Tipo de té y sus propiedades
¿Qué es el té y de dónde procede?
Miles de variedades de té cultivadas en más de 60 países de todo el mundo proceden de una única planta, la Camellia sinensis. Los brotes y las hojas jóvenes de la planta se utilizan para hacer té.
Los orígenes del té se remontan al año 2737 a.C. Según una leyenda china, los beneficios del té se descubrieron un día en que el herborista Shen Nong estaba sentado bajo un árbol hirviendo agua para infusionar diversas plantas. Mientras esperaba a que hirviera el agua, una ligera brisa hizo volar algunas hojas de una rama que crecía justo encima de mí. Las hojas cayeron en el agua y a Shen Nong le gustó el aroma que desprendía la tetera. También le agradó el sabor y se sintió renovado. Por supuesto, el árbol en el que estaba sentado era un árbol de té silvestre. Shen Nong siguió experimentando y descubrió que una infusión de las hojas del árbol tenía una serie de efectos beneficiosos, como mejorar la somnolencia y la concentración. También se dice que, como resultado de sus investigaciones, él mismo entró en frenesí y cayó en coma tras consumir una planta venenosa, pero mientras yacía inconsciente bajo el árbol del té, las gotas de rocío de las hojas gotearon en su boca, reanimándole y devolviéndole la plena salud.
Las principales zonas de cultivo son la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, el norte de Vietnam, Laos, Myanmar (antigua Birmania) y el noroeste de la India. La planta no conoce fronteras nacionales y crece allí donde las condiciones locales son adecuadas. Por eso, las plantas de té al pie del Himalaya han buscado un calor húmedo y tropical.
¿Cómo se elaboraba originalmente el té?
Cuando se dieron cuenta de los beneficios del té, los habitantes de los bosques de Yunnan y Sichuan empezaron a talar los árboles de té silvestres y a hervir las hojas frescas directamente en agua sin procesarlas. Se dieron cuenta de que los árboles se agotarían pronto si seguían talándolos, así que aprendieron a cultivar las plantas y a secar las hojas para poder producir té durante todo el año. Para mantener frescas las hojas verdes, primero se cocían al vapor para evitar la oxidación y luego se prensaban y secaban como bolas o pasteles. Para preparar la infusión, primero se tostaban y trituraban las tortas de té y luego se añadían al agua hirviendo junto con especias y cebollas.
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