me puse los zapatos, me puse los vaqueros. Y sólo me acicalé la mitad superior del cuerpo. ¿Pero ahora? Es un mito perenne que necesito arreglarme y ponerme tacones.... Les gusta imaginarme en pijama y zapatillas. El otro día no quería despertarme con las noticias, pero lo hice sin planearlo y me dejé las zapatillas puestas. Salió en un santiamén y la gente se dio cuenta y lo comentó en la red. Yo también hice bromas al respecto, pero es curioso, se dan cuenta de todo. Todavía falta media hora, y mucha gente parece creer que acaba de leer lo que se ha subido, pero bueno.
Está en las noticias lo innovadores que hemos sido, ahora es la Realidad Aumentada (RA), pero fuimos los pioneros en ella. Ahora tenemos que movernos en el plató, nos han sacudido, ha sido un cambio muy bueno. Porque, al fin y al cabo, somos mucho más conservadores de lo que creemos, y también mucho más valientes. Tendemos a no movernos porque nos da miedo el cambio, pero al cabo de un tiempo decimos: 'Mira, me he levantado', y cuando nos piden consejo decimos: 'Pues deberías sentarte' [risas]. Y hubo varias veces que salí en la tele con el culo desnudo, sin maquillaje ni nada. Recuerdo los atentados de Barcelona, por ejemplo. Me dijeron que "una furgoneta estaba atropellando a la gente en Las Ramblas", y tras cambiarme de ropa llegué al lugar del tiroteo. Sin una gota de maquillaje. En aquella época yo era el suplente de Vicente Vallés, y a las nueve de la noche me quedaba allí sentado.
¿Cuándo empezaste a presentar las noticias con Matías Prats?
Dos años después de llegar a Antena 3 y terminar el programa matinal, en julio de mi segundo año, me llamó el jefe de informativos y me dijo que a partir de septiembre trabajaría con Matías, a partir de las nueve de la noche. Eso fue todo. Incluso una vez hice una emisión en directo de tres horas en un programa matinal, de 6 a 9 de la mañana, durmiendo muy poco. Yo entraba a las 3 de la mañana, septiembre a las 4, junio a las 5.... Y vueltas y vueltas, y luego me levanté a la 1 de la madrugada. Apenas he dormido. Cuando me trasladaron a las 9 de la noche, no me lo podía creer. Matthias llevaba años solo. Sólo llevaba un año con Susanna, pero ella llevaba mucho más tiempo con Roberto Arce. Matías estaba con Olga Visa cuando le dejó Rosa María Mateo, pero después de tantos años actuando solo, nadie espera que busque pareja. Y mira este matrimonio [risas]. Llevamos juntos más tiempo que la mayoría de los españoles y somos el matrimonio más longevo, tanto en la tele como fuera de ella.
Así que fue un gran ajuste para ti dar la noticia junto con él. ¿Se sintió más expuesto?
Sí, por supuesto. Lo que me sorprendió fue la pérdida del anonimato. Mi vida no cambió de repente, pero la perdí. El programa matinal es discreto, no lo ve mucha gente y el horario es complicado. ...... Se reconoció lentamente, pero fue leve.... Fui a la franja de las 9 y había un antes y un después. Lo he notado mucho. Y no soy uno de los pioneros porque tardé mucho en tener una red social. Al principio, no me atraía el compromiso personal que es Facebook. Pero algo cambió cuando vi a Ana Pastor en acción y la conocí a través de la red porque no coincidíamos en TVE. Ella era 59 Segundos y yo Tres Panias, y no coincidíamos. Cuando concedió la entrevista a Ahmadineyad, que tuvo una gran acogida, de repente sentí que me estaba perdiendo algo. Como periodista, sentí un impulso. Me hizo darme cuenta de que me faltaba algo profesionalmente y me pareció muy interesante. Fue entonces cuando empecé a entrar en contacto con ella. Pero no llegué a Twitter con una idea clara de lo que quería aportar. Lo único que tenía claro es que no quería contar las noticias, quería destacar lo que me parecía interesante, cosa que ya hacía en horario de máxima audiencia. No quería ser una fuente de información engañosa, porque no soy una persona mediática. Y también tenía que ser consciente de mi responsabilidad como personaje público, por eso me seguía tanta gente.
Así empezó, pero con el tiempo salió la esencia de cada uno de nosotros en la red. En mi caso, fue el interés por la información, el contacto con otros colegas y el interés por determinadas noticias. Aunque también hubo discusiones al principio, pero de otra manera. También me encanta el sentido del humor y la ironía, y el formato me parece muy atractivo porque permite el doble lenguaje. Sobre todo al principio, en 140 caracteres. Fue entonces cuando empecé a escribir microrrelatos en un espacio tan reducido. Nunca había utilizado abreviaturas y nunca había añadido una 'q' para decir 'qué', así que tuve que cambiar el verbo. Fue una educación realmente buena. Aforismos, haiku y micropoesía: ...... Me atreví a empezar, pero sigue ahí.
Twitter era mucho más amigable y diferente entonces de lo que es hoy. ¿Quieres empezar hoy mismo a contar microrrelatos?
Estoy de acuerdo contigo sobre los cambios en Twitter, porque ahora es duro, pero creo que entonces había una inocencia al principio de todo. Cuando empiezas a trabajar en un sitio nuevo y haces nuevos amigos, conoces gente y ...... Y algunas relaciones se tambalean. Y en Twitter, en lugar de estancarse, se dieron cuenta del potencial que tenían y empezaron a utilizarlo. Tomemos, por ejemplo, el problema de los bots que se aprovechan del hecho de que consiguen más seguidores a través del ruido y la polémica.... En Twitter, la gente solía ser mucho más abierta, pero se ha vuelto un poco menos inocente. A todos nos pasa lo mismo. Nosotros mismos también estamos cambiando, y no escribiríamos algo como lo hacíamos hace diez años. Pero para ser sincero, mi relación es prácticamente la misma que cuando empecé. Porque tengo la suerte de que no tengo muchos trolls ni haters, y tampoco les hago caso. Silencio y adiós. Intento seguir la misma filosofía en las redes sociales que en la vida. Sé que a veces me pellizcan, pero ¿por qué voy a sentarme a hablar con ellos si no me respetan? No me interesa. Ni siquiera me interesa una discusión. Otros periodistas y políticos están mucho más expuestos, sobre todo en ciertos temas como el fútbol y la religión. Lo que importa aquí es el valor, no la lógica. Es pasión. Castigo o no, en política lo mío no se quita, ¿entiendes? Intento ignorarlo y superarlo, como en la vida.
¿No te mojas?
Me muerdo la lengua si no quiero participar en este debate. Porque tengo una responsabilidad, tengo una responsabilidad con el público. Te doy la noticia y hay una confianza y un acuerdo tácito con tu público que confía en ti. Puedo hacer los comentarios que me parezcan importantes en ese momento, pero no tengo por qué pisar todos los charcos para ser honesto. No creo que sea necesario, así que soy un poco intuitivo. En la red, he navegado por muchas cosas con sentido común. Parece que algunos me llevan la contraria, pero eso no me interesa. Paso de esa persona como pasaría de alguien que me insulta en la calle. No me detengo a preguntar a la persona por qué me llama así. La gente que dice cosas malas de ti en el anonimato del sofá de su casa no se atrevería a hacerlo en la calle. Es un poco como una falsa guerra. No es valiente. Y es improductivo. Ya que pasamos tanto tiempo en las redes sociales, al menos deberíamos hacer que fueran útiles. No será para luchar.
De hecho, cabe destacar que una de las pocas "polémicas" en su red social fue un tuit bastante anodino sobre el 8-M: "El feminismo defiende la igualdad". Nadie debería sentirse incómodo llamándose feminista. Es legítimo defender lo contrario, pero viene con el nombre de machismo", dijo usted.
Sí, lo digo porque creo que es importante, como mujer y como sociedad. Y es importante porque es didáctico. Ahí es donde entro yo. Es mentira que se trate de machismo contra feminismo, y el feminismo es igualdad. Y esto no es una opinión, aunque lo parezca en principio y objetivamente. Por eso lo digo. Me parece muy extraño que esto sea controvertido.
También causó revuelo la "columna" (por decirlo suavemente) de Ramón Palomar en Las Provincias sobre el macho que eres.
Sí, me pidió disculpas después. Lógicamente, hay cosas que ya no puedo tolerar. No se toleran los insultos, ni los comportamientos machistas, ni ciertos comentarios groseros u obscenos. Esto es incómodo porque quieres elogiar a alguien pero tienes que hacerlo sin una buena razón. Lo ignoré al no prestarle atención porque representaba a alguien que se destacaba a sí mismo por su propio bien. No hubo insultos. Era un Chauvelin excepcional, pero más que un Chauvelin era un hombre del Ejército Rojo. No quería más polémicas. La gente que hace comentarios así, ya sea sobre mí o sobre otra persona, se está describiendo a sí misma y cada vez es más inapropiado porque ya no es aceptable y la sociedad está cada vez más enfadada por ello. Tanto hombres como mujeres. Algunos incluso se aprovechan de la provocación y a veces es mejor no hacerle caso, es como trolear. Admito que esta y otras salidas de tono son torpes, pero no las defiendo como sexistas.
¿Sería impensable hoy, tres años después?
Pero el machismo sigue presente en todas las capas de la sociedad, en todos los sectores, y los medios de comunicación no son una excepción. Es la propia sociedad la que necesita ser reeducada y nosotros tenemos que hacerlo. Sin duda habrá cosas que resulten inaceptables para la próxima generación porque se sientan anticuadas o no las entiendan. Estamos en transición, viviendo un momento de apertura, más libertad e igualdad, pero aún nos queda mucho camino por recorrer. Aún nos queda mucho camino por recorrer.
En la ceremonia de entrega del Premio Azorín, usted señaló que uno de los lugares donde la desigualdad es más visible es en la cúpula de los medios de comunicación, donde sólo se sientan hombres.
Sí, algo está pasando. Están ocurriendo muchas cosas, pero no las suficientes. Tenemos que seguir remando. Hay todo tipo de cosas relacionadas con las actividades del club que son muy importantes. Al igual que la solidaridad es muy fuerte en temas delicados como la inmigración, combinada con la humanidad y la empatía que nos evoca, también las mujeres estudiantes están muy conectadas. Y la última manifestación del 8-M creó una red tan fuerte. No digo que antes no hubiera hermandades, pero creo que ahí hemos cruzado la línea. Hasta hace unos años, era difícil que las propias mujeres dijeran "soy feminista". Porque podrían ser percibidas como radicales y que odian a los hombres, cuando lo único que quieren es igualdad. Quiero que mis sobrinos tengan los mismos derechos y oportunidades y sean aceptados socialmente. No soy racista, pero..." A nadie se le ocurriría decir algo así. Pero hemos avanzado mucho. Han ocurrido cosas que hoy son inimaginables. Cosas sobre las que podemos mirar atrás y tener remilgos, como el reparto de papeles en casa.
En particular, se acusa a las periodistas de estar "ahí" sólo por su belleza. ¿Es sexista?
Bueno, nunca lo había pensado así. Quizá alguien lo pensó, quizá alguien intentó hacerme sentir así, pero no lo consiguió, así que seguí adelante. A los presentadores también nos dijeron que éramos jóvenes, aunque ahora tenemos más de 40 años. Anna Paster y yo dijimos: "¡Pero de eso hace ya más de 40 años, y seguimos diciendo las mismas cosas!". A menudo nos reímos y hablamos de ello. Cuando Matías y Lorenzo Mira tenían esa edad, nunca decían eso. Parece que los periodistas pasamos de jóvenes a experimentados de golpe. Pero yo decido qué ponerme cuando presento un telediario. Nadie me ha dicho nunca lo que tengo que ponerme. Por supuesto que hay estilistas, porque tenemos un departamento aparte para eso. Pero desde la pandemia, también he empezado a maquillarme yo misma. Quiero decirle a la gente que soy responsable de crear la imagen que quiero transmitir. Si no te gusta, yo soy el responsable. También creo que hay ciertas suposiciones. En televisión es diferente, se decide el casting y se filma a determinadas personas. ......
Es cierto, pero hay patrones obvios. Por ejemplo, los presentadores son siempre personas mayores.
Cuando me incorporé, por supuesto, salimos en las noticias al mismo tiempo. Cuando me incorporé, estábamos en el telediario a la vez Matías y yo, Gavilondo y Silvia Inchaulondo, Lorenzo Mira, que estaba solo, y Piqueras. Por cierto, me pareció estupendo que los tres participaran en el concurso. Pero no pensé que Silvia Inchaulondo estaría allí porque es un busto parlante. Cuando se lo conté a Gavilondo, lo que dijo de ella fue brutal. Es muy educada, bien formada, una profesional excepcional.... En otras palabras, la belleza no funciona en televisión. Pero eso no significa que no lo haga. Una buena imagen es lógicamente lo mismo que una buena voz. ¿Tiene Gavilondo buena voz? Sí, claro que sí. Y ha sido utilizado como referencia en la radio. Y Luis del Olmo también tiene buena voz. La televisión tiene una imagen, y eso tiene una gran influencia social. Pero los periodistas de prensa también escriben mucho. No quiero decir que sólo se necesite una buena imagen para salir en televisión, quiero decir que no pienso en cualidades, pero cuando se trata de belleza, para mí no parece haber otro camino. Así son las cosas.
Pero es para mujeres, no para hombres.
Por supuesto. Pero es sólo cuestión de tiempo. En esta generación hubo y hay muchas mujeres como Mamen Mendisabal, y te pueden gustar un poco, pero no es razonable pensar que somos las mujeres más guapas del país y que por eso nos han puesto ahí. No ganamos ningún concurso de belleza. Tenemos nuestros certificados, pero nunca nos dijeron que habíamos aprobado con matrícula de honor en COU. Incluso en lo académico, ¿me entiendes? Nadie lo sabe. Creo que hay que ser persistente y contundente en este tema, pero hay momentos en los que no se puede discutir, y no es fácil estar al lado de Matthias Platz a los 30 años. Él es quien te domina, así que tienes que hacer tu trabajo y crearte tu propio hueco respetando su comportamiento. Porque si estás al lado de Matthias Platz, no eres Matthias Platz, y si te sientes así, ya no eres lo bastante bueno. Sólo puedes tener cierta sensación de seguridad y profesionalidad si no la tienes, y te lo digo ahora, 12 años después, porque lo miro desde la distancia. Me sentiría muy avergonzado si crees que voy demasiado lejos al decir esto, pero.... Tengo un fuerte sentido de la justicia que heredé de mis padres, así que soy muy cuidadosa.
¿Es porque tiene miedo de las consecuencias?
No, porque he sido valiente muchas veces. Por ejemplo, dije que despedí a Fran Lorente y Ana Pastor porque tenía mala intención. Además, no conocía tan bien a Ana. Dije que Fran se fue así, que lo hizo bien, en silencio y discretamente. Y no pasó nada.
Pero ahí rompes la cautela, no por tu propio bien, sino por el bien de los demás.
Sí, por supuesto. Porque pensaba que era injusto y que se merecían una ayuda. Por eso no rompí mi lanza antes, porque no quiero causar alboroto. Entonces me sorprendí de repente. Cuando se lo conté (señalando la cicatriz de su cara), Matthias se quedó helado. Lo dije a las cinco de la tarde y nadie sabía que lo iba a decir en directo. Mi madre me dijo: "Si lo vas a decir, deberías haberme avisado, Titus me está llamando...". Me regañó.
Cáncer cuando declaró públicamente que tenía carcinoma basocelular.
Sí, Matthias me dijo: "Tienes pelotas". Sabía lo que me había pasado, pero no todo, no tanto. Cuando le conté estas cosas, fue muy sincero, porque fue una idea repentina. Si hubiera sabido que iba a causar revuelo, quizá me lo habría pensado [risas]. Pero de repente es como: 'Ya he hecho el primer informe, ya he salido, ya está...'. Dije. Pensé en cómo ayudaría eso a la gente, cómo sería visto. Todos los días, "Si hubiera publicado la noticia en ......" recibo mensajes que dicen. Muchas personas acudieron a un dermatólogo que descubrió entonces un calcinoma. Pero no lo medí en su momento.
¿Te asustó el susto?
Sí... Tuve que distanciarme un poco. Fue un poco abrumador, pero eso es todo. Sobre todo cuando pongo las fotos en la página web.
¿No te gustaría verte en los periódicos?
¡No, me da vergüenza ......! Si no me conoces, esto puede parecer a veces falsa modestia. Pero es verdad. Y reconozco que soy valiente para otros o en determinados momentos. Quizá haya decepcionado a algunas personas. ...... Pero soy prudente. En un momento dado llegué a decir: "No, eso no".
Cuando recibió el Premio Azorín 2019, ¿tenía intención de pronunciarse al año siguiente con La vida desnuda?
Todavía tenía un libro sin terminar.
¿Así que decidió publicarlo?
Sí, nunca había pensado en presentarme a concursos literarios. Es como cuando empiezas unas prácticas en TVE y de repente vienen todos tus amigos, tíos y tías a preguntarte: "¿Cuándo puedes publicar tus noticias?". Y decían: "Un momento, tenemos 9.000 empleados en .......". Les dije. ¡Pero por fin lo anuncian! Es curioso porque es una entrega de premios en Alicante, y mis amigos vinieron y me dijeron lo mismo: "Vas a ganar", bueno, me dijeron lo mismo cuando gané el premio Planeta. Nunca se me había ocurrido, pero la idea surgió de ahí, aunque estuviera inacabada. Soy de Alicante, así que Azorín me pareció un buen premio. Pero también fui presentador en Planeta hace unos años, donde conocí a mi jefe. Fue un debut brutal. Luc: Mi debut con Matías fue el día que se hundió Lehman Brothers, eso fue en septiembre, y en octubre me mandaron a Barcelona a presentar en Planeta con la infanta Cristina, José Manuel Lara (al que no conocía) y Silvio González, consejero delegado de Atres Media... Fui con ellos y conocí a todo el mundo allí. Les saludé y les dije que espero que pasen una buena noche, y si no, es la última vez [risas]. Recuerdo el año que ganó Planeta Sabater. ¿Y quién puede decir que unos años después seré escritor?
¿Cómo dio el salto a la ficción con La luz de Candela? ¿Lo sugirió usted mismo?
Fue una combinación de ambos. De hecho, recibí varias ofertas. Otra editorial me pidió que escribiera un ensayo y Planeta me pidió que escribiera una novela. Y me envenenaron. La redacción era buena, pero la novela era ...... y se limitaron a decir: "Bueno, hasta luego". Empecé a escribir y cuando llegué a las 80 páginas le llamé y le dije que quería hacerlo.
¿Quién leyó el primer borrador?
Mi madre, aunque ese borrador se hizo más grande después, creo. Pero ya tenía un principio y un final, porque cuando empiezas a escribir no sabes adónde vas. La parte central es ...... sí, sí, crecerá. Mi técnica consiste en llegar al punto final, aunque en el camino se vaya de un lado a otro (dibujando un laberinto con las dos manos). En este trabajo anterior se me ocurrió una figura inesperada.
¿Era impensable para usted escribir una novela?
¿Sabes por qué? Por mi modestia. Siempre he tenido mucho miedo al ridículo, que viene con la modestia, pero también soy muy apasionada. Una vez que empiezo y me gusta, no hay vuelta atrás. A mí me da igual. No importa lo que salga, tengo que hacerlo. Ya he escrito una novela y si quieren publicarla, que la publiquen, pero ya la he escrito.
Temía que los críticos me destrozaran y me trataran como a un extraño literario. ...... ¿Cuáles eran sus mayores temores cuando debutó?
Tío, tenía miedo de exponerme.
¿Y si tuviera algo que ver con mi vida?
No, verás, no me refería a eso. En mi primera novela hice algo atrevido y me dio un poco de miedo. Pero en cuanto empecé a escribir, empecé a escribir. Dialogué conmigo mismo de antemano y decidí no escribir sobre política, actualidad y redacción.... No me apetecía en ese momento, así que no digo que no lo vaya a hacer. Quería emocionarme, quería que fuera una vía de escape para mí y no una continuación de lo que hacía antes. Por eso se me ocurrió el microrrelato y lo rodé así, de lo contrario habría hecho algo más cercano a mi profesión. Sólo porque perdí un poco el miedo a exponerme, a mostrar algo, pude escribir libremente. Pero sigo diciéndome. 'No soy yo quien sale en las noticias escribiendo el libro. Olvídalo. Luego me pregunté si quería escribir en primera persona, y así fue, porque quería que el lector empatizara con la protagonista y contara su historia. Pensé que si escribía en primera persona la gente pensaría que yo era la protagonista, me preguntarían y me imaginarían como ella, pero me daba igual. Lo hice de todos modos. Lógicamente, cuando lo escribí, me vino el pensamiento "pa' qué te metes".
De hecho, siempre he tenido la sensación de pisar a los demás cuando escribía..... Seguro que ya has oído esto antes.
Sí, a mí también me pasó. Es como el Síndrome del Impostor, yo también lo sé. Eso me recuerda que el editor que me llamó para proponerme un ensayo me sugirió que tomara como tema favorito "el lenguaje". Cuando me negué porque no soy lingüista y no estoy preparado, me dijo: "Llevo 25 años haciendo esto. Nadie diría eso". Y no me importaba. No soy de la RAE, así que no puedo hablar desde mi posición de lingüista. Me pidieron que hablara como comunicador, pero no pude verlo. Incluso diría que tampoco veía claro el proyecto en sí. Eso no ocurrió en el caso de la ficción. Escribo ficción, así que yo mismo corro el riesgo. O te gusta mi técnica, mi lenguaje, mi expresión, mi trama... o no. Pero me expongo y no juzgo a nada ni a nadie más que a mí mismo. Me atrevería a decir que fue aún más difícil. Lo otro es que era un tema interesante, pero yo no lo vi.
¿Se dio cuenta del papel de la proyección mediática en el éxito de su libro?". De Anónimo, no sé cómo habría actuado.... ", dices.
Pero es lo mismo que he dicho antes sobre la belleza: No todo el mundo en la televisión se ajusta a los mismos cánones de belleza, y no todo el mundo tiene el mismo coeficiente intelectual. Claro que no. Pero en determinadas circunstancias pueden solaparse. Pues eso es, con todos mis respetos, lo mismo. Por supuesto, una fuerte presencia en los medios de comunicación puede generar cierto interés. Cuando me preguntaron: "¿Y si la gente dice que eres una presentadora reconvertida en escritora? Es cierto, soy periodista y escribo. Pero cuando la gente dice eso peyorativamente, yo digo: "¿De dónde sacas licencia para ser escritor?". Julia Otero, por ejemplo, es lingüista, no periodista, pero creo que es la mejor. Carlos Herrera es médico, ¿verdad? Bueno, esa es la cuestión. Eso no significa que tenga que estudiar periodismo porque soy un buen comunicador. Yo estudié periodismo, y por supuesto que estoy de acuerdo con la educación, pero la idea de que sólo se puede adquirir talento si uno mismo lo valora.... No, no, es lo mismo que la gente polifacética. Pasa lo mismo con los polivalentes, y en España, a diferencia de otros países, te castigan mucho. Aquí, cuando te ven haciendo algo completamente distinto de lo que haces, dicen: "Oye, qué sospechoso, eres periodista, ¿por qué tocas el piano?".
Y creo que es el resultado de una cierta amargura, sobre todo en el mundo de la literatura, porque hay mucha inestabilidad y no hay mucha gente que pueda vivir de ello.
Sí, eso también es cierto. Y cuando pones la pelota en el suelo y dices eso, claro que es comprensible, ¿no? Al final es una combinación de cosas, como que tuve la suerte de leerlo. Lo leyeron, les gustó y ahora es el momento adecuado. ...... Tienen que pasar muchas cosas. Puedo entender la frustración de las personas que luchan por conseguirlo.
Pero, ¿no es también tu responsabilidad?
¡Tú lo has dicho!
No estoy seguro de haber dicho demasiadas cosas odiosas con él. ......
No, porque naturalmente los aceptamos y entendemos de una forma u otra. No hacer ni lo uno ni lo otro es disculparse. Porque eso sería, en última instancia, un insulto al lector. Eso no me gusta. Cuando la gente me dice: "Esta película es muy comercial", yo respondo: "¿Qué queremos? Hablemos de la película, nos guste o no. Lo que lógicamente quiero es hacer películas de calidad que nos nutran y nos formen. Pero, ¿cuáles son los criterios para ello? ¿Quién te los da, eres tú? ¿Quién es el campeón de la calidad y la moralidad? Da un poco de miedo porque es casi como una censura, ten cuidado. Le puse un cascabel a mi gato. Claro que puedes leer un libro y decir: "No entiendo este fenómeno porque no me ha gustado". Pero el fenómeno forma parte de la sociedad, el libro, la película, la canción.... Pero socavarlo porque es un fenómeno.... ¿Qué es mejor: no leer libros o leer libros sobre el fenómeno? Si le dices a un niño que lea el Ulises de Joyce, no lo hará. Pero si les dices que lean un cómic.... Lo más importante es alimentarse. Creo que siempre es bueno ser una referencia para otra persona. Desde que escribo, me sigue mucha gente joven que no sale en las noticias.
¿Gente que le conoce como escritor y no como presentador?
Al principio solo había unas pocas chicas, pero luego fueron cada vez más. Porque se suponía que era un tipo de literatura -como nos gusta llamarla- para chicas. Se llamaba "literatura femenina". No creo que sea el caso. Porque cuando escribe Almudena Grandes, es una novela de mujeres, y cuando escribe Javier Marías, es una novela de hombres, ¿no? No me gustan las etiquetas, así que no las acepto. En la firma de libros vi a muchos jóvenes, y vi a padres que me daban las gracias porque era el primer libro que leía su hijo. Es increíble que de repente esperen con impaciencia ese día y digan: 'Lo he pedido por adelantado, ve a comprarlo'. ...... Siento que es un milagro. Entonces, claro, puede que lean mi libro y no les guste, igual que a mí no me gustan las novelas policíacas. Pero una vez le di mi libro a alguien que podía decirme la verdad.
¿Ser criticado, quieres decir?
Sí, tengo palabras duras, como con Gabi Rondo, con Antonio Lucas.... Le pregunté a Lucas, reconocido poeta y ganador del Premio Loewe: "¿Qué pasa con los microrrelatos que escribí?". Porque me interesa lo que dice. El resto puede consultarse en ....... Bueno, lo entiendo, pero para ser sincero, no he recibido muchas críticas. O nunca me he sentido así. Ahora que cuento esta historia, siento que me prestan más atención de la que tengo. Nunca me sentí criticado. Es como un problema de imagen, nunca nadie me hizo sentir que estaba ahí por mi físico. Nunca, nadie. Ni en literatura, ni en belleza. Igual que a mí nunca me han discriminado por ser mujer, pero eso no significa que no exista.
Además de las noticias, ¿hace algún tipo de periodismo, como trabajar en la radio o presentar programas de viajes en Japón? ¿Noticias especiales?
Lo que más me gusta son las entrevistas. Me ocupo de la actualidad y no digo que no a los programas de actualidad, pero lo que más me gusta son las tertulias. Porque es un registro diferente de lo que hago, y llego a conocer a la gente de otra manera. Si ahora estuviera en la posición contraria, disfrutaría más [risas]. Para mí, el mejor formato es cuando estás charlando y el público dice: 'Ojalá estuviera sentado ahí'. Qué feliz es el periodista que escucha". Realmente tiene sentido porque está en el ojo del espectador. Tengo que retratar lo que pasó, cuál es la realidad, cómo es el personaje, porque mi trabajo es ser lo más fiel posible.... Es muy guay.
Como espectador, siempre me gustan los programas de entrevistas tranquilos y relajados. Hoy en día estoy acostumbrado a un formato diferente, como El Perro Verde o La Luna, así que no los veo tan a menudo.... Aún me queda mucho por hacer, y no niego que la vida puede sorprenderme. Porque mi sueño es ser periodista, y soñaba con hacer radio, pero al final la mayor parte de mi carrera ha sido en televisión. Hago radio relacionada con la música porque me encanta, me sumerjo en la literatura y escribo novelas y microrrelatos ...... A fin de cuentas, no sé qué más hacer. Por eso me sorprende mucho que la gente se pregunte por qué los periodistas se ponen a escribir. Los que empiezan a escribir, incluso los chefs, si son lo bastante buenos, ¡pueden hacerlo!". Y. Si consigo llegar a la gente.... Es arriesgado y vertiginoso empezar a escribir, y claro, como a mí, me da miedo salir de mi zona de confort. De hecho, me pasé la publicidad de mi primera novela diciendo precisamente eso: "Salgo de mi zona de confort". Y lo hago, incluso cuando no es necesario.
¿Cómo fue ir de entrevista en entrevista?
Fue una campaña publicitaria increíble durante todo un día. No recuerdo a la persona en concreto, pero sí el día. Y, sobre todo, recuerdo que me avergoncé cuando Matthias me dijo que el libro iba a salir. Nunca había estado tan nerviosa.
¿Ha tenido alguna vez una crisis nerviosa en una actuación?
No me emociono. A menudo estoy nerviosa y con el corazón roto, pero aun así tengo que salir ahí fuera. Pero con el libro fue raro porque era como si estuvieran hablando de mí. Fue raro, estaba muy emocionada. No había visto el vídeo antes, así que lo vi en directo, y creo que fue un error porque estaba muerto [risas]. Cuando Matthias se despidió de mí, no podía hablar, me quedé alucinada, parecía muy seria, pero no lo estaba. También es cierto que cuanto más tarde, más me emociono. También es cierto que más adelante adquieres más experiencia, por ejemplo ahora que he superado un cáncer. En ese momento, bromeé con Matthias. 'Déjame decirte algo', me advirtió". Y yo le contesté.
¿Qué ha dicho?
Descubrí que mi nariz tiene un lado bueno y un lado malo (risas). Eso es un resultado secundario. Y entonces, "Hey, hey..." Dijeron. Ahí es donde sentí el desarrollo. Cuando me convertí en protagonista, estaba bloqueado, estuve fuera tres meses, y ahora puedo bromear sobre temas serios. Hace un año que salí de la detención de profesores. Al principio no quería hablar de ello y apenas daba información a nadie, porque a partir de la mitad se convirtió en algo muy escandaloso, la verdad, con muchos puntos. Tuve muchas operaciones. Ver. Se suponía que el libro se iba a lanzar el 31 de marzo, pero no: estaba bloqueado, se lanzó en junio, así que sólo tuve tiempo de hacer anuncios de televisión, lo que me pareció bien. Simplemente vinieron y me operaron e hicieron el resto por teléfono, pero no sabes cuántos puntos tuve en la nariz, no sabes lo que me pasó en la cara. Realmente lo logré cuando se lo dije. Empezó como algo pequeño y se convirtió en algo grande, así que tuve que posponerlo unos días, pero no quería decirle a la gente que me había sometido a otra operación. Recuerdo que me preguntaron lo mismo 13 veces seguidas porque me habían operado el día anterior. Y me afectó mucho. Alucino cuando lo recuerdo ahora, pero fue una dura prueba que llevé bien. Le pasa a todo el mundo, pero creo que cuando no tienes elección, recuperas la fuerza.
Hablemos un poco del tema rosa, la prensa rosa. Nunca quise meterme en eso, pero siguen sacando el tema. Cuando lo hace, ¿piensa en sus colegas hablando de su vida privada?
Para ser sincero, no pienso mucho en mis colegas. En todos los medios siempre hay gente a la que puedes respetar y gente a la que no. Pero no sé, quizá sea mi carácter reservado, nunca me he dedicado a ese tipo de periodismo, y sólo he hablado de mí a dos amigos, no se me ocurre nadie más. Por supuesto que lo respeto, pero no voy a involucrarme.
¿No es difícil?
Bueno, eso es como cualquier otra cosa. No se puede entrar en una casa y ser visto por tres millones de personas cada día, ser publicitado y vilipendiado....
¿El interés privado forma parte del paquete?
Ciertamente, es lógico. Es lógico que suscite interés, podemos confirmarlo. Intento tomármelo bien, porque si me lo tomo mal, no resolveré nada. Es lógico crear interés, creo que es bueno ser lógico. Cuando dejas de ser anónimo, me recuerda a la canción de Leyva 'Insólitamente perdí el anonimato / Sé que no es para tanto'. No digo que perder el anonimato sea raro o malo, sólo que te cambia, para bien o para mal. Antes de que te des cuenta, la gente te hace fotos, te pide que te hagas selfies, puede que incluso te ceda un sitio en un restaurante, como siempre se dice. Es raro que la gente me trate igual, no ha cambiado nada en mí, ha cambiado mi visibilidad y mi reconocimiento, pero estoy evolucionando porque soy la misma persona. No lo tenemos en cuenta. Sé que este tipo de cosas pasan, y cuando pasan, intento disimularlas o reírme de ellas. Y eso es lo mismo que trollear, no me interesa, así que no entro en ello. Nunca digo si es verdad o mentira, y no quiero hacerlo. Los paparazzi tampoco los persiguen. Cuestan mucho dinero, así que hay que tener la mente abierta. Y si te persiguen, ¡significa mucho trabajo! (Risas). Porque despertar su interés y curiosidad tiene algo de positivo.
Parece que tienes muchas páginas de fans. ¿Qué se siente al ser periodista y tener un club de fans?
Sí, son muy amables, porque también son grandes aficionados. Muchos de ellos proceden de América Latina, y muchos son jóvenes aficionados al libro. Primero suelen decir: "Te conozco de la tele", luego: "He leído tu libro", y ahora incluso: "Te sigo en Twitter". Es muy extraño porque les llega de muchas maneras diferentes. Es estupendo porque me doy cuenta de que mi carrera no se centra sólo en una cosa y puedo ampliar mi público. Me interesan los jóvenes y la gente de otros países porque quiero llegar a más gente y ser más diversa. Cuando entrevisté a Ibai Llanos, la persona dijo: "Mierda, estoy hasta nervioso, lo veo en las noticias, mierda, es...". [Risas.] (Risas.) Porque todo lo que ayude a la nueva generación es bueno. No digo que todas las épocas pasadas fueran buenas ni que la gente de hoy no entienda nada. Por supuesto, habrá códigos que la nueva generación no entenderá. No tengo 20 años, tengo 40. Tienen su música, su rebeldía, y tiene sentido que no les guste mucho lo que les gusta a sus padres porque los refuerza.... Me gustó la entrevista con Ibai, igual que Julia Otero me acogió entonces. Así son las cosas. Los prejuicios y las etiquetas no van conmigo.
En mi primera entrevista como presentadora de informativos en Antena 3, me preguntaron qué tipo de noticias quería contar.
¿Y qué he dicho?
Fin de la ETA. Y lo diste.
Sí, lo hice.
¿Y ahora qué?
Inmunidad de rebaño, sin duda. Ese es el final de esta pesadilla. Porque el último año ha sido especialmente difícil para mí, con la detención y demás. Y me fui a casa a contarles las noticias y el panorama de miedo cruel. Todos los fines de semana Pedro Sánchez daba una charla y los datos eran catastróficos. Ha pasado un año desde entonces y ahora estamos en periodo de luto, o eso parece. Todos estamos haciendo balance, dejando a un lado la fatiga pandémica, y 2008 fue, como dices, por la crisis económica, pero recuerdo que en 2012-2013 nos enfrentábamos básicamente a la misma prima de riesgo. Ahora, un año después, puede que estemos en otra crisis económica y que el ERTE que suframos sea un ERE, pero de momento sigue siendo un problema de salud y todavía no sabemos lo mal que estamos. La tierra se ha parado porque hemos despertado. Antes era un poco más optimista en cuanto a aprender de esto. ......
¿Inventar algo mejor?
"Sildrimis mijiris, ¿verdad?" (Risas.) Ciertamente es un poco tranquilizador ver la imagen de solidaridad que ha despertado. Estoy viendo un programa sobre la pandemia que hizo Gavilondo cuando estábamos atrapados, y hablé con un experto. Y allí Arsuaga dijo: "Esto es una advertencia, es como confrontar nuestra forma de vida frente a un espejo". Era una cuestión que iba más allá de si éramos rápidos o no, era una cuestión de si éramos una especie. Y si aquí somos más pesimistas, porque no creo que hayamos aprendido nada. También el hecho de que de repente viéramos una escena en la que el mundo se paraliza... He visto los aplausos y mi cuerpo se siente un poco extraño. Aunque la crisis estalló en 2008, me harté de ella en 2012. A ver qué pasa ahora. Veamos las respuestas de otros años para ver si no podemos hablar tan mal de ellos....
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