Discute bien con tu pareja
¿Qué es la teoría del matrimonio?
Las relaciones suelen convertirse en un círculo vicioso de conflictos constantes y discusiones permanentes. Las disputas matrimoniales son habituales y tienen graves repercusiones en el funcionamiento de la pareja en su conjunto. En estos casos es importante saber cómo dar la vuelta a la situación, de lo contrario la relación se deteriorará gradualmente y acabará por romperse del todo.
Las discusiones son naturales, inevitables e incluso positivas, aunque haya que conducirlas adecuadamente. Es importante conocer la diferencia entre mantener tu propio punto de vista y hacer que tu pareja imponga ese punto de vista. También debes ser consciente de que no debes descargar tus frustraciones personales en tu pareja. A menudo surgen disputas en las relaciones, ya sean laborales, familiares o sociales. Es vital que estos problemas se identifiquen y controlen adecuadamente para que no dañen la relación.
La cuestión no es si hay que discutir o por qué, sino cómo hacerlo. En palabras del reputado psicólogo estadounidense Daniel Goleman, "las relaciones de éxito se basan en estar de acuerdo en estar en desacuerdo", es decir, si este conflicto se hace bien, no es importante discutir. Por lo tanto, es importante que aprendamos a gestionar adecuadamente los conflictos en nuestras relaciones. De este modo, conseguiremos que los inevitables desacuerdos en nuestras relaciones no acaben volviéndose en nuestra contra.
¿Por qué discuten las parejas?
Las relaciones sentimentales, como todas las relaciones, no están exentas de conflictos. Aunque se basen en el amor, las personas se guían inevitablemente por las emociones, y los sentimientos de celos, ira y desconfianza son inevitables. Sin embargo, hay una serie de comportamientos que favorecen especialmente los conflictos. Estos comportamientos, si no se gestionan adecuadamente, pueden acabar causando daños irreparables en cualquier relación.
- Generalización o absolutización: se produce cuando se dicen cosas como "siempre", "nunca" o "jamás". De este modo, las situaciones puntuales ("usted... hizo") pueden generalizarse a ("usted siempre... hace") y excluye que se trate de una situación puntual. En última instancia, esto implica que la otra persona no está "haciendo lo incorrecto", sino que es una "mala persona".
- Desprecio y sarcasmo: cuando atacas a la otra persona en una discusión en lugar de defender tu opinión. Especialmente los ataques que pretenden herir a la otra persona son dañinos. Medios como el sarcasmo y la sorna pueden ganar una discusión pero hacer perder a la otra persona.
- Postura defensiva: Es cuando te enfrentas a un problema y reaccionas de tal manera que culpas a la otra persona. Se trata de una postura en la que asumes que has cometido un error y, en lugar de intentar solucionarlo, atacas a la otra persona. Es una coartada para no reconocer tus propios errores.
- Actitud evasiva: En estos casos, se trata de evitar la confrontación. Es bueno dejar de discutir a tiempo, pero no todas las discusiones deben evitarse. Es importante afrontar el problema y encontrarle una solución. De lo contrario, el problema se alargará y empeorará.
En la escuela se suele explicar algo sobre las relaciones sexuales. También sobre el significado del matrimonio, derechos y deberes. Sin embargo, nadie explica las relaciones interpersonales, sexuales y conyugales.
Quizás te interesa:La violencia de género es una realidad en nuestra sociedad y nuestra preocupación por la prevalencia de este fenómeno entre los jóvenes se refleja en los actuales anuncios televisivos dirigidos a este colectivo: es un hecho que los jóvenes del siglo XXI no están siendo educados al respecto ¿No deberían hacerse esfuerzos para educarles adecuadamente sobre lo que constituye una relación sana y lo que no?
Afortunadamente, la investigación científica sobre las relaciones ha evolucionado en las últimas décadas y ahora sabemos más sobre las relaciones tóxicas.
Señales de alarma que te hacen sospechar que tu relación es tóxica
No te hace feliz ni te ayuda a desarrollarte
Una relación que te hace llorar más a menudo de lo que te hace reír puede ser una relación que no te hace crecer como persona. Aunque está claro que la felicidad no es algo que te aporte otra persona, sino algo que encuentras tú mismo, las relaciones deben aportarte alegría y promover tu propia felicidad. El crecimiento personal es un pilar fundamental de la felicidad, y el amor siempre debe promover el crecimiento de ambos, no erizar la piel. Debe ser uno de los pilares de su crecimiento.
Relaciones caracterizadas por el chantaje emocional
Cuando uno de los miembros de la pareja hace chantaje emocional constantemente, intentando que el otro haga lo que quiere. Una relación sana debe basarse en la libertad personal de cada miembro de la pareja. Este chantaje no debe utilizarse en beneficio propio. Se trata de una relación en la que siempre es el mismo el que se lleva la peor parte.
Relaciones exclusivas
Tu pareja no debe decidir con quién sales de copas o con quién haces cosas. Una relación sana respeta a los amigos y a la familia y te animará a tener una relación con ellos si sabe que eso te hará feliz. Si dejas de ver a tus amigos y familiares después de empezar a salir con ellos, es posible que algo vaya mal. Es cierto que al principio de una relación tienen prioridad otras relaciones, pero a la larga no debería ser así y no debería basarse en la coacción de la otra persona.
Quizás te interesa:Suelen ser personas que critican con frecuencia a tus amigos y familiares, que no quieren quedar contigo ni llamarte, que te desean en exclusiva, lo cual no debe confundirse con el amor, sino más bien con el deseo de posesiones.
Vampiro de energía
Son personas que necesitan tu energía para sobrevivir. Al principio del día sientes mucho entusiasmo, nuevas fuerzas y optimismo, pero luego te falta esa energía. Te das cuenta de lo agotadora que es para ti esta relación y de lo mucho que afecta a tu vitalidad. Sueles ser pesimista, no te haces ilusiones y utilizas tu energía para alimentarte. Al final, creen que ya no tienen poder. Son los que se ponen constantemente en el papel de víctimas y se quejan y luego nunca cambian nada de lo que no les gusta.
Relaciones con culpa
Parece que siempre se nos culpa de nuestros actos pasados y siempre tenemos que enmendarlos. Hagamos lo que hagamos, nunca podremos compensar los errores del pasado.
Además, tus discusiones y su malestar son siempre culpa tuya.
Una relación que implica culpa y culpabilidad es aquella en la que te sientes impotente e incómodo porque te culpan constantemente de tus propios fracasos y todo lo que ocurre es culpa tuya.
Relación de dependencia
Si crees que tu pareja depende de ti para ser feliz, debes tener cuidado. Nuestro concepto del amor hace mucho daño en este sentido. Muchas canciones de amor hablan de cómo no puedes vivir sin él/ella, pero esto no es cierto. Tienes que confiar en ti mismo para sobrevivir. Puedes desear con razón compartir tu vida con otra persona, pero cuando la relación se acaba, hay que seguir adelante.
'No puedo vivir sin ti', 'Si me dejas, no sé qué haré', 'Si me dejas, me volveré loco'... Estas hermosas frases son frases de dependencia, no de amor. Son frases que intentan mantener unida la relación en cualquier situación.
Sentar el precedente de que la otra persona es siempre responsable de cómo te sientes tú (y viceversa) conduce a una tendencia codependiente. De repente, nadie puede planear nada sin el consentimiento de la otra persona. Todas las actividades, incluso las más mundanas, como ver la televisión, tienen que negociarse y comprometerse. Si tus necesidades personales están subordinadas a las necesidades de la otra persona, estás en una relación tóxica.
Si justificas constantemente el comportamiento de tu pareja
Delante de los demás tiene que justificar lo que ha hecho o dicho. Te grita, humilla, critica e insulta cuando habla contigo. Esto es maltrato psicológico. Bajo ninguna circunstancia debe tratarse a nadie de esta manera. Las relaciones sanas se basan en el respeto mutuo. Si te tratan así, esa persona no te respeta.
Los celos no son amor
Es una superstición que "donde hay fuego, hay humo, y donde hay amor, hay celos". Las relaciones deben basarse en la confianza. Tu pareja no debe desconfiar siempre de ti, ni justificar siempre tus acciones, expresiones o el hecho de estar juntos. Los celos no son una expresión de tu amor, sino de tu inseguridad y desconfianza. Nadie debe decirte qué ponerte, a quién mirar o no mirar.
Sentencia
El amor debe hacerte sentir bien y sacar lo mejor de ti. Alguien que constantemente te pide que cambies, te reprocha cosas que haces y dices y que no aprecia nada de ti no te hará feliz. Tu pareja debe aceptarte tal como eres, con todos tus puntos fuertes y débiles, y no intentar hacerte un traje a medida.
Las relaciones siempre han pasado a un segundo plano
Siempre hay algo más importante que estar contigo y sus propios deseos y compromisos tienen prioridad sobre ti. Nunca tendrá tiempo para ti....
Las relaciones necesitan tiempo y tiempo de calidad. Tu pareja querrá cenar contigo de vez en cuando, aunque tengáis hijos y muchas otras cosas que hacer. Las relaciones importantes acaban perdiéndose si no les dedicas tiempo. Si tu pareja sigue postergándote, es posible que no le importes de verdad.
No todas las relaciones tóxicas tienen todos estos signos, algunas tienen más que otras, y si no aparecen uno o dos de estos síntomas, significa que tu relación es tóxica. Lo que no funcione desde tu punto de vista deberías cambiarlo, y lo que no cambie desde tu punto de vista es posible que quieras cambiarlo de pareja 😉.
¿Qué debemos hacer ante una relación tóxica?
El primer paso es reconocer que tu relación es tóxica y el segundo, cambiarla. Si sigues haciendo exactamente lo mismo, todo seguirá igual y seguirás perdiendo.
Para cambiar la relación, tienes que hablar de ello con tu pareja y explicarle lo que no te gusta y lo que tiene que cambiar. Tu pareja debe decidir si quiere el cambio o no. Recuerde que no le confeccionamos un traje a medida.
Las buenas intenciones por sí solas no bastan y puede ser necesario asesorar a la pareja.
También es posible que a su pareja le guste tanto su relación actual que no quiera cambiar nada. En este caso, tienes que decidir si quieres dejar la relación o seguir en ella.
Nunca hay que esperar a que algo cambie con el tiempo. Las relaciones están sujetas a cierta inercia y dinamismo y son muy difíciles de cambiar. Si no está contento con su situación, no espere a que cambie por sí sola. Frases como "con el tiempo confiará más en mí y dejará de culparme", "en el matrimonio confiará más en mí", "con el tiempo cambiará" mantendrán la misma relación tóxica durante mucho, mucho tiempo.
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