En verano, ¡candidiasis a raya!
Los días que te bañas en la playa o en la piscina, pasas más tiempo en bikini, que puede mojarse y aumentar el riesgo de infecciones vaginales. Esta es una de las principales causas, pero hay muchas otras. Hoy te explicamos por qué tienes más probabilidades de contraer infecciones vaginales en verano y qué puedes hacer al respecto.
¿Cómo sé si tengo una infección en mis partes íntimas?
La vaginitis siempre va acompañada de una serie de síntomas inusuales, cuya naturaleza depende del tipo de dolencia. En general, es fácil de reconocer porque se produce de repente y no es algo normal en el organismo. Si nota alguno de estos síntomas, no dude en consultar a un especialista para aclarar el problema.
- Picor, hormigueo o irritación en la vagina.
- Cambios en el flujo (olor, color).
- Dolor durante las relaciones sexuales.
- Dolor en el bajo vientre.
- Hemorragias petequiales o microhemorragias.
- Dolor al orinar o aumento de la frecuencia miccional.
¿Cuáles son las causas del aumento del verano?
La causa principal es la humedad. En verano, la gente suele pasar largos periodos de tiempo en el mar o en la piscina con el bañador mojado. Esta humedad contribuye a modificar el pH natural de la vagina y favorece la aparición de infecciones vaginales.
La sudoración a altas temperaturas estivales también es una de las principales causas de la proliferación de hongos y bacterias, y no es propicia.
Ya es bastante difícil tener la regla en vacaciones, pero si tienes vaginitis, la situación es aún más complicada. Si este es tu caso y te sientes víctima: "¿por qué yo?". - debe saber que se trata de un problema muy frecuente en verano, que afecta al 75% de las mujeres al menos una vez en su vida. Y la mitad de ellos suelen tener un segundo piso.
Quizás te interesa:Las cifras no son alentadoras. Siempre evoca un sentimiento de solidaridad entre las mujeres, como dice el refrán: "El diablo es consuelo de muchos, consuelo de tontos". Y como a las mujeres nos gusta compartir, siempre es útil hablar de ello con las amigas. El problema es que no podemos hablar en público, así que nos vemos obligados a inventar excusas increíbles, como "No, hoy tampoco me apetece ir a la piscina" o "¿Hay algún baño cerca de la playa?". También en grupo y con regularidad: "¿Por qué no vas a nadar?". Si un grupo de niños preguntara: "¿Por qué no vais a nadar?", hasta el apuntador lo sabría.
Por no hablar del sexo, porque por mucha cara de póquer que ponga tu pareja, ambos sabéis que "hay que estar sobrio". En otras palabras, cosas aparentemente triviales nos impiden disfrutar del verano. Pero, ¿por qué aparecen? Y, lo que es más preocupante, ¿por qué siguen apareciendo?
Según la Dra. Olga Salas, jefa de patología cervical de Salud de la Mujer Dexeus, la vagina es un ecosistema con una gran variedad de microorganismos. El Lactobacillus acidophilus es el más abundante. Su presencia es beneficiosa porque producen ácido láctico y otros compuestos antibacterianos que impiden el crecimiento de bacterias patógenas y mantienen el equilibrio interno del organismo. Sin embargo, cuando este equilibrio se altera, pueden producirse infecciones. La más frecuente es la candidiasis (más del 80 %).
El uso prolongado de antibióticos y ciertos medicamentos (por ejemplo, corticosteroides), la higiene excesiva de la zona afectada, el uso de cosméticos que ignoran el pH natural de la zona afectada, los cambios hormonales asociados al embarazo, la menopausia, el uso de anticonceptivos y ciertas enfermedades como la diabetes pueden favorecer la aparición de candidiasis.
No pueden evitarse, pero pueden tomarse algunas medidas para prevenirlas o facilitar su curación.
Quizás te interesa:- No tome medicamentos por su cuenta. A menudo, sobre todo en vacaciones, la gente va a la farmacia más cercana y se toma los medicamentos por su cuenta. Es una mala costumbre. Para un tratamiento adecuado, hay que identificar el tipo de infección, y sólo un médico puede determinarlo.
- Fíjate en los síntomas. Pueden ser signos de flujo irregular (espeso, blanquecino o grisáceo), olor desagradable, hormigueo al orinar o durante las relaciones sexuales y sofocos.
- Evitar la humedad. Evite estancias prolongadas con el bañador mojado (tenga siempre a mano un bikini de repuesto) y evite la inmersión prolongada en piscinas y bañeras de hidromasaje.
- Supervisión y seguimiento médicos En general, no hay implicaciones, pero es importante que el tratamiento y el seguimiento se realicen bajo supervisión médica (especialmente durante el embarazo).
- ¿Pastillas, cremas o supositorios vaginales? Estas infecciones se tratan con medicamentos antifúngicos o antibacterianos, cuyo tipo varía. El que elijas dependerá de cada caso y de la gravedad de la infección, así que pregunta siempre a tu médico.
- Respiración. Lleva ropa interior de algodón. Olvídate de la seda, los tangas, las prendas ajustadas sintéticas o de encaje. Estos materiales tienden a aumentar la transpiración, especialmente en verano. No utilices demasiados salvaslips y cambia las compresas y tampones con frecuencia, sobre todo cuando te bañes si estás menstruando. En caso de vaginitis, evite en la medida de lo posible el uso de tampones y utilice compresas de algodón.
- Toma probióticos. Incluye en tu dieta yogur y otros productos ricos en lactobacilos para favorecer la repoblación de la microflora intestinal y vaginal. En algunos casos, los productos que contienen probióticos pueden administrarse por vía vaginal. Pregunte a su ginecólogo o farmacéutico cuál es el mejor para usted.
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