Ayuno: Qué pasa si dejo de comer
Una dieta equilibrada es el objetivo de todo ser humano, pero la acelerada vida moderna presenta a menudo obstáculos para lograrlo. Por ello, cada vez son más los patrones alimentarios que suponen una alternativa a una dieta sana y beneficiosa para nuestro organismo.
El ayuno intermitente es una de las estrategias dietéticas más modernas con grandes beneficios potenciales, pero también con algunas desventajas y peligros.
¿Qué es el ayuno intermitente?
El ayuno, como indica la palabra, significa no comer durante varias horas al día y, en casos extremos, ayunar de uno a varios días. Esta abstinencia de alimentos sólidos y líquidos distintos del agua se combina con una ingesta intensiva de alimentos durante el periodo de ingesta. En principio, por lo tanto, no se trata ni de "comer menos" ni de "perder peso", aunque en algunos casos se produzca una pérdida de peso.
Los partidarios del ayuno adoptan un enfoque interesante para combatir el hambre que provoca un patrón alimentario fijo de cinco comidas al día (normalmente tres): Desayuno, comida, merienda y cena. Según esta teoría, el hambre no es "real" y está causada por el hábito de comer a intervalos cortos.
En este contexto, los defensores del ayuno intermitente señalan que, durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el patrón de cinco comidas al día podía resultar antinatural, de modo que las personas se veían obligadas a pasar varias horas sin comer y se veían "forzadas" a comer más a causa de esta "falsa" hambre.
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Antes de iniciar esta práctica, es importante comprender qué ocurre en el organismo cuando no comemos durante un largo periodo de tiempo. Cuando terminas de comer, la energía se distribuye por todo el cuerpo. Si comes más de lo que necesitas, tu cuerpo almacena grasa.
Unas 6 horas después de la última comida, el cuerpo utiliza la energía almacenada en el hígado; tras 12 horas de ayuno, los niveles de insulina descienden y el organismo empieza a convertir las calorías en glucógeno, que envía al hígado y a las reservas musculares. Cuando el glucógeno se agota, el organismo acaba recurriendo a las reservas de grasa para seguir proporcionando "combustible" cuando no se ingieren nuevos nutrientes.
Es justo decir que estamos obsesionados con las dietas. Estamos a pocas semanas del comienzo del verano, cuando la "Operación Bikini" será probablemente una prioridad. En los últimos meses ha habido un aluvión de artículos sobre los excesos navideños y las dietas (algunas de ellas milagrosas) para compensarlos. A veces, seguirlos puede ser peligroso para la salud. Pero debido a la obsesión por las dietas de adelgazamiento y el deseo de un cuerpo perfecto, incluso algunos expertos recomiendan técnicas de adelgazamiento que requieren un acompañamiento que nunca se hace, como el ayuno de 24 horas o el ayuno intermitente.
En los últimos años, el "ayuno", que consiste en abstenerse de comer durante un cierto periodo de tiempo, se ha hecho muy popular. Un ejemplo es ayunar durante 16 horas dos días a la semana. Las pruebas científicas de su eficacia en las dietas no están claras. Por un lado, algunos estudios sugieren que el ayuno es beneficioso para el metabolismo, pero la mayoría de los expertos y estudios concluyen que no hay pruebas suficientes para formarse una opinión definitiva. Sin embargo, todos coinciden en que en la mayoría de los casos debe hacerse bajo supervisión médica.
Aunque en teoría debería ser así, algunos médicos parecen estar subiéndose al carro del ayuno. En un hospital privado de Madrid, los endocrinos recomiendan el ayuno de 24 horas como parte de la dieta. En concreto, se trata de "compensar" el hecho de comer más durante el fin de semana. No se explica cómo afecta al organismo ese ayuno de una hora, que puede provocar dolores de cabeza, mareos y falta de concentración. Tampoco se recomienda hacerlo en días de poca actividad física, laboral o de otro tipo.
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Por supuesto, no todos los profesionales se comportan así, pero es un mundo de peligros si no se entiende cómo funciona el ayuno. Esto también se debe a que algunas personas ayunan sin consultar antes a un especialista. El nutricionista Juan Levenga señala que, desgraciadamente, "algunos profesionales de la medicina, con o sin titulación, se han beneficiado de esta moda".
Levenga explica a Hipertextual que hay muchos tipos diferentes de ayuno y que es un gran peligro suponer que son intercambiables. También se supone que es un milagro.
"Cuando ves que no funciona, te culpas y dices que no puedes hacerlo, lo que afecta a la persona. Esto puede provocar un nuevo aumento de la ingesta de alimentos y favorecer los "atracones"".
Además, puede acarrear problemas de conducta alimentaria si se hace sin estar familiarizado con el ayuno de 24 horas, prosigue el Sr. Levenga. El ayuno se basa en el sistema de expiación utilizado en la religión, que nos da tranquilidad al "expiar" nuestros pecados." Existe la posibilidad de redimirnos entregándonos a la inquietud, el dolor y la ansiedad que nos produce el ayuno. Esto es antieducación. Al fin y al cabo, dice la nutricionista, lo importante no es el reloj, sino la elección correcta de los alimentos.
Las cetonas son ..
Algunas instituciones han declarado que el ayuno está de moda. Por ejemplo, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) explica en una publicación que los posibles beneficios de esta práctica se basan en las fuentes de energía que utiliza nuestro organismo. Normalmente, son la glucosa y los ácidos grasos los que realizan esta función para las células.
Después de una comida, prosigue el artículo, la glucosa se utiliza como fuente de energía y la grasa se almacena en el tejido adiposo en forma de triglicéridos. Durante el ayuno, los triglicéridos se descomponen en ácidos grasos y glicerol, que se utilizan como energía. El hígado convierte los ácidos grasos en cuerpos cetónicos, que son la principal fuente de energía para muchos tejidos (especialmente el cerebro) durante el ayuno.
El paso de la utilización de glucosa a la de cetonas puede explicar los resultados de algunos estudios que muestran beneficios en individuos obesos e hipertensos. En pacientes con sobrepeso u obesidad, el ayuno intermitente parece ser tan eficaz y seguro como una dieta equivalente de restricción calórica. En este escenario, los expertos consideran interesante examinar el posible valor añadido de un plan de actividad física en el contexto de este tipo de directrices", señalan desde la SEEN.
El problema, sin embargo, es el equilibrio entre los beneficios del ayuno de corta duración y la ingesta de calorías. Es necesario ver los resultados a largo plazo de esta práctica para poder aplicar este plan de forma coherente a largo plazo. Siempre bajo supervisión médica, por supuesto.
Hasta ahora, sólo está claro que el ayuno, en cualquiera de sus formas, no es recomendable para las mujeres embarazadas, las madres lactantes y las personas con trastornos alimentarios. Los pacientes con diabetes deben ser controlados caso por caso.
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