El color y las emociones
La palabra "emoción" procede del latín "emotion", que significa "energía en movimiento". La energía influye en el comportamiento de las personas, en sus pensamientos e incluso en sus relaciones sociales. También se puede decir que una obra de arte es una expresión del propio sentimiento interior y mental del artista en forma y color, sobre una superficie plana o en el espacio. También combinan formas básicas como puntos, líneas y planos para formar objetos, expresar pensamientos humanos y experiencias interiores y dar estructura al espacio.
La relación entre color y emoción se viene investigando desde los años cincuenta. En aquella época se exploraba la dinámica y la sensibilidad asociadas al brillo y la saturación de los colores, y los artistas conseguían atraer la atención del espectador y hacer que sus obras destacaran variando el brillo y la saturación de sus temas. En la década de 1980, Gerald investigó los efectos psicofisiológicos de los colores y realizó investigaciones científicas mediante experimentos que intentaban identificar las emociones evocadas por los colores midiendo las respuestas del sistema nervioso autónomo de sus sujetos. Intentó observar la frecuencia respiratoria, el pulso, el parpadeo y la relajación muscular en las ondas cerebrales de los sujetos cuando se les exponía a diferentes colores. Descubrió que los colores se asociaban a distintas emociones: El rojo se asocia con la pasión, el naranja con la vitalidad, la energía y la extroversión, el amarillo con la esperanza, la sabiduría y la generosidad, el verde con la frescura y la naturaleza, y el azul con la pasividad, la limpieza y la serenidad. Los colores se especifican por el tono (verde, rojo, azul, amarillo, etc.) y dos dimensiones perceptivas: la saturación (diferencia con el acromático) y el brillo (intensidad luminosa percibida). Algunos estudios también han demostrado que la saturación de los estímulos producidos por el color percibido influye más en las respuestas emocionales que el tono.
Los cuadros se componen de una mezcla de colores. Es importante determinar la relación entre el color y la emoción para "leerlos" en una obra de arte. Un estudio representativo que establece una estrecha relación entre el color y la emoción fue realizado por Shigenobu Kobayashi y el Instituto de la Imagen en Movimiento (IRI). En primer lugar, Shigenobu Kobayashi, del Instituto de Investigación de la Imagen de Japón (IRI), desarrolló la escala de imágenes en color, que clasifica y organiza los colores en expresiones verbales para asociar y transmitir el significado de distintos colores emocionales con imágenes visuales y expresar similitudes y diferencias. Kobayashi asignó un total de 174 adjetivos a las emociones descritas, que se expresaron en coordenadas en un diagrama de ejes dinámico-estático y blando-duro. A continuación, dividió estos adjetivos en 15 categorías: romántico, bonito, casual, casual-cool, dinámico, elegante, bello, natural, étnico (fuertemente salvaje), clásico, chic, dandy, claro, moderno y formal. De ellos, se seleccionaron "Clásico", "Chic", "Dandy", "Claro" y "Moderno".
Posteriormente, el Instituto de Investigación del Color (IRI) de Corea del Sur desarrolló la Escala de Adjetivos de Imagen para contribuir a una comprensión objetiva del color examinando la relación entre los colores y sus correspondientes adjetivos. Es una medida objetiva en el campo del diseño que entiende el color como una sensación o un concepto abstracto. El IRI Design Colour Research Institute aplicó el método de Kobayashi para crear una escala de adjetivos emocionales e imágenes de color, y la utilizó para relacionar las emociones que sienten los coreanos con el color. Para desarrollar el modelo de escala de colores, el IRI realizó una encuesta preguntando a los coreanos sobre la relación entre la paleta de 120 tonos monocromos del IRI y sus correspondientes reacciones como adjetivos emocionales. El modelo de escala de color resultante se utiliza ahora en muchos métodos de diseño. La Escala de Imagen Monocromática (véase el gráfico) y la Escala de Adjetivos Emocionales del IRI representan visualmente las emociones asociadas a los distintos colores y las representan en dos dimensiones utilizando métodos de análisis factorial diferencial semántico (SD) y de proyección. Se representa mediante un cuadrante dividido en los ejes dinámico-estático y blando-duro. Un total de 118 palabras se coordinaron en la cuadrícula y se dividieron en 12 categorías: claro, suave, agradable, natural, sustituto, bello, elegante, débil, dinámico, moderno, decente y alto. Los adjetivos emocionales descriptivos se agrupan con los adjetivos emocionales más importantes. Por ejemplo, los principales adjetivos "emocionales" incluyen adjetivos "emocionales descriptivos" como "transparente", "suave", "delicado", "pulcro", "claro", "ligero" y "refrescante", mientras que otros grupos de adjetivos emocionales se muestran en la Figura 1. La Escala de Imagen del IRI es una herramienta eficaz para el análisis del color y tiene una amplia aplicabilidad científica, ya que se trata de una escala de imagen colorimétrica que puede utilizarse fuera de línea o en línea en el Instituto IRI.
Gráfico 1: Paleta de colores y tonos IRI, escala de imágenes monocromas IRI, escala de imágenes adjetivas IRI Paleta de colores y tonos IRI, escala de imágenes monocromas IRI, escala de imágenes adjetivas IRI (A) (A) Paleta de colores y tonos IRI, Gráfico 2: Escala de imágenes monocromas IRI, Gráfico 3: Escala de imágenes adjetivas IRI. (Fuente: Página web del IRI Emoción y color en los sistemas de archivos de diseño: Aplicación de la tecnología de IA en los museos).
Quizás te interesa:Es de gran interés para museógrafos y comisarios conocer la relación entre color y emoción en relación con el diseño de exposiciones. Los colores crean la atmósfera y el ambiente de un lugar, y es importante elegir colores que puedan transmitir inmediatamente el mensaje que se quiere transmitir. Los visitantes responden emocional y físicamente a los colores, por lo que es importante que evoquen la reacción adecuada en la exposición. En este sentido, el efecto de un color determinado sobre los visitantes es siempre una de las principales preocupaciones de los diseñadores a la hora de elegir los colores. También hay que decir que algunos museos no entienden qué normas profesionales aplican cuando deciden, por ejemplo, pintar sus paredes.
Cuando los visitantes se mueven por la zona de exposición, a veces quieren relajarse y otras necesitan estímulos. Como orientación para el trabajo, los colores cálidos como el amarillo, amarillo-naranja, naranja, rojo-naranja, rojo y rojo-violeta se consideran estimulantes, mientras que los colores fríos como el amarillo-verde, verde, verde-azul, azul, azul-violeta y violeta se consideran calmantes y relajantes. Los estudios presentados anteriormente se centran en el uso de los colores como medio para evocar una respuesta emocional en el público. Sin embargo, pocos vinculan las emociones a las obras de arte. Del mismo modo, existen pocos métodos de archivo diseñados para este fin. La existencia de un sistema capaz de leer las emociones de las obras de arte por sus colores sería útil para los educadores y conservadores de museos a la hora de planificar y producir exposiciones.
De la investigación y la bibliografía existentes sobre el tema se desprende que los colores desencadenan en nosotros determinadas emociones y simbolismos. El simbolismo del color, especialmente en relación con las emociones, ha sido objeto de numerosos análisis previos, pero no se han archivado adecuadamente. En la actualidad, se están estudiando formas de construir un nuevo sistema de archivo para el diseño de exposiciones utilizando los datos emocionales de los colores.
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Quizás te interesa:La psicología del color explora lo que todos experimentamos en nuestra vida cotidiana: Los colores que nos rodean tienen el poder de influir en nuestras emociones. Esto se aprecia no sólo en los colores de nuestros muebles y paredes, sino también en la elección de nuestra ropa y el fondo de nuestras pantallas de ordenador. Estos colores nos dicen mucho sobre nuestra personalidad, sobre lo que nos gusta sentir y experimentar. Y si sabemos cómo funcionan, podemos potenciar lo que es coherente con lo que sentimos.
Humor cromático
Cuando miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que estamos rodeados de diferentes colores. Muchos de ellos están ahí a propósito. Elegimos el color de nuestras paredes, los muebles de nuestra cocina y el tono de nuestros teléfonos móviles. De hecho, a veces adoptamos estas opciones en nuestro vestuario. Aunque no nos demos cuenta conscientemente cuando vamos de compras, sabemos que uno o dos colores predominan cuando la abrimos. Sin embargo, debemos recordar que no se trata sólo de una cuestión estética, sino que se basa en nuestro estado de ánimo y sentimientos dominantes.
La psicología del color nos permite examinar los distintos tonos, brillos e intensidades de una paleta de colores. El efecto que cada color ejerce sobre nosotros es en parte cultural y en parte se debe a su prolongado uso en el cine, la televisión y la publicidad. Los colores que vemos en la pantalla no son aleatorios y pretenden evocar un cambio emocional en nosotros. Sin embargo, esto no siempre es positivo.
Disposiciones y obstáculos
La psicología del color sabe que el efecto de los colores en las personas no se produce en todos los casos. Si una persona sufre depresión, pintar una habitación de otro color no la curará, pero puede ayudarla. A nivel cerebral, estamos predispuestos a que nos afecten los colores, pero hay obstáculos que a veces lo dificultan, por ejemplo, si nos encontramos en un estado emocional completamente distinto al del color que estamos viendo, o si estamos viviendo una experiencia diferente.
Como cualquier teoría, la de los colores se estudia a partir de cifras de población y medias culturales y tiene un amplio campo de aplicación, pero siempre hay que tener cuidado al declarar que algo va a ocurrir, porque no sería cierto. El color afecta a nuestros sentimientos, pero no necesariamente tanto como nos gustaría o pensamos.
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