Recupera el equilibrio con el método rolfing
El Rolfing® es una terapia que mejora la estructura corporal, la postura y el movimiento liberando la tensión de los tejidos conjuntivos, especialmente las fascias.
El Rolfer™ (terapeuta de Rolfing) utiliza la presión y diversas técnicas de manipulación del tejido conjuntivo para moldear la fascia.
La fascia pierde su elasticidad con el tiempo, debido al estilo de vida, los movimientos repetitivos y el estrés. Como resultado, el cuerpo pierde su potencial de movimiento, lo que provoca tensión y restricción, que a su vez causan dolor y malestar.
Del mismo modo, todo lo que ocurre en nuestra vida (embarazo, accidentes, caídas, operaciones, cambios bruscos, tensiones emocionales, etc.) deja su huella en nuestro cuerpo a nivel de las fascias, ya que éstas poseen un gran número de receptores nerviosos (cuatro veces más que los músculos*).
Los Rolfers manipulan la fascia con una presión profunda, de acuerdo con los objetivos programados para cada sesión, para liberar la tensión acumulada, eliminar las restricciones tisulares y restaurar la elasticidad. Al ejercer presión sobre las fascias, se puede influir en el sistema nervioso, lo que provoca cambios a nivel físico y mejora la salud en general.
Quizás te interesa:El proceso de IE del Rolfing es un proceso de reentrenamiento y aprendizaje. El enfoque holístico y la relación entre el sistema miofascial y el sistema nervioso son la clave de los cambios y beneficios a largo plazo en la estructura y la postura, la coordinación y el movimiento, la percepción y la forma en que nos relacionamos con nuestro ser y nuestro entorno.
El objetivo del Rolfing es alinear todo el cuerpo en torno a una línea cercana al eje vertical, que es diferente para cada persona. Esta línea proporciona un equilibrio óptimo y natural en armonía con las fuerzas de la gravedad y permite un mayor movimiento con el mínimo esfuerzo.
Es muy recomendable para los músicos, no sólo para los que tienen algún tipo de enfermedad, sino también para los que no la tienen pero quieren maximizar su potencial físico y mental, mejorar su inteligencia corporal y prevenir lesiones.
Músicos como la violinista Jennifer Coe explican en este vídeo que realizan sesiones de Rolfing para cuidar su cuerpo y prevenir lesiones.
El pianista Leon Fleischer se sometió a un tratamiento Rolfing para recuperarse de un dolor creciente en la muñeca y la mano. Con el Rolfing pudo tratar los síntomas de la distonía focal.
Quizás te interesa:Para más información, consulte Integración estructural mediante el método Rolfing.
Consciente de que la finalidad del cuerpo humano en cualquier movimiento es el "movimiento" y de que sin movimiento éste se perderá o se acortará, el Enfoque Integral debe ir más allá del individuo. El siguiente artículo nos invita a analizar el cuerpo humano como una unidad y no sólo como la suma de los músculos de una postura pasiva.
Durante mucho tiempo hemos visto el cuerpo humano como un músculo aislado en una posición anatómica. Pero, ¿qué significa este análisis para el movimiento humano? ¿Cuál es la función de los músculos? ¿Por qué hay que analizar los músculos de forma aislada cuando un movimiento lo realiza una cadena de grupos musculares?
Si observamos el cuerpo humano en movimiento, es decir, en movimientos cotidianos como caminar, sentarse, agacharse, subir escaleras, abrir y cerrar puertas, vemos que estos movimientos son realizados de forma sincronizada e integrada por los grupos musculares en movimiento.
Partiendo de este concepto, podemos decir que el cuerpo humano es un "todo" en el que los músculos se agrupan, integran y sincronizan para lograr un movimiento eficaz. A la hora de programar una sesión de entrenamiento y ponerla en práctica, ya sea en la vida cotidiana o en el deporte (amateur o de competición), el cuerpo humano debe controlar primero las fuerzas internas y después adaptarse a las fuerzas externas para poder realizar estos movimientos Es importante entender que existen protocolos para
Para empezar a entrenar, primero hay que analizar los movimientos de la persona y entender cómo utiliza su cuerpo a diario. Para ello existe una primera regla de control. Iniciar cualquier actividad, como correr, caminar, montar en bicicleta o subir escaleras, requiere "control corporal". ¿Cuántas veces hemos visto a personas lesionarse o hacerse daño por no controlar su cuerpo?
En segundo lugar, hay que aprender los movimientos. Aquí es donde la aplicabilidad de los ejercicios se convierte en una cuestión importante, ya que las personas tienen que adaptarse a los ejercicios planificados por el formador/profesor. La capacidad de dominar el movimiento depende del nivel de dificultad, la motivación y la comunicación del formador/profesor y la afinidad con el material utilizado.
En tercer lugar, sólo los cambios en el entorno que implican carga adicional, velocidad, mayores ángulos, etc., se relacionan con el dominio del cuerpo humano y el dominio de los patrones básicos del movimiento humano.
Integración estructural
Si entiendes los puntos de control, dominio y cambio del entorno, verás que es necesaria una estructura fuerte, estable y flexible para que el cuerpo humano desarrolle movimientos eficaces y adaptables al entorno en el que se mueve.
La estabilidad y el equilibrio son componentes naturales e importantes del cuerpo humano; estas habilidades, realizadas en los tres planos de movimiento, permiten controlar correctamente la mecánica postural. El dominio de estas habilidades implica controlar las fuerzas desde dentro hacia fuera en un proceso natural de estabilización y protección del cuerpo.
"Las funciones humanas básicas se consiguen mediante la acción simultánea y coordinada de los músculos".
El dominio de estas habilidades conduce a cambios estructurales que se traducen en una mayor capacidad para coordinar, equilibrar y producir movimientos eficientes. Este proceso natural de cambio se denomina "integración estructural".
La integración estructural produce una serie de beneficios, como una mejor alineación postural, un mayor equilibrio y capacidad de absorción de energía, un mejor control del movimiento y una mayor eficacia del movimiento, lo que reduce el potencial de lesiones.
La integración estructural utiliza el concepto de dominar la carga interna antes que la externa y entrena basándose en la función de cada cadena de grupos musculares. La función se integra a través del movimiento, que forma parte de la reacción en cadena. El movimiento se produce cuando hay continuidad de la función basada en el objetivo final del movimiento.
Al hablar de integración, hay que recordar que existen tres unidades necesarias para participar en cualquier tipo de movimiento.
La primera unidad controla la integración de la realidad, la sensación y la fisonomía, así como las importantes funciones de atención y vigilancia.
- La segunda unidad funcional se ocupa de obtener, registrar, procesar y almacenar información del mundo exterior. Se denomina unidad de proyección y procesa la información integrada y prepara los programas de acción.
- La tercera unidad funcional se encarga de planificar, programar y validar las actividades.
Juntas, estas tres unidades constituyen todo el trabajo de procesamiento y organización de la movilidad antes de que se produzca el comportamiento, lo que confiere al comportamiento espontáneo una estructura conductual que incluye múltiples zonas de implicación que requieren propiedades como la totalidad, la interdependencia, la jerarquía, la autorregulación y el control, la interacción con el mundo exterior, el equilibrio ¡y la adaptabilidad! .
Por último, el cuerpo humano utiliza el concepto de "tensegridad" del arquitecto R. Buckminster Fuller, que lo describe como "la tensión que da a la estructura su integridad global, la compresión que está interconectada por elementos elásticos, las fuerzas que están presentes en la estructura que están formados por una red finita de elementos rígidos combinación."
Método Rolfing
El cuerpo humano está formado por un 70% de agua. Esto demuestra lo maleable y cambiante que es y cómo puede cambiar constantemente de forma porque es un medio muy fluido. Por su capacidad de adaptación a las circunstancias y exigencias de la vida, tiende a utilizar los patrones repetitivos de cada cuerpo para moldearse, modificarse, compensarse y adaptarse de forma óptima a las necesidades del momento. En otras palabras, la forma en que nos movemos, caminamos, nos sentamos y dormimos, el estrés, la depresión, los accidentes, el dolor, las contracturas y los traumas físicos y psicológicos dejan su huella en el cuerpo y afectan a nuestro equilibrio general.
Para vivir con este desequilibrio, las personas crean compensaciones consciente e inconscientemente y las utilizan para mantenerse erguidas.
Existe un sistema protector denominado fasciae que forma y recubre los compartimentos corporales y funciona para sostener, mover y participar en las funciones biomecánicas.
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