El segundo cerebro: Sistema nervioso entérico

Las investigaciones sobre el sistema nervioso digestivo y la microbiota realizadas en la última década han revelado una estrecha relación entre la digestión y nuestras emociones. En los animales, la voz del cerebro intestinal sigue siendo una importante señal de información y comunicación (señales intuitivas del intestino). Nosotros, en cambio, tendemos a enredarnos en diálogos mentales y perdemos esta conexión intuitiva.

Esta semana Pilar Hurtado, médico colaboradora del INSTITUT D'ASSISTÈNCIA PSICOLÒGICA I PSIQUIÀTRICA MENSALUS, nos habla del segundo cerebro, el cerebro intestinal.

El segundo cerebro: el cerebro abdominal

Las investigaciones sobre el sistema nervioso digestivo y la microflora realizadas en la última década han demostrado que la relación entre la digestión y nuestras emociones es profunda.

El sistema nervioso entérico está formado por unos 100 millones de neuronas y es una organización inteligente íntimamente conectada y en constante diálogo con las bacterias intestinales, el cerebro más cercano a nuestros órganos internos.

El microbioma está formado por billones de microorganismos. Es responsable de muchas funciones vitales, como la producción de vitaminas, la digestión de los alimentos, la formación del sistema inmunitario y la producción de neurotransmisores.

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Intestino-cerebro y serotonina

El cerebro intestinal produce el 90% de la serotonina. La serotonina es un neurotransmisor asociado a sensaciones de calma, relajación y bienestar. Activa los circuitos de recompensa, estimula la libido y el metabolismo de la dopamina. También interviene en la regulación de la temperatura corporal, el movimiento de los órganos internos, el control del estrés, la regulación del apetito y los procesos de aprendizaje, memoria, sueño y descanso. La serotonina se segrega cuando hay una señal de que se ha ingerido comida, lo que provoca un estiramiento gradual de las paredes.

Los sentimientos de angustia y preocupación resuenan en el sistema digestivo, como diarrea, dolor y espasmos de los órganos internos. Se hacen sentir físicamente al no poder tragar, digerir o vaciar. Irina Matvejkova, especialista en endocrinología y nutrición, afirma que el segundo cerebro es responsable de emociones básicas como el miedo, el peligro, el hambre, el sexo, el confort ambiental y la supervivencia, y está conectado con los centros primitivos del cerebro a través del nervio vago.

Para ellos, el útero era el centro de la energía y la vitalidad del organismo. Ahora, el Dr. Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia, y sus colegas han demostrado que el sistema nervioso entérico, el tubo digestivo, es un importante reservorio de emociones y energía que interactúa directamente con el cerebro (SNC).

Los neurólogos dividieron estructuralmente el sistema nervioso en dos partes: el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico (SNP). Este último contiene neuronas sensoriales que conectan el sistema nervioso central con los receptores sensoriales. Gershon, autor de El segundo cerebro, explica que el sistema nervioso entérico (SNE) está formado por una capa de neuronas en la pared del tracto intestinal. Contiene unos 100 millones de neuronas y funciona conjuntamente con el cráneo. Se ha confirmado esta conexión directa entre el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso entérico (SNE). Para muchos científicos, el Dr. Gershon es el padre de la NEUROGASTROENTEROLOGÍA, el campo científico que se ocupa del sistema nervioso entérico, y el descubridor de la serotonina entérica.

La medicina psicosomática y el Ayurveda, que integra cuerpo, mente y espíritu, entienden los síntomas intestinales como un reflejo de la personalidad y de los procesos mentales y emocionales. El cerebro intestinal, al igual que su homólogo intracraneal, produce sustancias psicoactivas que influyen en el estado de ánimo, como los neurotransmisores serotonina y dopamina, y diversos opioides que regulan el dolor.

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La hidroterapia de colon es un tratamiento cuyo objetivo es desintoxicar el organismo y devolverle la vitalidad eliminando eficazmente las heces y los productos de putrefacción que se han acumulado en los intestinos. La limpieza intestinal es para el cerebro abdominal inferior lo que la terapia del sueño es para el sistema nervioso central", afirma el doctor Jean Signoret.

Este proceso de limpieza natural con agua puede mejorar directa e indirectamente la función de los intestinos y el sistema nervioso central. Los beneficios y virtudes de este método están muy extendidos en el cuerpo y la psique humanos.

Además, ambos cerebros pueden beneficiarse de una gran relajación tras recuperar su estado natural de purificación interior, libre de estrés emocional y psicológico.

Podemos concluir que el conocimiento y la información sobre la estrecha relación entre el tracto intestinal y el cerebro son de gran importancia para comprender mejor cómo funcionan nuestro cuerpo y nuestra mente y para llevar una vida equilibrada y feliz cada día.

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