¿Cada cuánto hay que ir al ginecólogo?
Las revisiones ginecológicas son necesarias para mantener la salud ginecológica y contribuir a la salud general. Este artículo explica con qué frecuencia debes acudir a las revisiones ginecológicas.
Sin embargo, un examen ginecológico sólo dura unos minutos y no es doloroso.
Es la mejor manera de prevenir y detectar enfermedades y de aclarar problemas que, si no se tratan a tiempo, pueden derivar en cáncer o problemas reproductivos.
En particular, el cribado ginecológico facilita la detección de lesiones como el cáncer de mama, de cuello uterino y de útero, que se encuentran entre los tipos de cáncer más frecuentes según la SEGO (Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología).
A pesar de ello, una de cada cinco mujeres de entre 25 y 35 años nunca se ha hecho una citología vaginal, y el 50% de las chicas de entre 15 y 24 años nunca ha acudido al ginecólogo.
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Se recomienda someterse a un examen ginecológico una vez al año, que es la frecuencia ideal de las revisiones.
Los ginecólogos son el lugar más seguro al que acudir porque pueden darte información individualizada y responder a cualquier pregunta que puedas tener sobre anticoncepción y enfermedades de transmisión sexual.
Lo mejor es realizar un examen ginecológico después de la menstruación, ya que no es posible tomar una muestra para un examen citológico durante la menstruación.
¿Cuál es el procedimiento para un examen ginecológico?
El examen comienza con una conversación para recabar información sobre su salud y su vida sexual. Todo ello en un ambiente de confidencialidad, por supuesto.
Esta primera fase suele tratar sobre el motivo de la visita y la realización de la historia ginecológica.
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- Edad, frecuencia y regularidad de la primera menstruación, tipo de sangrado (normal, ligero, abundante), fecha de la última menstruación, presencia o ausencia de dolor menstrual.
- Conocer si la mujer mantiene relaciones sexuales para valorar la presencia o ausencia de infección, embarazo, uso de anticonceptivos y recomendaciones al respecto, si las hubiera.
- Experiencia previa de embarazo.
- En relación con las mamas, debe saber si se examina y con qué frecuencia, si tiene algún dolor, si el color o la forma han cambiado y si puede tener alguna secreción.
Una vez terminada la conversación, empieza a actuar.
- Ecografía abdominal.
- Examen clínico del tórax.
- El examen de la vulva y la vagina y la citología (análisis de las células del cuello uterino y la vagina) deben realizarse cada 1-3 años, a menos que se produzcan cambios. Puede solicitarse una prueba del papiloma humano (VPH) como complemento de la citología.
- Ecografía transvaginal o transabdominal (ecografía de los órganos genitales).
- La mamografía es un examen complementario que se realiza a las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama.
- Sin embargo, se recomienda hacerse una mamografía cada año a partir de los 40 años y cada dos años a partir de los 50.
Si el ginecólogo lo considera necesario, se realizan otras exploraciones complementarias para establecer un diagnóstico.
También se ofrece asesoramiento ginecológico y reproductivo previa solicitud.
Insistimos en la necesidad de someterse a revisiones médicas periódicas. Y es que un chequeo médico es la mejor manera de prevenir enfermedades y mantener una buena salud.
El cuidado de la salud es esencial en las distintas etapas de la vida y, en función del sexo, es importante seguir las pautas adecuadas. Para las mujeres, esto significa visitas regulares al ginecólogo, que a menudo pueden ser preocupantes. Hoy quiero desmontar algunos de estos mitos y hablar de cuándo acudir al ginecólogo por primera vez, de las revisiones y de si es necesario seguir haciéndolas después de la menopausia.
¿Cuándo hay que acudir al ginecólogo por primera vez?
No existen normas específicas sobre la edad a la que una mujer debe acudir al ginecólogo por primera vez. Dependiendo de las circunstancias, esta asistencia sanitaria puede ser necesaria antes, por ejemplo, si padece una afección específica, como dolor menstrual intenso, sangrado abundante o flujo anormal, y su médico de cabecera decide que acuda a un especialista.
Salvo accidente, es habitual programar la primera visita al ginecólogo para un examen citológico entre los 20 y los 25 años. Es mejor no tomarse demasiado tiempo para este examen, que es esencial para predecir enfermedades como el cáncer de cuello uterino y detectar infecciones.
Puede temer que le duela, pero no es así. Hacer la inspección puede ser un poco incómodo, pero no es traumático. Lo mejor es visitarlo con calma y hacer todas las preguntas que considere necesarias.
¿Qué hace el ginecólogo en esta primera visita? Por lo general, un examen de las mamas confirmará que no hay bultos, seguido de un examen de la vulva. Además, el especialista puede recomendar un examen citológico, en el que se toma una muestra del útero y se analiza para asegurarse de que todo está bien.
Cribado
¿Cuándo hay que acudir al ginecólogo después de la primera consulta? Lo normal es someterse a una revisión anual, a menos que el especialista detecte un problema que requiera visitas más frecuentes. En cualquier caso, es probable que el ginecólogo deba concertar citas para garantizar un seguimiento adecuado.
¿Qué se hace durante una exploración ginecológica? Normalmente se realizan las mismas pruebas que en el examen inicial. Dependiendo de su edad, pueden realizarse otras pruebas. Por ejemplo, a partir de los 40 años, se suele recomendar una mamografía cada dos años para la detección precoz del cáncer de mama.
Durante el embarazo, las consultas ginecológicas son prioritarias para controlar el desarrollo del bebé y para la atención sanitaria preventiva. También te ayudarán a volver a la normalidad tras el parto.
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