Ser egoista en pareja
El compañero es muy egoísta
Todas las relaciones se construyen sobre pilares sólidos: Confianza, afecto, amor y ganas de compartir la vida con la otra persona. Las parejas pasan los días juntas, compartiendo experiencias y profundizando así su vínculo. A veces, sin embargo, algunas parejas se convierten en parejas de segunda, en las que uno de los dos miembros no es capaz de compartir nada. Son incapaces de ponerse en el lugar del otro y sólo piensan en sí mismos. En estos casos surge la eterna pregunta: "¿Y si mi pareja es egoísta?
Es muy duro estar con alguien que sólo piensa en sí mismo. Todos queremos conectar con alguien, especialmente con nuestros seres queridos. Cuando nuestra pareja no comparte nada con nosotros y sólo se centra en satisfacer nuestras necesidades personales y emocionales, nos sentimos completamente fuera de lugar y solos. Y no hay nada más doloroso que sentirse solo al lado de alguien.
Igual que damos atención y cariño a nuestros seres queridos, queremos que ellos nos correspondan. Es realmente difícil entregar toda nuestra voluntad y amor a alguien a quien no le importan nuestros deseos, necesidades y voluntad, sino sólo ellos mismos.
En este artículo encontramos la respuesta a la pregunta: ¿qué debemos hacer cuando nuestra pareja es egoísta? Porque siempre podemos reaccionar ante el hecho de que nuestra pareja sólo piense en sí misma y no quiera compartir el camino con nosotros. Quizá no podamos obligar a nuestra pareja a cambiar, pero sí podemos determinar cómo queremos que nos trate y cómo queremos que sea nuestra relación. En otras palabras: Podemos establecer límites que nos permitan tomar las decisiones que necesitamos para nosotros mismos.
¿Qué es el egoísmo en el amor?
El egoísmo en el amor y las relaciones puede definirse como la tendencia de una persona a olvidar o dejar de lado al otro para imponer su propio beneficio o voluntad. Cuando las personas egoístas se enamoran, es por una razón personal o emocional. Sus relaciones se basan en las necesidades y el interés propio, no en el amor, el afecto o en compartir algo con la otra persona.
Quizás te interesa:Las personas egoístas pueden utilizar el amor para aprovecharse de los demás. Son personas que ven a los demás como meros objetos que necesitan para conseguir lo que quieren. Por lo tanto, siempre intentan aprovecharse de la relación entre dos personas sin tener en cuenta los sentimientos y necesidades de la otra persona, lo que puede causar mucho daño.
La palabra egoísmo siempre ha tenido mala fama, pero no sabemos por qué. Cada vez está más claro que debemos aprender a ser egoístas, o al menos que el egoísmo, tal y como yo lo entiendo, significa cuidar de uno mismo.
Nadie conoce tus necesidades mejor que tú. Sólo tú sabes lo que quieres en cada momento, lo que te gusta, lo que te satisface y lo que te disgusta. Si sabes lo que necesitas y cuándo lo necesitas, no tiene sentido esperar a que otro lo adivine y te lo dé, porque no ocurrirá, o al menos hay un 0,001% de posibilidades de que ocurra.
Para más información, véase el vídeo Egoísmo.
Nos han educado para dar prioridad a los demás. Creemos que somos mejores personas cuando anteponemos la vida y las necesidades de los demás, pero esto es un arma de doble filo. Porque cuando nos quedamos rezagados en una cola y nos damos cuenta de que no es nuestro turno, nos sentimos mal y enfadados con nosotros mismos. No quería ir al cine pero lo hice, no quería quedar con la persona que no me hacía caso pero lo hice, quería ir al gimnasio pero no lo hice porque tenía que ir de compras, etc.
Quizás te interesa: ¿Somos realmente egoístas cuando damos prioridad a lo que nos conviene?
No somos egoístas, somos tolerantes con nosotros mismos, pero no es lo mismo. Claro que podemos hacer algo por los demás, podemos cuidar de nosotros mismos y a veces incluso priorizar. Lo que no debemos hacer, sin embargo, es hacerlo a costa de nuestro propio bienestar personal. Soy responsable de darme a mí mismo lo que necesito.
Y si todos cuidáramos de nosotros mismos como cuidamos de los demás, el mundo sería un lugar mucho más fácil. Porque entonces nadie sería responsable del bienestar de los demás, sino sólo del suyo propio. Tampoco esperaríamos que otros cubrieran nuestras necesidades.
¿Y cómo puedo aprender a ser egoísta, que nadie me ha enseñado?
- Aprende a escucharte y a saber qué es bueno para ti, qué te produce placer y satisfacción. Todos nacemos con la capacidad de saber lo que es bueno y lo que es malo para nosotros. Escúchate y tu cuerpo no tardará en decírtelo.
- Requisitos. Cuando sabes lo que te conviene, puedes identificar tus necesidades. Y cuando los conoces, te sientes mejor y ya no culpas a los demás porque nadie se preocupa por ti. Atentamente.
- Establezca prioridades: El tiempo no es infinito. Así que hay que establecer prioridades. No se puede llegar a todo, hay que entenderlo. Si empiezas con obligaciones, cosas que hacer, ocupándote de las necesidades de los demás, probablemente no tendrás tiempo para ti. Dale la vuelta a la lista: primero mis necesidades más importantes (no todas, sólo las esenciales), luego mis obligaciones (no todas, sólo las esenciales) y por último mis necesidades (no todas, sólo las esenciales). Así que si tengo suerte, llego a todas, o al menos a las partes más importantes.
- Actúa: Si ya sabes lo que necesitas, lo que te sienta bien y lo que te resulta indigesto, ahora te toca actuar. Para ello, hay que ser coherente. Empieza por darte a ti mismo lo que necesitas (ir al gimnasio, tomar un café con un amigo, leer un libro) y sigue poniendo límites a los demás diciendo: "Hoy no me apetece ir al cine". Aprende a decir NO cuando quieras decir no.
- Busca siempre el equilibrio: no se trata de ser el ser más egoísta del planeta, hay 99 números entre 0 y 100, se trata de organizarte mejor para poder satisfacer tus necesidades más importantes, las cosas que te nutren, te llenan y te hacen ser quien eres en primer lugar. Y cuídate, pero con el vaso lleno. Sólo cuando estás bien puedes dar el bien. Sólo cuando cuido de mí mismo puedo cuidar de ti.
- Sé constante: no siempre es fácil. La culpa siempre está esperando detrás de la puerta para entrar, porque estamos programados para hacer lo contrario. 'Soy un egoísta', 'Por qué no me derrumbé a tiempo y terminé el proyecto en el trabajo en lugar de ir al gimnasio', 'Por qué no dediqué mi tiempo de bebida a comprarle a mi hijo el cartón que necesitaba desesperadamente', etc. ・・・・・ Nuestras vidas están demasiado llenas para que tengamos tiempo para todo, así que tenemos que tomar decisiones constantemente y establecer prioridades. Esto requiere que primero cubras las cosas que son más importantes para ti, luego tus cosas y, por último, las cosas que necesitas hacer.
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