5 técnicas para no ser celosa nunca más
Los celos son una emoción provocada por el deseo de usurpar a un ser querido.
Las personas celosas se sienten mal cuando ven o imaginan a su pareja con otra persona. Se sienten ansiosos y nerviosos cuando esto ocurre. Se comparan constantemente ("soy más pequeño que ____", "soy menos emocional que ____"), se subestiman con facilidad y sienten la necesidad de mostrar afecto a su pareja. Analice bien los comentarios, los gestos y las cosas que la otra persona no hace y busque pistas. Los celos suelen generar desconfianza. La vigilancia puede continuar. Comunicación, llamadas telefónicas ... Es fácil espiar a una persona para obtener información que corrobore sus sospechas, por ejemplo: si la examinas de cerca, puedes disipar tus sospechas y tranquilizarla"
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Los celos, si se descontrolan, pueden destruir a una pareja. Es comprensible que sientas celos de tu pareja. Cuanto más amas a algo o a alguien, más miedo tienes de perderlo. A la larga, sin embargo, los celos destruyen las relaciones. El sentimiento de estar constantemente amenazado y de que cada acción sea vigilada obliga tarde o temprano al interlocutor a cambiar su comportamiento y a perder la posibilidad de diálogo. A veces es su propio miedo el que lleva a la destrucción de la relación. Esto es lo que hace que se calme a corto plazo, pero lo destruye. Es una profecía autocumplida.
Los celos no son necesariamente algo malo
Tanto los celos como la envidia están motivados por lo mismo: el deseo de tener. La persona celosa tiene miedo de perder lo que considera suyo y no quiere que nadie se lo quite. Por otra parte, las personas celosas desean lo que no tienen. Los celos son una manifestación del amor y pueden ser positivos siempre que se respeten las normas que la pareja acepta.
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Para superar los celos, primero debemos ser conscientes de hasta qué punto somos celosos y cuánto los sufrimos. Debemos intentar reconocer cuándo nos comportamos con celos. Al anotar lo que hacemos, sentimos y pensamos en esos momentos, podemos comprender y reflexionar mejor sobre el origen. Por supuesto, esto debe discutirse abiertamente con su pareja. El análisis de pensamientos, sentimientos y comportamientos puede revelar muchas ideas erróneas. Debes decirle a la persona celosa que está contigo porque te quiere tal y como eres y que no hay motivo para competir con ella. Debes concentrar tu energía en fortalecer la relación, no en destruirla.
Hay que mejorar el diálogo, el respeto y la confianza. La mejor manera de hacerlo es planear nuevas actividades juntos y disfrutar de ellas. En cualquier caso, el diálogo no debe confundirse con la persuasión o la justificación. Hablar de celos no significa que la otra persona los entienda, y ahí se acaba la historia. En este caso, los celos o la envidia son, en primer lugar, un problema de la persona que los recibe y, en segundo lugar, un problema del receptor. No es responsabilidad de la otra persona. Tienes que resolver el problema tú mismo. Tengo que hablar de esta persona para sentirme mejor, y luego no lo haces porque no te importo, quieres hacerme sufrir.... Es fácil decirlo, pero es una distorsión para mantener los celos y no resuelve el problema.
Los celos moderados son razonables siempre que demuestren que te interesa la otra persona y no sean la causa de tu malestar personal. Sin embargo, cuando los celos se convierten en una obsesión, se vuelven patológicos y nos impiden confiar en la otra persona de forma natural, lo que provoca muchos problemas en las relaciones en las que la confianza es una piedra angular. Cuando estos pensamientos invasivos se vuelven extremos, los celos pueden afectar a la salud de la persona y, por desgracia, desembocar en malos comportamientos, como controlar a fondo a la otra persona o, en el peor de los casos, incluso comportamientos violentos.
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Desde un punto de vista psicológico, los celos como emoción pueden analizarse a partir de la teoría cognitiva del esquema A-B-C propuesta por Albert Ellis. Un acontecimiento activador (A) desencadena una serie de pensamientos distorsionados (B), que a su vez provocan una serie de consecuencias (C). Un ejemplo en el caso de la seropatía sería.
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- Pensamiento distorsionado (B): Piensas que te engaña con otra persona o que tiene una aventura y acabará abandonando la relación y dejándote solo.
- Consecuencias (C): Tristeza, sentimientos de inferioridad, frustración y las consiguientes discusiones y comportamientos celosos extremos.
Obviamente, esto no es sano y la persona se preocupa más de lo que realmente se preocupa, lo que conduce a preocupaciones innecesarias y, finalmente, a conflictos. Hay que evitar la tentación de defender las relaciones dominantes e invasivas. La libertad y la confianza son esenciales, y si tu pareja no se atiene a ellas, no tienes por qué culparte.
Técnicas para controlar los celos
Estos pensamientos causan un profundo malestar emocional. Este puede ser el caso, por ejemplo, de alguien que piensa que su chico/chica está desarrollando pensamientos obsesivos sobre su físico porque ve a otra chica/chico/chica por la calle. Existen varias técnicas para evitar la aparición de pensamientos negativos de celos y sus consecuencias.
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No dude en consultar a un psicoterapeuta profesional para exponer su caso y establecer un programa adecuado si tiene problemas psicológicos debidos a los celos.
Algunas técnicas habituales para controlar los celos son
Modificación del comportamiento
El objetivo es cambiar el comportamiento celoso para confirmar los pensamientos celosos (por ejemplo, que uno está siendo engañado). Para ello, en primer lugar, se pueden utilizar estrategias de exposición imaginativa (recordar los pensamientos que desencadenan los celos). A continuación, se utiliza una tarea de prevención de respuesta, es decir, se impide que la persona compruebe si los pensamientos son ciertos o no. La persona celosa tiene que escribir qué pensamientos desencadenan los celos (por ejemplo, correos electrónicos) e identificar qué haría para comprobar su veracidad (por ejemplo, mirar el móvil). A continuación, practican imaginando el caso, pero sin realizar la acción confirmatoria.
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