Así deben ser los jardines terapéuticos para mejorar la s...
Hace poco hablamos de los beneficios de crear un jardín como forma de terapia cognitiva para las personas con demencia. Si aún no lo ha leído, le permitirá comprender mejor el impacto de la actividad de hoy.
No tienes que seguir muchas reglas para crear un jardín terapéutico para personas con demencia, pero es importante que sigas al menos las cinco que te vamos a dar a continuación. Esta es una sencilla guía paso a paso para obtener mejores resultados y una mejor estimulación.
Reglas para cultivar un huerto terapéutico
1. Las plantas y los aditivos no deben ser tóxicos.
Cada planta debe examinarse y someterse a pruebas de toxicidad antes de su incorporación.
Por ejemplo, mucha gente no sabe que las poinsettias son venenosas. Los lirios, la hiedra, el filodendro, el jade y la adelfa también son plantas de interior venenosas, y hay muchas otras. Tenlo en cuenta.
Mantenga los fertilizantes y otros productos químicos fuera del alcance de las personas con demencia.
2 Evita las plantas afiladas que puedan causar heridas o molestias, como las rosas espinosas y los cactus espinosos.
Quizás te interesa: Cuando se trabaja con personas con demencia, está claro que la seguridad es primordial. Al igual que evita las plantas afiladas, también debe tener cuidado con las herramientas de jardinería que tienen puntas o cuchillas afiladas.
Sin embargo, dependiendo de las circunstancias de cada persona, puede que no sea seguro o apropiado utilizar determinadas herramientas o artículos. Sin embargo, puede que no sea seguro beber alcohol un día sí y otro no, dependiendo del estado físico de la persona ese día.
3. interacción de valores.
A la hora de decidir qué plantas tener y cuáles (quizá sólo una), hay que asegurarse de que sean relativamente resistentes. En efecto, esto puede significar un comportamiento que no es el mejor para la planta, como la manipulación frecuente o el riego excesivo. Porque lo más importante aquí es el diálogo con la persona con demencia. ¿Y cómo puede lograrse este diálogo? Siempre depende de lo que sea más significativo para la persona en cuestión y de lo que despierte su interés.
Interacción positiva.
- Selección de plantas y cooperación.
- Historias sobre jardines y trabajo con plantas
- Usar las manos o una pala de jardín para llenar las macetas de tierra
- Sembrar semillas
- Ver crecer las plantas con interés
- Huela, toque y mire frutas, flores y hojas.
- Riega las plantas.
- Ayudar a limpiar y mantener el jardín, quitar las flores muertas, cosechar, podar, etc.
- Cocinar y hacer manualidades con lo que han cultivado.
- Recoger las plantas (incluso en momentos "inusuales" o "no ideales").
Aquí es donde la creatividad es crucial para el éxito. Si usted, como cuidador o terapeuta, observa que un enfermo de Alzheimer riega en exceso sus plantas, utilice una regadera pequeña o un aspersor de césped. Otra solución es proporcionar un drenaje perfecto con una gran bandeja de goteo.
Consejo: Puede que sea necesario poner carteles que digan "regado" o buscar plantas a las que les guste mucho el agua.
Si la persona participa en el huerto, ¡ya es un éxito!
4. Elegir buenas plantas
No sólo hay que tener cuidado con las plantas venenosas o picantes, sino también buscar plantas que estimulen los sentidos, la memoria o ambas cosas.
Podría haber algunas posibilidades interesantes.
Lavanda:: No sólo es una hierba de olor agradable, sino que también se dice que favorece la relajación. Sin embargo, necesita mucho calor y luz.
Hierbas: Cuando se utilizan hierbas en la cocina, también pueden estimular el apetito.
No sólo son comestibles, también son aromáticas y pueden estimular el sentido del olfato.
Pruebe la albahaca, el orégano, el tomillo, el romero, la menta, el perejil y el cebollino para encontrar el más adecuado para usted. Sobre todo, infórmese sobre los requisitos respectivos: riego, cantidad de luz, tipo de suelo, etc. - para garantizar su buen funcionamiento.
Jazmín: hermosas florecillas blancas y una dulce fragancia.
Toronjil o melisa con un fuerte aroma a limón dulce, conocido por calmar la mente, mejorar el estado de ánimo y potenciar la función cognitiva.
Planta araña (banda del amor): una de las plantas de interior más populares para muchas personas, ya que puede crecer sin mucho sol.
Violetas africanas: son populares como plantas de interior y florecen todo el año.
La lechuga, la col rizada, el cebollino y las lechugas de hoja son útiles porque crecen rápido y son fáciles de comer.
Más información sobre cómo cultivar un huerto aromático con cosas que tienes en casa.
5. Encontrar un lugar adecuado
Una vez elegidas las plantas, lo siguiente es encontrar un lugar adecuado para el jardín. Esto dependerá principalmente de la cantidad de luz que necesites. Lo ideal es una ventana soleada, pero si no es posible, puedes añadir una luz de cultivo. Si es la única opción viable, opta por luces de cultivo si es posible, ya que los LED emiten menos calor que sus homólogos. Asegúrese de que no haya cables accesibles a las personas con demencia. La seguridad es muy importante.
¿Le ha gustado la orientación? Como puede ver, los jardines terapéuticos de interior son posibles en cualquier tamaño. Cada jardín es tan único como la persona para la que fue creado. El objetivo es animar a las personas con demencia a interactuar entre sí y experimentar sentimientos positivos a través de esta actividad. Si esto se consigue, el jardín terapéutico será un éxito seguro.
Fuente: Leedemie.
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Según los autores que desarrollaron la teoría básica actual de los jardines terapéuticos, existen dos tipos de jardines terapéuticos: los jardines recreativos (que proporcionan un entorno para la recuperación de determinadas tensiones físicas y mentales) y los jardines de rehabilitación (que se centran en actividades específicas a través de la interacción con las plantas) Is.
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El color verde fue más favorable en comparación con el grupo de control en cuanto a la concentración de personas expuestas al experimento. Esto se debe a que los jardines muestran diferentes tonalidades y cambios de color en función de la hora del día y la estación del año, así como del ángulo desde el que se miren.
Dzulkifli, M. A., & Mustafar, M. F., demuestran en un trabajo publicado en 2013 que el uso del color mejora el rendimiento de la memoria. El color es una de las cosas que el ser humano puede experimentar y ha contribuido al desarrollo de nuestros sentidos hasta nuestros días.
En las zonas urbanas, especialmente en las ciudades grandes y medianas, los espacios verdes bien desarrollados muestran una relación más positiva con la salud que las zonas sin una infraestructura verde diversa y rica (De Vries, S. et al, 2013).
Además, la presencia de espacios verdes suele asociarse a la posibilidad de hacer ejercicio al aire libre, ampliamente reconocida como uno de los factores más importantes para llevar un estilo de vida sano y equilibrado.
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