Comunicación objetiva para la convivencia en pareja

Comunicación objetiva para la convivencia en pareja
  • Hable de un tema cada vez. Puede ocurrir que la pareja hable de sus conflictos
    y puede dar lugar a nuevas acciones complementarias y complicar el problema.
    y sólo culpará a la otra persona de lo que le pasa. Si.
    Resolver un problema es difícil, pero aún lo es más cuando hay varios.
  • Escucha con atención. Intente demostrar a su interlocutor que le escucha con atención.
    Escucha con atención. Para ello, puedes repetir lo que se ha dicho con otras palabras.
    Intenta sustituir las palabras por otras antes de dar tu opinión, por ejemplo: "No sé escuchar". Esto le da la sensación de que se le escucha y
    entendido.
  • para convertirse en (<< 1-10 >>).
    lo más neutral posible. No se trata de discutir ni de ponerse en evidencia.
    sino para resolver problemas.

  1. Énfasis.
    Como soluciones. Intenta encontrar soluciones diferentes, por absurdas que parezcan.
    Puede que pienses que no son útiles, pero si no lo son, siempre puedes tirarlos. Una vez
    Si entras en esta fase, no vuelvas a la fase de definición del problema añadiendo información, sino que céntrate en cómo puedes resolver el problema.
    información, céntrate en cómo puedes resolver el problema.
  2. Cambia
    Debe incluir compromiso y reciprocidad. Ofrécete a ayudar a la otra persona a cambiar o.
    Ofrézcase a cambiar su propio comportamiento, no centre todo el cambio en un solo miembro de la pareja.
    En lugar de centrar todo el cambio en un solo socio, la solución debe ser conjunta.
  3. Sucursal.
    Se requiere acuerdo. Tras debatir las distintas soluciones posibles.
    Tómate tu tiempo para discutir las ventajas e inconvenientes de cada opción.
    relación y las implicaciones para cada miembro de la pareja.
    El acuerdo final de modificación debe ser muy específico y estar redactado con claridad.
    También debe especificar cuándo se producirán estos cambios y con qué frecuencia.
    Y con qué frecuencia se producirán.
  • Costa, M., Serrat, C., y C. C.
    (2010). Terapia de pareja: una perspectiva conductiva. Madrid: Alianza Editorial.

Para que la vida de una pareja funcione como un equipo, es importante que se pongan de acuerdo en muchos aspectos y sigan cuidándolos a lo largo de su vida.  La dinámica de la vida cotidiana puede hacernos perder de vista este principio básico.

Desde el INSTITUTO D'ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS me gustaría señalar un debate sobre las dinámicas que confunden y distancian a las parejas.

¿Cómo se manifiesta la organización entre las parejas? ¿Es éste un tema que debería discutirse antes de iniciar la cohabitación?

Comunicación objetiva para la convivencia en pareja

La organización aparece desde el momento en que la pareja empieza a vivir junta.  Si se comparte parte del espacio vital, hay que gestionarlo.  ¿Quién se muda, cómo y cuándo? Esta pregunta estimula el diálogo sobre las necesidades de ambas partes desde el principio.

Tras la decisión inicial, ¿se han organizado ya las parejas, qué queda por hacer y hasta qué punto la convivencia se basa en decisiones individuales y no en un acuerdo como equipo?

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"Si no hay participación conjunta, no tiene mucho sentido ir en pareja.  De lo contrario, las preocupaciones pueden convertirse en meros quebraderos de cabeza y los planes de futuro en sueños frustrados" (Marilen Barceló).

¿Qué otros tipos de comunicación pueden alejarnos de la coparticipación?

Si no se "afinan" o "mantienen" los acuerdos alcanzados a posteriori, una o ambas partes pueden sentir que las tareas no se distribuyen equitativamente y puede crearse un clima de tensión.

En estos casos, las discusiones llevan a hacer recaer la responsabilidad en la otra parte en lugar de aportar nuevas ideas para resolver el problema.

El resultado es un estado de soledad e hiperindividualidad en el que todo el mundo vive con una cierta dosis de duda y desconfianza.  Esta desconfianza dificulta el acercamiento a la otra persona y la búsqueda de un enfoque común, ya que culpan a la otra persona de su frustración e infelicidad ("me estás insultando").

Expresiones como "me ofendes" culpan a la otra persona de tu infelicidad, cuando en realidad la capacidad de sentirte bien reside en ti mismo.  Cada uno es dueño y responsable de sus emociones". (Rebecca Alonso)

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Resumen

Alejandro

¡Hola! Soy Alejandro creador y editor de eldespachoclandestino.com. Si estáis aquí es porque como yo, sois amantes de la buena cocina y la vida saludable. Quédate conmigo y aprendes sobre este apasionante mundo.

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