Actitud victimista no te deja coger las riendas de tu vida
Victimismo
Todos nos hemos topado en la vida con personas así, que se hacen pasar por víctimas para llamar nuestra atención. Son ellos quienes utilizan las quejas y los agravios para conseguir la atención emocional que necesitan para salirse con la suya. La victimización es la forma más común de manipulación emocional.
Estas personas se escudan en su papel de víctimas porque no se responsabilizan de nada. Todo lo malo que les ocurre es siempre culpa de los demás. No son capaces de reflexionar y analizar su propio comportamiento y su relación con el entorno y se deslizan hacia el papel de víctimas.
Las personas que se intimidan a sí mismas lo hacen por un problema de madurez mental. Pueden haber utilizado la técnica de hacerse las víctimas en la infancia para atraer la atención de los demás. Utilizarlo de adulto para llamar la atención de los demás es una estrategia infantil e inmadura.
Por supuesto, estas personas pueden conseguir la atención que demandan haciéndose las víctimas durante un tiempo, pero quienes se encuentran con ellas acaban cansándose de ello y acaban alejándose de la negatividad crónica que destilan. Cuando conozcas a estas personas y hables con ellas, es posible que se pongan en modo negativo y se rían a carcajadas. Pueden acabar con todos tus sentimientos positivos si se lo permites.
¿Cómo es este tipo de sistema de manipulación emocional?
- Tienen una visión distorsionada de la realidad. Todo lo que les pasa es culpa de otro. Creen que todo lo que les ocurre se debe a causas externas y que, por tanto, no son responsables de nada. Se niegan a tomar las riendas de su vida y a aceptar la responsabilidad de sus actos.
- Me alegra que los demás se compadezcan de mis quejas. Son felices cuando los demás les prestan atención y les escuchan. Su victimismo es su único medio de llamar la atención y conseguir todo lo que desean. No intentan resolver sus propios problemas y no te piden ayuda. Esta gente quiere lástima y el protagonismo que les da el victimismo.
- Son incapaces de autorreflexión y autocrítica. Las víctimas crónicas son incapaces de reflexionar sobre sus actos y lo que les ha ocurrido. Se niegan a ver la realidad. Es más fácil ver que no son responsables de nada y que todo lo que les pasa es culpa de otro. Tampoco aceptan las críticas, aunque sean constructivas. Si alguien intenta señalarles que su comportamiento no es apropiado, simplemente se marchan.
- Siempre intentan culpar a los demás. Las víctimas crónicas creen firmemente que los demás siempre actúan con malicia y siempre intentan destruirlas de alguna manera. Por lo tanto, sólo quieren hacerse daño a sí mismos y son más propensos a culpar a los demás de cualquier cosa mala que les ocurra.
Hoy me gustaría presentarte una herramienta especial que utilizo en mi vida diaria y en la psicoterapia y formación con personas. Es una forma de salir del papel de víctima y adoptar una posición responsable y proactiva.
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Esta herramienta apareció en una época en la que yo vivía, pensaba y actuaba en el papel de víctima. Todos lo hacemos a lo largo de nuestra vida, pero lo más importante es darse cuenta de que se está jugando a este juego.
Se trata de una herramienta muy sencilla que puedes utilizar inmediatamente en tu vida.
Pero, ¿qué significa ser víctima?
Utilizo el término "víctima de las circunstancias", es decir, una perspectiva que considera los acontecimientos vitales como sucesos con factores externos que me ocurrieron sin mi control.
En la vida, muchos de nosotros vivimos con el piloto automático. Corremos por la vida sin vivir el presente, pensando todo en el pasado o en el futuro. Cuando chocamos de repente con algo, nuestra reacción automática es enviarlo lejos. Entonces empezamos a culpar a los demás de nuestra desgracia. Lo inútil que era el otro conductor, que tenía que ser una mujer, que esa curva no estaba bien señalizada, etc.
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Y cuando se nos acaba la creatividad o la energía para culpar o poner excusas, nos sentamos a esperar que las cosas se resuelvan o que alguien venga a rescatarnos.
Me gusta utilizar mucho esta metáfora para explicar el victimismo.
¿Y cómo se asume la responsabilidad?
¿Cuál es el punto de inflexión para alejarse del victimismo?
Es probable que encuentre resistencia. La clave para salir del victimismo es aceptar la realidad. Abre los ojos y observa lo que ocurre sin críticas, excusas ni historias. ¿Creo que es bueno o quiero que continúe en mi vida?
¿Es un problema nuestro o de otros? ¿Qué he aportado yo activamente para que esto ocurra? ¿Cómo avivé las llamas? No tiene mucho sentido culparse o arremeter contra uno mismo en esta fase. Se trata de reconocer y aceptar lo ocurrido y aprender de ello.
Si ahora nos preguntamos: "¿Cómo puedo cambiar esto?", hay dos posibilidades.
Si no se puede cambiar nada, la decisión saludable es aceptar". Y si realmente hay algo que cambiar, entonces es el momento de encontrar y aplicar la solución. Ahora es el momento de actuar.
Aunque se trata de herramientas muy sencillas, muchos de nosotros tardamos años en desarrollar la madurez necesaria para integrar estos principios en nuestra vida cotidiana e incorporarlos plenamente a nuestros pensamientos, conversaciones y acciones.
Siéntate en silencio y piensa en situaciones de tu vida en las que no actúas, no tomas las riendas de tu vida, te quedas en la frustración, la culpa y el victimismo.
Y si visualizas la situación, ¿cómo sería si la miraras desde el otro lado, desde la responsabilidad y la acción consciente?
Véase también este otro artículo.
- ¿Qué es la inteligencia emocional?
- Libros de psicología (para todos)
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