¿Eres alondra o búho?
Un día tiene 24 horas y nuestro cuerpo es muy consciente de ello. Tenemos un reloj interno que influye en el llamado ritmo circadiano y regula las funciones fisiológicas del cuerpo de modo que cada día hay un ciclo. Esto afecta a la temperatura corporal, las hormonas, las funciones de los órganos, etc.
Además, la temperatura exterior y el ciclo solar (alternancia del día y la noche) también influyen en el funcionamiento del ciclo circadiano. Por eso, cuando viajamos a países lejanos, sufrimos los efectos del "jet lag", en el que intentamos adaptarnos a las horas locales del día.
Sin embargo, aunque nuestro cuerpo sigue de forma natural el ritmo del sol, las personas pueden tener diferentes cronotipos influidos por los ciclos biológicos del entorno, como la luz y la temperatura, y adaptarse de formas específicas. Por ejemplo, algunas personas son madrugadoras y se despiertan llenas de energía, mientras que otras están irremediablemente agotadas. También los hay que no tienen un patrón especialmente definido. Las personas madrugadoras reciben nombres de pájaros -alondras, búhos nocturnos, colibríes-, mientras que las trasnochadoras reciben nombres de búhos y las no rítmicas, de colibríes.
Los ritmos circadianos se regulan de forma endógena, pero saber que la luz, una variable exógena, afecta a la hormona melatonina es importante para conocer un poco mejor su funcionamiento. Hay receptores en la retina y la ausencia de estímulos luminosos activa el núcleo supraquiasmático (SCN), una parte del hipotálamo que ordena a la glándula pineal que libere melatonina. Por tanto, más luz significa menos melatonina y más sueño, y viceversa. La temperatura también influye en esta dinámica.
Los tres cronotipos se distinguen en función del tiempo que tarda en producirse la melatonina promotora del sueño tras la estimulación de la glándula pineal (en ausencia de luz). Todos duermen el mismo tiempo, entre siete y ocho horas, pero la hora de inicio del sueño depende de la cantidad de melotonina producida.
- Matutinos o alondras: segregan rápidamente melatonina en ausencia de luz. Son personas que no tienen problemas para levantarse temprano y acostarse pronto por la noche. Su rendimiento cognitivo es mayor por la mañana. Una cuarta parte de la población pertenece a este cronotipo.
- Cronotipos nocturnos (búhos): Personas cuyo ritmo biológico es más activo por la noche. Esto hace que se despierte más tarde (10:00-12:00) y se acueste más tarde (1:00-3:00). La producción corporal de melatonina comienza unas horas después de que finalice el estímulo luminoso (unas 6 horas más tarde que en las alondras); en uno de cada cuatro búhos.
- Cronotipos intermedios o colibríes: principalmente diurnos, capaces de adaptarse a las primeras horas de la mañana y a las últimas de la noche. La secreción de melatonina se produce tres horas más tarde que los tipos matutinos y tres horas antes que los nocturnos. El 50% de la población pertenece a este grupo.
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Todos los organismos vivos tienen un reloj interno, con todos los órganos del cerebro controlados para despertarse durante el día y dormir por la noche. En algunos casos, sin embargo, pueden convertirse en búhos o alondras. Sin embargo, cuando este reloj no está sincronizado, las personas sufren diversas enfermedades, entre ellas las metabólicas.
Quizás te interesa:En este contexto, la profesora Carolina Escobar, de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que "las personas están expuestas día y noche porque la tierra gira sobre su eje". Este fenómeno ha llegado a la vida cotidiana, donde es más seguro caminar a la luz que a oscuras".
El ser humano tiene un ciclo: durante el día el organismo está activo, consume energía, realiza diversas actividades, piensa e interactúa con sus congéneres, y por la noche duerme, los músculos descansan y el cerebro sueña.
Para que esto ocurra, el estado interno del cuerpo debe cambiar. No es lo mismo trabajar, subir escaleras y caminar que tumbarse y descansar. Sin embargo, cuando estamos activos por la noche y dormidos durante el día, el reloj circadiano recibe señales confusas, se producen desarmonías internas y empieza a perturbarse.
Por ejemplo, ¿qué ocurre con los trabajadores nocturnos que tienen que moverse, comer y caminar por la noche?
Por la noche, el reloj indica al organismo que descanse, los músculos se relajan y todo se apaga, pero si te mantienes despierto el sistema se sobrecarga, y cuando amanece y te vas a dormir, el reloj circadiano activa todo el sistema y produce sustancias que activan el cuerpo.
Quizás te interesa:¿Cuáles son las consecuencias? A la larga, el organismo se desgasta y pierde eficacia porque se ve obligado a seguir un horario equivocado, lo que conduce a la enfermedad.
En los últimos años, algunos órganos se han visto obligados a realizar constantemente un trabajo que no deberían, lo que puede haber provocado algunas enfermedades relacionadas con el estilo de vida.
Por ejemplo, en la sociedad moderna no hay horarios de comidas y los alimentos básicos se consumen hasta las 10 u 11 de la noche. En este momento, el sistema digestivo está en estado de reposo, y si se come demasiada grasa, el sistema digestivo tiene que trabajar.
A largo plazo, esto tendrá consecuencias porque el organismo ya no podrá funcionar correctamente. Cuando duermes, la energía que ingieres no se utiliza y se producen trastornos metabólicos. La obesidad, el sobrepeso, la diabetes y los problemas cardiovasculares afectan a las personas.
¿Alondra o búho?
En este escenario, los relojes corporales no son todos iguales, por ejemplo, hay tipos matutinos llamados alondras y tipos nocturnos llamados búhos.
La alondra es una persona madrugadora que se levanta muy temprano sin despertador y funciona bien a esa hora del día. Por otro lado, hay individuos llamados búhos que tienen un reloj con una variación que "aún no se entiende bien, pero la criatura se levanta muy tarde y quiere dormir muy tarde".
Les cuesta acostumbrarse a las horas de la mañana y les da pereza ir al colegio o al trabajo. Por lo tanto, es aconsejable buscar un trabajo relacionado con las horas de la tarde y la noche, ya que serás más productivo.
Sin embargo, muchas personas que se convierten en búhos lo hacen debido a sus malos hábitos. No obstante, es probable que todas las personas con estos horarios biológicamente alterados, sean búhos o no, padezcan enfermedades metabólicas, concluyen los investigadores universitarios.
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