12 frases de madre que te juraste no decir

Cuando eras niño, tu madre solía decir la misma frase una y otra vez. Todos lo hacemos, es un fenómeno sobrenatural con una solución imposible. Pero te prometiste a ti misma en tu infinitamente tierna inocencia que no volverías a decirlo si tenías hijos. Pero a la hora de la verdad, te preguntaste: "Si mi amigo salta de un puente, ¿también lo haré yo?

Recuerda los viejos tiempos con una frase típica de tu madre que te hará sonreír en "El sapo y la princesa".

Si tu amigo saltara de un puente, ¿tú también lo harías?

Responde 1, 2, 3 y otra vez. Las palabras de esta mítica madre son de las más repetidas, y no es para menos. ¿Cuántas veces te has emocionado por algo que hace tu amigo, aunque sabes que a tu madre no le gusta nada? ¿Cuántas veces has visto a tu hijo hacer lo mismo? En todo caso, duele decirlo en voz alta.

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También éramos muy inconstantes e intentábamos alcanzar nuestros objetivos mediante tácticas repetitivas (muñecas, carreras de coches, ir a discotecas, comprar caramelos). Pero rara vez conseguimos lo que queríamos. No sé si consigue algo parecido a lo que tu hijo está haciendo hoy contigo.

El título de este blog sorprenderá a muchos, mientras que a otros les sonará familiar. Y si ha oído antes el término "dramamam", está en lo cierto. Hay un libro que se llama "Cómo no ser una drama mamá", y la autora es la periodista Amaya Asconce, y cuando leí el título hace tres años, en nuestra casa utilizábamos la palabra "dramamático/a" en el mismo sentido que la autora la utiliza en este libro. Me reí porque usamos mucho esa palabra. Es decir, se refiere a algo exagerado más que a algo trágico. Por ejemplo, nuestros hermanos hablan a menudo de lo dramático que es pensar que un Franito se pondrá enfermo si no se lava las manos 30 veces. Por supuesto, en casa teníamos el término "drama mamá", pero pensé que "dramama" era absolutamente perfecto para definir a las "madres vulnerables" que veo a menudo a mi alrededor.

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Cuando leí este libro, una recopilación de "101 dichos de madres que juraron no volver a decirlos", me di cuenta de que el mío no era uno de ellos. No, mi madre no me dijo que no me metiera en el agua hasta que hubiera digerido la comida, ni me dijo que me bebiera el zumo lo antes posible porque, de lo contrario, no me quedarían vitaminas. Y como sabes, acabas haciendo lo mismo o lo contrario de lo que ves en casa. En mi caso, elegí la primera porque soy una madre bastante tranquila y poco dramática, aunque soy demasiado optimista para exagerar.

No es raro que la gente me diga que no abrigo lo suficiente a mis hijos (aparte de mi propia madre, por supuesto, que está de acuerdo), o que no quiero ir de compras, de viaje o a restaurantes con mis tres hijos. No quiero volverme loca y quedarme en casa sólo por ser madre. Además, ya lo dije en mi primer post hace dos años. No intento convertir todo en un drama. He sido testigo directo de la realidad (la muerte de mi tío, la muerte de la hermana de mi mejor amigo a los 12 años, y tristemente la muerte de casi toda la familia hace un año), y no voy a "agonizar" por algo que tiene solución. Sólo mi salud es tan importante para mí que me amargo por ello. Ser madre es duro e implica sufrimiento, pero sobre todo es una experiencia maravillosa que hay que disfrutar como un "deber". Además, todo lo que un niño necesita es una madre y un padre felices.

Ahora ya sabes de dónde viene el título de mi blog. Es mi particular apego a un libro que me pareció interesante pero con el que no pude hacer nada. Recuerdo que unos meses después de empezar a escribir este blog, recibí un comentario de alguien que me acusaba de plagiar. No amigos, este blog no es una copia de nada. Porque si mi blog se titulase "Solo en casa", "Odisea en el ciberespacio" o "Alguien sobrevoló el nido de Alfonso", jugaría inmediatamente con palabras que recuerdan a una película. Pero que yo sepa, eso no es plagio, se hace todo el tiempo. Todo lo escrito aquí es fruto de mi experiencia y sólo mía.

Por cierto, mañana os diré los nombres de los que han ganado la lotería. Le ruego me disculpe.

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