Y esto, ¿para qué sirve?
Durante las explicaciones, a menudo oímos la frase: "Entonces, ¿de qué va esto?", lo que debería enorgullecernos. A los estudiantes les interesan las implicaciones prácticas de lo que estudian; les interesan los beneficios de la teoría.
Por eso, cuando enseñamos ciencias, solemos intentar captar la atención de los alumnos mediante estímulos visuales y tangibles. En este sentido, es natural buscar el carácter funcional de un objeto a la hora de explicarlo. La rutinización de la ciencia, donde los conceptos estudiados en la teoría pueden encontrarse en la vida cotidiana, está de moda en la innovación educativa. Como divulgadores de la ciencia y como ejemplos de buenas prácticas educativas, es nuestro deber evitar la práctica bulímica de la teorización extrema. De nada sirve memorizar la Ley de Ohm si no sabes explicar lo que ocurre cuando ves una bombilla conectada a una pila. Así, en la práctica bancaria*, enseñada por el profesor y memorizada por el alumno, los estudiantes se pierden en conceptos abstractos como formas y teorías que realmente no entienden.
Pero ¿hasta qué punto debe tener todo un sentido práctico? Igual que antes apreciaba la curiosidad de los alumnos que cuestionaban la utilidad de una teoría, esta vez me pregunto: ¿qué sentido tiene esta pregunta y qué ocurre si no se encuentra una respuesta válida? Si entiendo el matiz negativo de la pregunta y respondo con suficiente seriedad: "No es útil en absoluto para lo que se entiende por utilidad práctica".
En una época en la que todo sucede con rapidez, la práctica se entiende como algo inmediato, tangible y productivo que puede ser rentable en poco tiempo. Una persona pragmática es aquella que es profesional y académicamente competente, que ha adquirido una aptitud para el éxito a nivel educativo y cuyo éxito se paga bien.
No es de extrañar que el discurso pragmático se extienda a diferentes contextos. Por ejemplo, ¿qué pasaría si dos personas se conocieran y una de ellas dijera que estudia filosofía? ¿Qué pasaría? La reacción más común es que ambos se ríen después. O, en el mejor de los casos, para salir del apuro, el futuro filósofo intenta explicar cómo encaja su perfil en el mundo empresarial.
Quizás te interesa:Entiendo, por tanto, que la búsqueda de experiencia es fundamental en cualquier proceso de aprendizaje. Sin embargo, debemos matizar la construcción de nuestro discurso. Educamos para el cambio, y el cambio requiere imaginación. Imaginar lo que aún no existe. Ser creativo e innovador es escapar de este mundo y soñar con otro. A menudo cosas que hoy no tienen un significado realista sirven en nuestra imaginación para construir otra forma de entender esta realidad. A menudo sólo nos ayuda a comprender que carece de sentido. Y concluyo con las palabras de Fernando Pessoa: "La literatura es la prueba evidente de que la vida no basta".
Miguel Ángel Ruiz Domínguez.
Yosoy Tyuprov.
Educación bancaria: concepción de la educación como un proceso en el que el profesor deposita contenidos en los alumnos. Aparece por primera vez en la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire.
Autora: Maite Labanda, profesora de primaria, Trilema Soria.
Quizás te interesa:Yoga vastu para cuidar la mente, el cuerpo y el almaSi es usted profesor, habrá oído esta pregunta muchas veces. Lo mismo preguntabas a tus profesores cuando eras pequeña en el colegio. No es raro que los alumnos quieran entender por qué hacemos determinadas actividades en clase y por qué insistimos en enseñar ciertos contenidos. La razón es que la Ley de Educación describe determinados contenidos que deben enseñarse. Pero aparte de la ley, ¿no crees que podrías dar una respuesta más concisa y argumentada? No se trata sólo de respuestas orales, sino también de la importancia del conocimiento, la independencia, la autosuficiencia.... mientras el alumno es guiado por el profesor. Son las respuestas que ven y descubren por sí mismos, como.
Mis años de experiencia como profesor de primaria me han demostrado que los alumnos aprenden más eficazmente mediante una combinación de actividades individuales y trabajo por proyectos. En efecto, el aprendizaje de las matemáticas requiere autonomía y esfuerzo personal por parte de cada alumno. Sin embargo, el trabajo por proyectos confirma directamente la aplicación de las matemáticas, la importancia de la brevedad, el rigor y la reflexión crítica sobre los resultados obtenidos y, sobre todo, el desarrollo de la iniciativa y el trabajo en equipo.
Otra ventaja del trabajo por proyectos es que los alumnos no saben lo que harán al día siguiente, es decir, no pueden predecir en qué nuevas tareas trabajarán. Con este método de enseñanza, los alumnos no sólo aprenden a trabajar con alguien que "no les cae bien", sino que además el profesor recibe motivación y atención constantes de los alumnos.
Lo que he aprendido de mi experiencia como profesor es que los profesores nunca dejan de aprender. Enseñan a sus alumnos y aprenden al mismo tiempo.
(Si quieres aprender más sobre el trabajo por proyectos, no te pierdas el curso de Aprendizaje Basado en Proyectos en Trilema Campus).
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