VIH/SIDA: qué son, cómo se transmiten y cómo vivir con ellos
Se encuentra usted aquí
- Conózcanos
- A qué nos dedicamos.
- VIH/SIDA
- Diagnóstico de VIH/SIDA
- Información y errores
- Culpabilidad
- Rechazo y discriminación
- ¿A quién decírselo y a quién no?
- ¿Cómo me enfrento al VIH?
- Grupos de autoayuda
- Sexualidad
- Embarazo y VIH
- ALIMENTOS
- ACTIVIDAD FÍSICA
- Derechos de las personas que viven con el VIH
Diagnóstico de VIH/SIDA
Un diagnóstico de VIH desempeñará un papel importante en tu propia vida y en la de tus allegados, aunque de distintas maneras. Algunos ya lo sospechan, para otros es una noticia totalmente inesperada. Para todos, sin embargo, es una situación emocional en la que están presentes el miedo, la culpa, la responsabilidad, la pena y el sentimiento de enfrentarse a la enfermedad y a la muerte; la noticia de que se es seropositivo puede provocar reacciones emocionales muy intensas que a veces son contradictorias y difíciles de procesar al principio.
En la mayoría de los casos, el diagnóstico del VIH desencadena una crisis que se caracteriza principalmente por el miedo y la confusión. Temen la enfermedad, el deterioro y la muerte. No sabes lo que va a pasar. No sabes qué decir a los demás. Temes haber contagiado el VIH a otras personas. Existe una amenaza de discriminación, pérdida de empleo o de ingresos. Temes el aislamiento y la dependencia. De repente, tu estilo de vida o la forma en que vives tu sexualidad pueden convertirse en un problema. Algo parece estar afectando seriamente a su identidad.
La infección por el VIH puede desencadenar toda una serie de sentimientos y emociones; los primeros meses tras descubrir que se es seropositivo son una época difícil y emocionalmente angustiosa, y este malestar puede durar mucho tiempo. A medida que pase el tiempo y busques y recibas apoyo, la intensidad de estos sentimientos disminuirá.
Tú tampoco sabrás qué hacer con tus sentimientos en esta difícil situación. Tienes derecho a pedir y recibir tiempo y atención. Esto también se aplica a parejas, amigos y familiares.
Quizás te interesa:Información y mala conducta
El VIH es una enfermedad nueva. La rápida evolución de la medicina hace que los pacientes reciban información nueva, aún confusa y a veces contradictoria.
Esta rápida evolución y la confusión que conlleva requieren mucha energía por tu parte, la de tu familia y la de tus amigos. Las noticias sobre el VIH aparecen con frecuencia en los periódicos y en Internet, lo que a veces provoca aún más ansiedad y confusión. Te recomendamos que busques información entre los profesionales de la salud y otros socios y agentes sociales especializados en cuestiones relacionadas con el VIH.
La sorpresa ante la aparición de la enfermedad en un mundo que creía tener bajo control las infecciones de transmisión sexual, la gravedad de la enfermedad y la falta de conocimientos científicos por tratarse de una enfermedad nueva provocaron una precipitación y confusión iniciales ante la posibilidad de otras formas de transmisión del VIH.
El modo de transmisión se conoce desde hace tiempo y se pueden acabar los rumores.
Quizás te interesa:La transmisión del VIH se asocia erróneamente a la saliva, las picaduras de mosquito, el contacto con la piel y las donaciones de sangre. Todas estas asociaciones son falsas.
Es necesario aclarar los modos de transmisión del VIH para, a partir de ahí, tomar medidas preventivas y disipar estas ideas erróneas que dificultan la comprensión de los hechos y la adopción de las medidas sanitarias adecuadas.
Culpabilidad.
Las personas infectadas por el VIH pueden sentirse culpables y confusas porque el VIH se transmite a través de las relaciones sexuales y el intercambio de jeringuillas contaminadas durante el consumo de drogas.
También existe el riesgo de que su estilo de vida se asocie erróneamente a un comportamiento socialmente reprobable o a la muerte. Estos problemas pueden provocar rechazo y discriminación. Estas reacciones sociales pueden ser muy dolorosas para las personas seropositivas, sus parejas, familiares y amigos.
Rechazo y discriminación
Estigmatización y discriminación
En sus inicios, el sida se asoció a cifras y metáforas con connotaciones negativas que reforzaban los comportamientos discriminatorios hacia grupos anteriormente marginados.
Históricamente, el miedo a la alteridad ha impregnado la sociedad. La discriminación y la estigmatización se basan en generalizaciones y prejuicios. En otras palabras, es un juicio que se hace sin saber quién es la persona, lo que siente y experimenta.
Las dificultades para tratar y defender los derechos de las personas que viven con el VIH/SIDA se basan a menudo en la ignorancia y en los temores aprendidos socialmente, así como en el miedo a la enfermedad y a la muerte.
Los medios de comunicación han desempeñado un papel fundamental en la construcción de estas representaciones y percepciones y, junto con otros factores, han configurado la realidad social del VIH y el sida. El miedo, el rechazo y la ignorancia han llevado a la estigmatización y la discriminación de las personas que viven con el VIH. En este contexto, ha surgido un fuerte movimiento colectivo que está realizando una excelente labor en la defensa de los derechos de las personas que viven con el VIH y en la lucha contra la discriminación.
Los logros de las personas que viven con el VIH/SIDA y las ONG en este ámbito son notables, pero aún queda mucho por hacer.
Desde la primera consulta internacional sobre SIDA y derechos humanos en 1989, la lucha contra la discriminación no sólo ha sido un requisito derivado del marco ético y normativo de la comunidad internacional basado en los derechos humanos, sino también un elemento fundamental en la lucha contra la propia epidemia.
Vivir sin miedo.
La estigmatización de las personas que viven con el VIH y la discriminación a la que se enfrentan están fundamentalmente vinculadas a violaciones de los derechos humanos, y es justificable y obligatorio tomar todas las medidas necesarias para evitarlo.
La influencia de los medios de comunicación en la opinión pública es innegable. Por eso es tan importante la preparación de la información, los mensajes y las imágenes, que deben reflejar la realidad del asunto. Los medios de comunicación pueden llegar a millones de personas y servir así de canal de difusión y multiplicación de la información. Por ello, los medios de comunicación deben colaborar para presentar una imagen objetiva y digna del VIH y aprovechar su impacto educativo en la sociedad para desarrollar actividades de sensibilización y educación.
La educación sobre el VIH y el fomento de la solidaridad y el respeto en este ámbito deben integrarse en el sistema educativo dentro del marco general de la educación en valores y la educación cívica.
Desde el punto de vista de la salud pública, la estigmatización no sólo constituye una violación de los derechos fundamentales, sino que además fomenta los comportamientos de riesgo (miedo a ser identificado como seropositivo, miedo a someterse a las pruebas del VIH, ocultación de comportamientos de riesgo por parte de personas en situación de vulnerabilidad) y dificulta la puesta en marcha de programas de prevención, lo que a su vez conduce al tratamiento y la prevención del VIH y facilita la propagación de la epidemia. Además, el estigma y la discriminación fomentan la invisibilidad del VIH e impiden la vigilancia epidemiológica del VIH y, por tanto, la aplicación de programas de prevención y control del VIH.
Así pues, el VIH/SIDA es una enfermedad que, en comparación con otras, conlleva la estigmatización y discriminación de las personas que viven con el VIH, lo que aumenta la vulnerabilidad tanto de los afectados como de la población en general. Hasta que se aclaren estos factores, el enfoque del VIH debe ser excepcional e integrador.
La investigación ha demostrado que el estigma puede reducirse mediante una serie de estrategias de intervención, como el suministro de información, el asesoramiento, el desarrollo de capacidades y el contacto con la persona afectada. Es necesario trabajar tanto con el público en general (estigma confirmado y discriminación) como con las personas que viven con el VIH (estigma percibido) y los profesionales de los servicios sanitarios y sociales (prevención, sensibilización e intervención ante el estigma confirmado y percibido).
En marzo de 2007, ministros y representantes gubernamentales de la Unión Europea, incluida España, se reunieron en Bremen para "respetar y, cuando sea necesario, promover y garantizar los derechos humanos, incluida la lucha contra la discriminación y la estigmatización de las personas que viven con el VIH/sida y de las más afectadas por la epidemia, en particular en Europa y en los países vecinos". se comprometieron a "legislar". Personas que se inyectan drogas y sus parejas, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, jóvenes, mujeres, inmigrantes, niños, personas encarceladas, hombres y mujeres que ejercen la prostitución.
Para resolver las situaciones en las que existen pruebas de discriminación contra las personas que viven con el VIH, es necesario trabajar con los organismos responsables de proteger los derechos de las personas, las autoridades locales y las ONG para desarrollar las estrategias más adecuadas.
Entorno social.
¿Sabemos lo suficiente sobre las consecuencias sociales de la enfermedad? ¿Sabemos lo que experimentan y sienten los pacientes en un mundo lleno de prejuicios y discriminación? ¿Sabemos lo suficiente sobre cómo tratar a las personas que luchan contra esta enfermedad y cómo tratarlas?
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de recabar información, de conocer algo más que datos y cifras sobre lo que ocurre en el mundo, y de intentar comprender los sentimientos de quienes padecen esta enfermedad.
El VIH puede causar problemas sociales y emocionales. Los problemas emocionales pueden incluir miedo, incertidumbre sobre el futuro, ira y resentimiento hacia la enfermedad, hacia sí mismos y hacia el personal médico. Tienen una sensación de desesperanza y pérdida y luchan contra la culpa y la vergüenza.
Los problemas sociales incluyen hacer frente a las reacciones de las personas de su entorno cuando se enteran del diagnóstico. A menudo se trata de una situación difícil para las familias, que implica conmoción, ira, confusión, dolor y sorpresa. Los mensajes impopulares pueden dejar solas a las personas infectadas por el VIH y, en algunos casos, destruir las relaciones con personas importantes en sus vidas.
La reacción de la sociedad ante un diagnóstico de VIH puede ir desde el miedo y la ignorancia hasta el rechazo y la falta de aceptación por parte de los demás. Por lo tanto, las personas infectadas por el VIH tienen que enfrentarse no sólo a sus propios sentimientos sobre su diagnóstico, sino también a los pensamientos y actitudes de la sociedad, que a menudo tiene opiniones diferentes sobre la naturaleza y las causas de la enfermedad. La carga de la presión social y el estrés y las emociones asociadas a la infección por el VIH. extremadamente difíciles de soportar.
¿A quién decírselo y a quién no?
A veces puede que no quieras que nadie sepa lo que te ocurre y te aísles por completo, o que quieras contárselo a todo el mundo. Son reacciones normales.
Deja claro que no estás obligado a explicar la nueva situación. Tú decides a quién se lo cuentas, cómo y cuándo. También debes decidir cómo cuidar de ti mismo y de tu pareja y protegerlos de nuevas infecciones cuando seáis sexualmente activos. Algunas personas seropositivas confían su estado a familiares y amigos, mientras que otras prefieren hablar de su nuevo estado en grupos de apoyo. Es una decisión difícil, y muchos evitan hablar por miedo al rechazo.
No existe una forma perfecta o mágica de decir a otras personas que estás infectado por el VIH, ni puedes saber cómo reaccionarán las personas en las que confías.
Es importante compartir tus miedos, ansiedades e incomodidades con al menos una o más personas. Esto le ayudará a adaptarse a la nueva situación. También puede ser útil entrar en contacto con otras personas que viven con el VIH a través de organizaciones como grupos de estudio sobre el sida y grupos de apoyo.
Es útil establecer relaciones de confianza con personas con las que compartes tus sentimientos. Piense en quién es importante para usted y por qué. Por lo general, pocas personas saben que uno es portador del virus. Puedes decirles lo que significa para ti y qué apoyo te gustaría recibir. Es importante tener cuidado no sólo con a quién se lo cuentas, sino también con lo que les cuentas.
A continuación, puedes plantearte contárselo a más gente. Recuerda que su primera reacción puede ser muy fuerte porque están asustados, confusos o doloridos. Puede que al principio se sientan rechazados porque tardan en prestarle la atención que espera.
A algunas personas les cuesta aceptar el hecho de que un amigo o familiar esté infectado por el VIH. Esto puede ser duro para ellos. Sin embargo, el apoyo de otras personas que no dependían de ellos puede ser muy importante.
Puede ser muy difícil comunicarse con las personas que viven con el VIH y con quienes les rodean, ya que cada uno vive el proceso a su manera. Por ejemplo, una persona puede sentirse triste y deprimida mientras que otra se siente enfadada y rebelde. Estas diferencias de humor pueden dar lugar a malentendidos y, a veces, a sentimientos de aislamiento. Para evitarlo, intenta escuchar atentamente a la otra persona sin tratar de influir o negar lo que le ocurre.
En nuestra sociedad, tendemos a negar o amortiguar los sentimientos fuertes en la medida de lo posible. A menudo la gente intenta calmarnos. Dado que es importante expresar nuestros sentimientos para hacer frente a una determinada situación, hay que tener en cuenta que estas declaraciones pueden dificultar el proceso de asimilación.
¿Cómo me enfrento al VIH?
Una vez pasado el shock inicial, surge la pregunta: "¿Cómo me enfrento al VIH?
El VIH parece hacernos sentir impotentes. En nuestra cultura occidental, hemos aprendido más a superar la enfermedad que a vivir con ella. La aparente incapacidad para curar la enfermedad es sinónimo de impotencia. Puede aparecer una sensación de vacío, irrealidad, miedo, desesperación y confusión. El mundo parece muy diferente.
A veces, el dolor y la desesperanza pueden hacer que te sientas deprimido y solo. Pero a veces el dolor y la confusión pueden sustituir a una especie de aceptación. Puedes aceptar lo que te está ocurriendo y lo que quieres o no quieres para el resto de tu vida.
El VIH despierta una serie de emociones y da una idea de cómo nuestra sociedad trata el sexo, la enfermedad y la muerte. Aparte de estos aspectos difíciles y dolorosos, el VIH también puede tener un impacto positivo en la vida de algunas personas. A veces los enriquece, las amistades se profundizan y hay más calor, intimidad y amor compartidos. Esto no se debe al VIH, sino a la forma en que la gente vive con el VIH.
Vivir con el VIH puede ser difícil para todos los implicados. Cada crisis que atravesamos en la vida es una oportunidad para aprender, crecer, reinventarnos y vivir de verdad una nueva forma de vida.
Grupos de apoyo
Sin embargo, hacer frente al VIH puede ser un círculo vicioso abrumador y puede ser útil buscar ayuda profesional.
Recuerda que tienes derecho a pedir ayuda, que no es vergonzoso pedir ayuda y que debes buscar el apoyo que necesites. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de tu independencia, porque eres responsable de que todo funcione lo mejor posible. Pedir ayuda forma parte del proceso de comprenderse mejor a uno mismo y demuestra la voluntad de abordar los problemas. En este sentido, es una victoria más que una derrota.
Pedir ayuda tiene sus aspectos positivos.
- Demuestra confianza en la persona a la que pides ayuda. Al fin y al cabo, estás compartiendo algo muy personal con ellos.
- Ya no estás solo en tu lucha contra el VIH.
- La relación entre usted y su ayudante suele reforzarse. Otros se alegran de que haya una forma de hacer algo al respecto.
- Tendrás más tiempo y energía para hacer otras cosas.
Ponerse en contacto con otras personas infectadas por el VIH y con grupos de autoayuda también puede ser de gran ayuda. Puede obtener más información en las comisiones de lucha contra el SIDA, los grupos de autoayuda y otras asociaciones que ofrecen este tipo de servicios. La mayoría de las organizaciones de VIH en España ofrecen esta ayuda y también pueden remitirle a un servicio adecuado.
Muchos grupos de autoayuda existentes se han integrado en asociaciones cívicas o comités de lucha contra el SIDA. Estos grupos facilitan que las personas que viven con el VIH conecten entre sí y compartan experiencias que entienden mejor que nadie. Esto es especialmente importante para las personas seropositivas que ocultan su estado serológico por miedo al rechazo, la discriminación o simplemente para no sorprender a familiares y amigos.
En los grupos de autoayuda, las personas pueden hablar libremente de sus preocupaciones y observar cómo afronta cada individuo su infección por el VIH. Cada grupo tiene unas normas básicas para garantizar la convivencia y el turno de palabra dentro del grupo.
Las actividades de autoayuda se centran en reuniones de grupo, que suelen celebrarse una vez a la semana y están dirigidas por uno de los participantes. También pueden estar dirigidas por un profesional, por ejemplo, un orientador, un psicólogo o un trabajador social. ...... Al compartir sus experiencias, los participantes pueden comparar distintas formas de tratar a los seropositivos y sus estilos de vida. También es una importante fuente de información para los problemas emocionales y de pareja, así como para los problemas de calidad de vida que suelen surgir. En este contexto, suelen abordarse temas como la nutrición, los cuidados físicos, el tratamiento, el sexo seguro y la relajación.
Además de las reuniones de autoayuda, algunos grupos también organizan seminarios de formación sobre nutrición, autocuidado y métodos de relajación. También se organizan actividades sociales y recreativas, como salidas, fiestas y videoforums.
El apoyo entre iguales entre personas que viven con el VIH es muy eficaz porque permite compartir cosas que los de fuera no entienden realmente porque no están en la misma situación. Este apoyo entre iguales puede organizarse a través de grupos de apoyo y grupos de debate. También puedes conocer a personas con los mismos problemas que tú en organizaciones para personas con VIH.
Sexualidad.
El sexo significa algo diferente para cada persona, pero el sexo se asocia con la intimidad, la ternura, el deseo, la voluntad y el amor. El sexo también es un medio de proporcionar y recibir calor, placer físico y relajación, y suele ser muy importante para todos.
Hablaremos del amor, la lujuria y el miedo en nuestras relaciones con los demás y de cómo podemos disfrutar de una sexualidad plena y adaptada a cada individuo.
En este punto queda claro que no hay un mensaje específico para las personas seropositivas, sino que el mensaje y la información deben dirigirse a todas las personas que vayan a mantener relaciones sexuales. En cualquier caso, es importante que usted y su pareja sepan que el tratamiento antirretrovírico no evita la transmisión del virus.
Tras enterarse de que están infectados por el VIH, pueden sentirse menos inclinados a mantener relaciones íntimas. Muchas personas sienten que el sexo se ha acabado, y algunas experimentan una disminución de la libido. También pueden temer o tener miedo de transmitir el VIH a sus parejas sexuales. En estos casos, puede haber una pérdida significativa de interés por el sexo o un mayor sentimiento de vergüenza y culpabilidad, algo habitual en esta enfermedad.
Siempre se recomienda mantener relaciones sexuales seguras, tanto si la pareja está infectada por el VIH como si no. El concepto de sexo seguro no sólo consiste en proteger a tu pareja, sino también en protegerte a ti mismo para que no vuelvas a infectarte con otro virus resistente a la medicación que estás tomando, o para evitar otras enfermedades de transmisión sexual.
Las personas infectadas por el VIH deben saberlo.
- Hay diferentes tipos de VIH, y puedes volver a infectarte. Su sistema inmunitario tiene que hacer frente a nuevas infecciones.
- Las infecciones de transmisión sexual pueden contagiarse. Si practicas sexo seguro, tienes menos probabilidades de contraer infecciones de transmisión sexual como la sífilis y la gonorrea. Estas infecciones activan el sistema inmunitario para que el VIH pueda multiplicarse. El sexo seguro no sólo protege a tu pareja, sino también a ti mismo.
- Puede seguir manteniendo relaciones sexuales normales y protegerse a sí mismo y a su pareja sexual.
Miedo a contagiar a otros.
Tal vez tengan miedo de infectar a otra persona. En muchos casos, saber que son seropositivos es razón suficiente para asumir la responsabilidad de mantener relaciones sexuales seguras. Además, ahora se dice que si eres concienzudo con tu tratamiento y tu carga viral es indetectable, la probabilidad de infectar a otras personas es casi nula.
¿Cuándo debo decirle a mi pareja que estoy infectado por el VIH?
Si tiene pareja en el momento del diagnóstico, una de sus primeras preocupaciones será qué y cómo decírselo. Para algunos socios, el resultado puede ser predecible, mientras que para otros puede ser una sorpresa y causar grandes dificultades. Si crees que tu pareja no está preparada para recibir esta información, no puedes esperar que te ofrezca la ayuda y el apoyo que necesitas en esta primera fase. En este caso, es importante que tú y tu pareja os deis tiempo para aceptar la situación.
Antes de contarle la situación a tu pareja, debes pensar cómo y cuándo se lo dirás. Hablar con amigos, médicos, asociaciones y grupos de apoyo sobre lo que te preocupa de tu sexualidad puede ayudarte a veces a tomar decisiones difíciles.
Si no tienes una pareja estable y tu pareja es esporádica, también es muy importante que pienses de antemano en tu comportamiento en los encuentros esporádicos. A veces, el comienzo de una relación es el mejor momento para hablar.
Pero no olvides tomar precauciones y tener en cuenta cada relación.
¿Cómo puede transmitirse el VIH por vía sexual?
- La transmisión depende de dos factores: los fluidos corporales y el lugar de contacto.
- Fluidos corporales: Para que se produzca una infección, un fluido que contenga virus (sangre, semen o secreciones vaginales) debe entrar en contacto con la sangre o la mucosa anal o vaginal de la pareja. Las mucosas de la vagina y el ano son muy sensibles, por lo que es fácil que se produzcan infecciones en ellas.
- Cantidad de virus: Debe haber cantidades suficientes de virus en estos fluidos: Los fluidos con mayores concentraciones de VIH son la sangre y el semen, seguidos de la sangre menstrual y las secreciones vaginales.
- Vía de transmisión: Para que se produzca una infección, debe haber un punto de entrada, una herida. Nuestra piel es una barrera natural y sólo pierde su efecto protector cuando se daña o deteriora.
- En la saliva, las lágrimas y el sudor: el VIH es muy difícil de concentrar aquí. No puede transmitirse a través de estos fluidos corporales.
Penetración anal.
La penetración anal suele provocar pequeñas lesiones en las paredes del ano y el recto o en la mucosa del pene. Dado que el VIH penetra a través de estas lesiones, el semen y la secreción previa a la eyaculación pueden ser una fuente de infección por VIH. Por lo tanto, se recomienda que la inserción en el ano no se realice sin las medidas de protección adecuadas. Tanto los socios activos como los pasivos corren peligro.
Penetración vaginal.
La inserción en la vagina suele provocar pequeñas lesiones en las paredes vaginales y la mucosa del pene, a través de las cuales el VIH presente en el semen, el preeyaculado y las secreciones vaginales puede penetrar en el organismo y causar infecciones tanto en mujeres como en hombres.
Sexo oral.
Sexo oral (boca-pene, boca-vagina, contacto boca-anal): La boca es un entorno muy incómodo para el VIH. Esta vía es menos arriesgada que el coito anal o vaginal. Sin embargo, se han registrado casos de transmisión oral del VIH, por lo que no se puede afirmar que ingerir en la boca semen, secreciones vaginales o sangre infectados no sea peligroso.
Se recomienda tomar precauciones de seguridad para evitar eyacular en la boca del otro o que tu pareja eyacule en tu boca. Si tienes la boca irritada o infectada, podrías entrar en contacto con el semen de tu pareja seropositiva (sobre todo si eyacula en tu boca). La felación con preservativo es segura.
El cunnilingus es sexo oral con una mujer y el anilingus es sexo oral con un ano. Es aconsejable cubrir la vagina con una barrera de látex (papel de cocina o un preservativo roto) por si la persona que realiza el procedimiento tiene alguna herida, llaga o infección en la boca.
Besos, caricias y masajes.
Los besos intensos, las caricias y los masajes son actos sexuales sin riesgo siempre que se realicen sobre mucosas y piel sanas.
Embarazo y VIH
La decisión de tener un hijo es una cuestión que merece especial atención. Es una decisión que implica un alto grado de responsabilidad y compromiso.
¿Puedes quedarte embarazada si eres seropositiva?
Es importante recordar que existe el riesgo de transmitir el VIH a un hijo y que este riesgo puede reducirse si se controla bien la infección.
Aunque actualmente el riesgo de infección es bajo (2-3%), si la carga viral es indetectable, las defensas están optimizadas y la infección está bien controlada, es importante recordar que el virus puede transmitirse durante el embarazo, especialmente durante el parto.
Las mujeres seropositivas que deseen quedarse embarazadas deben recibir asesoramiento sobre los riesgos para su futuro hijo y sobre cómo evitar que el bebé se infecte. Tomar determinados medicamentos puede reducir significativamente el riesgo de infectar al bebé durante el embarazo.
La infección perinatal se refiere a la transmisión del virus al feto durante el embarazo, el parto y la lactancia.
La transmisión de una madre seropositiva a su hijo puede producirse en tres puntos.
- Durante el embarazo.
- Durante el parto
- Durante la lactancia
Las mujeres seropositivas (infectadas por el VIH) embarazadas deben ser
- Existen tratamientos específicos que pueden reducir el riesgo de transmisión del virus al bebé hasta en un 3% durante el embarazo, por lo que es importante un estrecho seguimiento médico durante la gestación.
- Dado que el canal del parto es una de las vías de transmisión del VIH, es preferible realizar una cesárea, ya que contiene una gran cantidad de sangre materna.
- Las madres infectadas no deben amamantar a sus bebés porque el virus puede transmitirse a través de la leche materna.
La transmisión vertical de la infección por VIH ha cambiado significativamente en los últimos años desde la introducción del tratamiento antirretrovírico profiláctico durante el embarazo; los estudios han mostrado tasas muy bajas de infección en niños nacidos de madres seropositivas, y se esperan nuevas reducciones de la transmisión vertical del VIH en el futuro.
¿Cuándo puede quedarse embarazada una mujer?
Una vez que tengas toda la información, tú y, si tienes pareja, ellos decidirán cuál es el mejor momento.
Recuerde que es aconsejable evitar riesgos para su salud y la de sus hijos.
- Un sistema inmunitario debilitado puede empeorar su estado durante el embarazo. Por lo tanto, hazte revisiones periódicas para controlar tu capacidad protectora de CD4-T y tu carga viral.
- Otras condiciones relevantes que puedan afectar al embarazo (enfermedades oportunistas, enfermedades de transmisión sexual, problemas relacionados con el consumo de sustancias adictivas...). El paciente no debe padecer ninguna de las siguientes enfermedades.
¿Se puede amamantar al niño?
Debe evitarse la lactancia debido al riesgo de transmisión del VIH a través de la leche materna.
Alimentación.
Las cuestiones nutricionales suelen pasarse por alto cuando se habla de la infección por VIH/SIDA, ya que la gente se centra sobre todo en el tratamiento farmacológico y los aspectos clínicos esenciales, olvidando la importancia de la nutrición para prevenir la malnutrición, que se manifiesta en las primeras fases de la infección y se pone de manifiesto a través de una dieta sana y equilibrada que ayude a mantener el peso y la salud en general.
Los diversos síntomas clínicos que aparecen en el curso de la infección por VIH/SIDA aumentan significativamente el riesgo de malnutrición y afectan a la ingesta, la digestión y la utilización de los alimentos. Las infecciones de la boca y del tracto gastrointestinal, las náuseas y los vómitos, la diarrea y la pérdida de peso pueden tolerarse si el estado nutricional es bueno.
El estado nutricional no afecta a la prevención del VIH ni a la curación del sida, pero una dieta equilibrada puede reforzar el sistema inmunitario, mejorar los niveles de energía y ayudar al organismo a resistir los efectos de la enfermedad.
Una correcta adecuación de la alimentación y la nutrición ayuda a mantener y mejorar el estado nutricional del paciente, prevenir su deterioro y aliviar los síntomas que aparecen durante el curso de la enfermedad, lo que se traduce en una mejora significativa de su calidad de vida.
Ejercicios físicos
Una buena nutrición, un tratamiento adecuado y la práctica regular de ejercicio moderado son fundamentales para mejorar el bienestar y la calidad de vida de una persona.
¿Cuáles son los beneficios del ejercicio?
Mejora la masa muscular, la resistencia y la flexibilidad.
Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión.
Mejora el sueño y la función intestinal.
Mejora la función cardiopulmonar.
Tiende a aumentar el apetito.
Mejora diversos síntomas asociados a la lipodistrofia.
A nivel del sistema inmunitario, el ejercicio libera unas sustancias químicas llamadas endorfinas que pueden mejorar el recuento de glóbulos blancos y células T. El ejercicio debe realizarse a un ritmo moderado, ya que el sobreesfuerzo aumenta la inmunosupresión.
Para quienes nunca han hecho ejercicio, puede resultar difícil al principio, pero al cabo de un tiempo los beneficios son notables.
Si vas a un gimnasio, deberías consultar a un preparador físico para que te ayude a crear un programa de ejercicios adecuado para ti.
Empiece a un ritmo cómodo, por ejemplo tres veces por semana. Esto le dará cuatro días para recuperarse.
Comienza con un calentamiento de 5-10 minutos, por ejemplo, estirando o caminando.
Se recomienda realizar ejercicios aeróbicos como correr, caminar o montar en bicicleta que le gusten y pueda hacer durante al menos 20 minutos.
Intenta incorporar pesas y ejercicios de resistencia: Asegúrese de que las contracciones musculares se repiten con regularidad. Comience con pesos ligeros y auméntelos gradualmente.
Por último, haz ejercicios de estiramiento y relajación durante 5 minutos.
Derechos de las personas que viven con el VIH.
- Las personas que viven con el VIH/sida tienen los mismos derechos y responsabilidades que las demás personas.
- Nadie tiene derecho a restringir la libertad o los derechos de ninguna persona, independientemente de su raza, nacionalidad, religión, sexo u orientación sexual, simplemente porque esté infectada por el VIH.
- Las personas que viven con el VIH no deben ser aisladas, puestas en cuarentena ni discriminadas en modo alguno.
- Todas las personas que viven con el VIH tienen derecho a participar en todos los aspectos de la vida social; cualquier acto dirigido a excluir a las personas que viven con el VIH del empleo, la vivienda, la atención o el apoyo, o a restringir su participación en actividades colectivas, se considera discriminatorio y está penado por la ley.
- Todas las personas que viven con el VIH tienen derecho a continuar con su vida cívica, profesional, sexual y emocional. Ninguna ley puede restringir los plenos derechos de una persona como ciudadano.
- Todo el mundo tiene derecho a una información clara, precisa y científicamente correcta sobre el VIH, sin restricciones; las personas que viven con el VIH tienen derecho a información específica sobre su estado serológico.
- No se someterá a nadie a la prueba obligatoria del VIH. Sólo pueden utilizarse con fines diagnósticos, para controlar transfusiones o trasplantes de sangre, o para estudios epidemiológicos, pero nunca para controlar individuos o poblaciones. Para todas las pruebas, la persona afectada debe ser informada por un profesional competente.
- Una persona infectada por el VIH tiene derecho a revelar su estado de salud y los resultados de las pruebas únicamente a la persona de su elección.
- La intimidad de las personas que viven con el VIH debe protegerse en todos los servicios sanitarios y asistenciales.
- Todas las personas que viven con el VIH tienen derecho a recibir atención y tratamiento, ambos sin restricciones, para garantizar la mejor calidad de vida posible.
- Toda persona tiene derecho a recibir sangre, productos sanguíneos, órganos o tejidos que hayan sido sometidos a pruebas exhaustivas y se haya comprobado que no están infectados por el VIH.
VIH/SIDA y derechos humanos
Situando la cuestión del SIDA en el contexto de los derechos económicos, sociales y culturales, y partiendo de un enfoque basado en los derechos humanos, se puede comprender cómo surge y se desarrolla este fenómeno desde sus fundamentos: la propagación del VIH/SIDA y la alta vulnerabilidad de ciertos grupos que se enfrentan a él, los derechos individuales y sociales del VIH/SIDA son indicativos de marginación y desigualdad en el pleno disfrute de los derechos individuales y sociales.
En este sentido, el VIH no es sólo un problema de salud, sino un problema social que afecta a todos los aspectos de la vida del individuo y al potencial de desarrollo de la sociedad y requiere un enfoque integral.
El derecho a la salud forma parte de la dignidad del ser humano y de su condición de sujeto de derecho. Toda persona debe poder ejercer plenamente este derecho de hecho, en igualdad de condiciones y sin discriminación.
Los Estados tienen la responsabilidad de garantizar todos los derechos a todas las personas y, por tanto, deben proporcionar un sistema de protección de la salud que ofrezca igualdad de oportunidades para alcanzar el más alto nivel posible de salud. Esto incluye la prevención y control de enfermedades epidémicas y la creación de un entorno en el que todo el mundo tenga acceso a tratamiento y servicios sanitarios adecuados cuando caiga enfermo.
La sociedad civil también desempeña un papel a la hora de garantizar la realización de los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, en el contexto del SIDA ha prevalecido en la sociedad una mentalidad discriminatoria que considera ciertas características físicas y biológicas (sexo, edad, etnia, orientación sexual, etc.) como diferencias que determinan los papeles sociales. Estas diferencias son vistas como una situación de inferioridad y desigualdad que dificulta a los grupos considerados "diferentes" llevar una vida feliz y digna, ya que no son reconocidos como sujetos de derechos.
La salud y el bienestar no pueden basarse en la discriminación, la exclusión y el trato injusto basados en las diferencias.
Históricamente, el miedo a ser diferente ha estado arraigado en la sociedad. La discriminación y la estigmatización se basan en generalizaciones y prejuicios. En otras palabras, es un juicio que se hace sin saber quién es la persona, lo que siente y experimenta.
Las dificultades para tratar y defender los derechos de las personas que viven con el VIH/SIDA se basan a menudo en la ignorancia y en los temores aprendidos socialmente, así como en el miedo a la enfermedad y a la muerte.
Entre los derechos básicos de las personas que viven con el VIH/SIDA figuran los siguientes.
- El derecho a ser tratado y reconocido como ser humano con dignidad.
- El derecho a conocer el propio estado de salud y a que las preguntas sobre la propia enfermedad se respondan con honestidad y claridad.
- Derecho a que se tenga en cuenta su opinión cuando se tomen decisiones sobre procedimientos que le afecten en el tratamiento de su enfermedad.
- Derecho a no estar solo y a recibir apoyo y cuidados.
- El derecho a sentir y expresar miedos y ansiedades.
- El derecho a que se atiendan plenamente sus necesidades.
Esta entrada también puede consultarse en.
Euskara.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a VIH/SIDA: qué son, cómo se transmiten y cómo vivir con ellos puedes visitar la categoría Habitos de vida saludable.
Deja una respuesta
Mas artículos: