Aprende a ser amable y así reducir el estrés

Aprende a ser amable y así reducir el estrés

El estrés es una reacción normal del organismo ante situaciones que lo desbordan, y probablemente lo hayas experimentado muchas veces. El estrés se asocia a cosas negativas, pero también puede darse en situaciones de cambio positivo. El peligro es que se convierta en una parte constante de nuestras vidas y provoque enfermedades. Es importante controlar el estrés para llevar una vida sana.

El estrés es un compañero constante en nuestra vida cotidiana, ya que estamos constantemente ocupados con nuestras tareas diarias y tenemos muchas responsabilidades. Cambios, adversidades, problemas, peleas, toxicidad, incomprensión, mudanzas, separaciones, etc. Todo se acumula y se convierte en parte de la vida y nadie está a salvo. Por ello, es importante aprender recursos para hacer frente al estrés.

Si te preguntas cómo reducir el estrés y, sobre todo, cómo dejar de dejarte estresar por el ritmo frenético de la vida, primero debes entender que necesitas cuidar de tu propia salud. Porque si sigues poniéndote en situaciones en las que el estrés suele aparecer, sin duda perjudicará tu salud física y mental. Y para cuidarte en este sentido, tienes que cambiar. Especialmente los comportamientos y hábitos que te perjudican.

Como se explica a continuación, hay muchas formas de aprender a gestionar el estrés, pero todas ellas tienen que ver con hábitos, actitudes y comportamientos saludables que hay que cambiar gradualmente. Sobre todo, tienes que saber que tienes que hacer un esfuerzo y comprometerte a hacerlo. Sólo tú puedes cambiar esto. Si se preocupa por su salud y bienestar, le recomendamos que aplique y siga las siguientes directrices.

Reconocer y evitar el estrés

Aprende a ser amable y así reducir el estrés

Para aprender a lidiar con el estrés, primero hay que aprender a reconocerlo. Esto puede parecer muy obvio, pero a menudo es difícil, sobre todo si no estás muy conectado con tu cuerpo. Los primeros signos de estrés pueden presentarse en forma de dolores de cabeza, aumento de la ira o la irritabilidad, o dolores de estómago. Debe haber dolores y cambios regulares, y usted debe saber cómo reconocerlos. Cada persona las experimenta de una manera diferente. ¿Cuáles son los signos que percibe? Si te fijas bien, lo sabrás.

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Una vez identificados los signos de estrés, lo siguiente es analizar qué cosas, personas y situaciones lo desencadenan. Puede tratarse de la pareja, las relaciones, el trabajo, el dinero, los hijos, los problemas de salud, etc. Puede ser muy diferente para cada persona, pero tienes que averiguar cuál es la causa de tu estrés. Esto te ayudará a entender de dónde viene el estrés y a aprender recursos y estrategias para afrontarlo.

Un error común es intentar evitar el estrés mediante hábitos que son perjudiciales para la salud, crean aún más estrés y aumentan la ansiedad. Eso no tiene mucho sentido, ¿verdad? Pero, por desgracia, a menudo es así. Son comportamientos psicológicamente relajantes pero físicamente destructivos.

Si es así, cambiar estos hábitos es una solución para evitar el estrés.

  • Consumo de alcohol y drogas
  • Hábitos de sueño poco saludables, como dormir demasiado o descansar poco.
  • Fumar cigarrillos.
  • Comer grandes cantidades de alimentos grasos.

Recurrimos a estos comportamientos cuando estamos estresados. Sin embargo, no son apropiadas en absoluto y son actitudes contraproducentes, ya que las fomentan aún más. Pero son sólo nuestras sensaciones las que nos arrastran físicamente a un bucle de ansiedad, que a su vez conduce al estrés.

Consejos de salud para afrontar el estrés

En lo anterior se han señalado formas de afrontar el estrés, pero también hay algunas cosas que hay que evitar para dejar de ser presa del estrés. Los comportamientos para controlar el estrés que debes aprender y practicar son saludables y ayudan realmente a reducirlo.

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Averiguando qué te hace sentir relajado y en paz, puedes desarrollar tus propias estrategias. Al explorar y conectar con tus necesidades, también puedes desarrollar una serie de estrategias para encontrar más paz y reducir la ansiedad. He aquí algunas técnicas que puede probar para evitar que el estrés se convierta en una afección permanente. Elige las que mejor te funcionen, intégralas en tu vida, aplícalas a tu rutina diaria y ¡aprende a controlar tu estrés!

  • Actividad física: se ha demostrado que es una de las mejores técnicas para controlar el estrés. Cuando hacemos ejercicio, el cerebro deja de producir cortisol (una hormona del estrés) y en su lugar produce endorfinas (una hormona que proporciona felicidad y relajación). El ejercicio regular tiene muchos beneficios, entre ellos liberar la energía negativa que nos causa tanto sufrimiento y malestar.
  • MEDITACIÓN: La práctica de la meditación también se ha investigado y los médicos la recomiendan encarecidamente para controlar y aliviar el estrés. Nuestras corrientes de pensamiento habituales generan ansiedad. La meditación acalla el ruido de nuestra cabeza y nos ayuda a centrarnos en nuestras necesidades y en lo que es realmente importante. El autoconocimiento conduce a una mejor comprensión de nosotros mismos y a una convivencia más relajada y armoniosa con los demás....
  • Aceptar y reconocer lo que no podemos cambiar: Hay muchas situaciones en nuestras vidas que no están dictadas por nosotros. Tampoco podemos hacer todo como queremos o como deseamos. Todas estas cosas escapan a nuestro control normal debido a los muchos factores que intervienen. La aceptación significa que dejamos de resistirnos a lo inevitable, pero seguimos siendo flexibles y nos adaptamos a lo que ocurre. Al aceptar estas situaciones, ya no creamos tensión cuando nos enfrentamos a ellas.
  • Cambiar de actitud y de perspectiva: Para hacer frente al estrés, nuestra actitud puede ser un gran aliado o un gran enemigo. Por lo tanto, tenemos que centrarnos en cómo podemos ajustar nuestra actitud ante las inevitables situaciones y adversidades que surgen, y cómo podemos ajustar nuestra actitud hacia una mejor forma de vivir. La adversidad puede vivirse como una experiencia de aprendizaje o como una lucha estresante interminable. Nosotros decidimos...
  • Respiración y relajación: aprender técnicas de respiración puede ayudarte a concentrarte y mantenerte relajado. Esto es especialmente necesario en situaciones en las que estamos enfadados o vivimos a un ritmo que nos lleva a la fatiga crónica. La respiración nos permite relajarnos y liberar la tensión que causa malestar. Perdemos el control porque no sabemos relajarnos, y cuando perdemos el control vamos directos a las profundidades del estrés.

En resumen, la base de la gestión del estrés suele residir en el cambio de hábitos, tal y como propugna el método Create Health. Para combatir el estrés, debemos darnos cuenta de que no basta con aprender a relajarnos, sino que debemos revitalizarnos haciendo cosas que nutran y contribuyan a nuestra salud general.

Herramientas como la aplicación Siente son un poderoso aliado a la hora de llevar una vida sin estrés. El método es sencillo: aprender a entrenar la mente, reducir el estrés y, por tanto, ser más feliz, incorporando la atención plena y la psicología positiva.

La bondad es una cualidad que nos impulsa a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Sin embargo, hay una recompensa. La bondad nos devuelve la felicidad.

La amabilidad es algo fácil de conseguir para algunas personas, pero es algo que se consigue durante un largo periodo de tiempo a través del entrenamiento y la disposición.

En un mundo caracterizado por el estrés, el consumismo y el individualismo, nos distanciamos cada vez más unos de otros. Tecnologías como Internet y las redes sociales parecen unir espacialmente a las personas, pero en realidad están distanciando cada vez más a la sociedad, de modo que cada vez a menos gente le importa quién está sentado a su lado.

Pero lo cierto es que nos sentimos felices cuando experimentamos amabilidad, y eso afecta a cómo pasamos el resto del día.

¿Bondad o debilidad?

Cuando una persona actúa con amabilidad, pretende ser amable y atenta con la gente que le rodea. Sin embargo, algunas personas dudan en mostrar amabilidad porque temen ser percibidas como débiles. Esta asociación es errónea, y no deberíamos hacerlo, porque la amabilidad es un signo de fortaleza y seguridad a los ojos de los demás. Para desarrollar toda la bondad que necesitamos para ser nosotros mismos y ser felices, es importante no dejarse influir por los prejuicios de quienes nos juzgan.

Lo que ganas cuando eres amable.

Cuando practicas la bondad, no sólo te beneficias tú, sino también los que te rodean. Estas recompensas tienen lugar a muchos niveles: psicológico, social y biológico. Cualquier excusa es buena para un comportamiento adecuado.

  • Por placer: Ser amable te hace sentir bien. Para elaborar: Las personas pueden ser amables con los demás simplemente porque disfrutan siéndolo. Deben disfrutar del hecho de que un saludo, una sonrisa, una palabra o un gesto amable hagan que la otra persona se sienta bien.
  • Realización: Cuando eres amable con los demás, puedes obtener una sensación de realización que hace más fácil la vida de los que te rodean. Sientes que has hecho algo útil, algo bueno, y eso te da una sensación de seguridad.
  • Mejora de la inmunidad: el estrés acumulado puede debilitar el sistema inmunitario cuando te relajas. Una actitud amistosa nos ayuda a sentirnos realizados y, por tanto, a afrontar la vida de forma positiva y a ganar confianza y seguridad en nuestras acciones. Esto afecta a nuestra forma de ver el mundo y de afrontar las situaciones. Sentirse capacitado puede reducir el estrés y la ansiedad.
  • Felicidad: regalar, saludar a diario al prójimo, dar las gracias, una simple sonrisa... son acciones muy sencillas, pero que aportan una gran felicidad tanto a quien las da como a quien las recibe. Los modales son sinónimo de autoestima y deben apreciarse. Aunque nuestra contraparte se comporte de forma agresiva e irrespetuosa, no debemos perder los modales y no replicar. Al contrario, nuestro buen humor es contagioso y lo transmitimos a las personas que nos rodean.

¿Cómo podemos fomentar la amabilidad?

  • Nunca es tarde para empezar. A lo largo de nuestra vida evolucionamos y nos volvemos más o menos amistosos en función de nuestras experiencias. Así que cualquier momento es bueno para empezar a ser amable y mejorar.
  • La dulzura no es innata desde una edad temprana, aunque algunas personas tengan una predisposición especial a ella. Por ello, los padres deben prestar especial atención al desarrollo y adquisición de esta capacidad.
  • Dar buen ejemplo. Si los padres suelen ser amables con los demás, es probable que los hijos imiten sus pautas y comportamientos. Por ello, los padres deben dar buen ejemplo diciendo "gracias", "lo siento" y "servicio desinteresado".
  • Expresar gratitud Un acto sencillo que hacemos todos los días, pero quizá no con la frecuencia suficiente. Muchos estudios han examinado los efectos de expresar gratitud a otras personas: parejas, amigos, colegas o incluso completos desconocidos. Los resultados son siempre positivos y beneficiosos.

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Resumen

Alejandro

¡Hola! Soy Alejandro creador y editor de eldespachoclandestino.com. Si estáis aquí es porque como yo, sois amantes de la buena cocina y la vida saludable. Quédate conmigo y aprendes sobre este apasionante mundo.

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