Las claves para acabar con el insomnio
El insomnio hace referencia a síntomas como la dificultad para conciliar el sueño, el sueño superficial y la duración reducida del sueño. Dado el acelerado ritmo de vida, el estrés y los problemas económicos, hoy en día muchas personas padecen insomnio.
Se distingue entre insomnio temporal (cuando se produce durante un breve periodo de hasta tres meses) e insomnio crónico (cuando dura meses o años). También puede distinguirse entre problemas para conciliar el sueño (problemas para dormirse antes de 30 minutos) y para conciliar el sueño (problemas para conciliar el sueño, despertarse en mitad de la noche, despertarse temprano).
Causas del insomnio
El insomnio suele ser el resultado de una combinación de factores médicos, psicológicos y personales, y varía de una persona a otra.
Las causas médicas del insomnio incluyen trastornos del sueño, trastornos psiquiátricos, trastornos metabólicos, hormonales, neurológicos, reumáticos, gastrointestinales y circulatorios, dolores que interfieren con el sueño y trastornos urológicos debidos a problemas para orinar. También deben tenerse en cuenta el embarazo y la menopausia.
Las causas externas, por su parte, suelen incluir factores ambientales que afectan negativamente a la capacidad para conciliar el sueño y permanecer dormido durante toda la noche, como malos hábitos, consumo o abuso de drogas, horarios de trabajo inadecuados, viajes interoceánicos frecuentes y problemas personales.
Quizás te interesa:Los hábitos de vida poco saludables (por ejemplo, trasnochar demasiado, no dormir bien, no hacer ejercicio, ver la televisión o navegar por Internet justo antes de acostarse) también son factores que influyen.
¿Cuáles son los síntomas?
El principal síntoma del insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o un sueño superficial. Esto conduce a un sueño deficiente y, en consecuencia, a la fatiga. Hay tres síntomas principales.
- Gran dificultad para conciliar el sueño (permanecer mucho tiempo tumbado o dar vueltas en la cama antes de dormirse).
- Despertares frecuentes o somnolencia ocasional por la noche.
- Despertar temprano por la mañana y cansancio, así como somnolencia, irritabilidad y falta de concentración durante el día.
El insomnio también puede ser síntoma de otros problemas, como depresión, dolor crónico o estrés. También puede ser un efecto secundario del tratamiento con determinados medicamentos.
¿Tiene problemas para dormir o se despierta a menudo? Si es así, usted es un tercio de la población afectada por el insomnio. Una de las causas más comunes del insomnio es una mala higiene del sueño y unos hábitos de vida poco saludables.
Por lo tanto, un estilo de vida saludable y un horario sensato suelen ser suficientes para remediar el insomnio. Los métodos de relajación, no mirar el despertador y no dar vueltas en la cama son consejos para dormirse más rápido y relajado.
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Los problemas de sueño son muy frecuentes. Privación de sueño, es decir.
- Incapacidad para dormir.
- Despertarse demasiado pronto
- Se despierta varias veces durante la noche y no puede dormir durante mucho tiempo.
- No se siente descansado al despertarse.
El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente. Se calcula que el 30% de la población adulta padece insomnio. Es más frecuente en mujeres, niños y personas mayores de 65 años.
La mitad de este grupo de edad se queja de insomnio, y de hecho el sueño de las personas mayores es más superficial que profundo, y pasan mucho tiempo despiertos. El verano, por supuesto, es la estación en la que el calor hace casi imposible conciliar el sueño.
A grandes rasgos, estos datos demuestran que las alteraciones del sueño son normales en determinados momentos de la vida.
¿Qué pasa cuando no duermes?
Cuando no puedes dormir, te preocupas. Una noche de insomnio ocasional no perjudicará su salud física ni mental, aunque esté cansado al día siguiente. Sin embargo, la privación constante de sueño puede perjudicar las funciones cognitivas.
Esto ocurre después de varios días sin dormir.
- Siempre cansado.
- Sueño durante el día
- Dificultad para concentrarse en las tareas cotidianas.
- Falta agilidad en la toma de decisiones.
- Puede sentirse deprimido.
- Se vuelve más irritable de lo habitual.
- Estar frustrado
- Mayor riesgo de accidentes y lesiones.
También se cree que la privación prolongada de sueño aumenta la probabilidad de padecer hipertensión, diabetes y obesidad.
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