¿Qué es el trastorno bipolar?

¿Cómo se trata el trastorno bipolar?

Por estas razones, es crucial tratar el trastorno bipolar controlando los síntomas de las fases maníaca y depresiva y estabilizando el estado de ánimo del paciente a largo plazo, mejorando así su calidad de vida.

El tratamiento consiste principalmente en la administración de medicación, que debe ser prescrita por un psiquiatra. Por lo general, primero se utilizan fármacos estabilizadores del estado de ánimo. El fármaco más conocido y utilizado es el litio, que puede reducir la gravedad de los cambios de humor e incluso evitarlos cuando se producen. Es necesario un seguimiento estrecho y regular por parte de un médico, ya que los niveles sanguíneos demasiado altos pueden ser tóxicos y los demasiado bajos pueden resultar ineficaces. Dependiendo de los síntomas, también puede ser necesaria medicación adicional, como antidepresivos o antipsicóticos, para favorecer el sueño o reducir la ansiedad.

La psicoterapia también es una parte esencial del tratamiento del trastorno bipolar. Puede administrarse como terapia individual, familiar o de grupo, y existen varias opciones, como la terapia interpersonal, la terapia del ritmo social, la terapia cognitivo-conductual y la psicoeducación.

Otras opciones de tratamiento incluyen la terapia electroconvulsiva. Se utiliza en algunos casos graves cuando los tratamientos anteriores han fracasado y se necesita una mejoría rápida, o cuando la situación del paciente pone en peligro su vida. Por otra parte, el ejercicio regular alivia la depresión y la ansiedad y favorece un sueño profundo. Llevar un diario para registrar la evolución de la enfermedad ayuda tanto al paciente como al médico a controlar y coordinar mejor el tratamiento.

Trastorno bipolar

El trastorno bipolar es un trastorno mental crónico que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo (animostato). Estos cambios de humor pueden tener un impacto significativo en los aspectos sociales de la persona que padece el trastorno. Pueden adoptar la forma de episodios recurrentes que van desde la manía o la hipomanía (alegría, euforia) hasta la depresión (tristeza, inhibición, pensamientos de muerte).

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Episodios maníacos

Para diagnosticar un trastorno bipolar, deben cumplirse los siguientes criterios de un episodio maníaco.

1. Periodo marcado de estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo e irritable, con un aumento anormal de la actividad o la energía, que dura al menos una semana y se produce casi todos los días.

2. Durante el periodo de alteración del estado de ánimo y aumento de la energía o la actividad, tres o más de los siguientes síntomas, o cuatro si el estado de ánimo es irritable.

• Aumento de la autoestima y delirios de grandeza.
• Menor necesidad de dormir.
• Más hablador de lo habitual
• Desbordamiento de ideas
• Facilidad de distracción
• Aumento de la actividad intencionada (social, laboral o sexual).
• Participación excesiva en actividades estresantes (compras desenfrenadas, excesos con el alcohol, indiscreción sexual, inversión imprudente de dinero).

3. Un trastorno del estado de ánimo tan grave que provoque un deterioro sustancial del funcionamiento social o laboral y requiera hospitalización por síntomas psicóticos para prevenir un peligro para sí mismo o para los demás.

4. el incidente no se debe a los efectos fisiológicos de una sustancia, droga, medicamento o afección médica.

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